El Camp Nou está vacío

En Expoagro, al nodo de las energías renovables marcó el desembarco oficial de un nuevo modo de pensar la producción. La muestra, más chica que otros años, estuvo inexorablemente atravesada por la política y la incertidumbre.

Federico Aguer

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“El campo argentino es como el Barcelona, pero dirigido por Caruso Lombardi, un vendehumo que se pelea con los jugadores” dice Gustavo Almassio, un productor del sudeste bonaerense, caminando por la muestra.

“A este Barcelona, con Messi, Iniesta y todo el equipo, encima le impiden jugar la Champions y anda por la mitad de la tabla. Nadie en el mundo lo puede creer”, agrega. Expoagro es un Camp Nou, pero con las tribunas vacías. Una sombra del esplendor que supimos ver años atrás.

Pero también, ese marco imponente le permite “mostrarse” a los pibes de las inferiores. Y siempre hay novedades, que demuestran que el semillero está vivo.

¿Porqué se llaman ALP?, le preguntó Campolitoral a los jóvenes empresarios que recorrían la muestra hablando de las energías renovables para el campo. “ALP: Agarrá La Pala. Nos pareció una manera de graficar la necesidad de ponerse a trabajar en estos temas”, verdaderas urgencias que deben incorporarse a la agenda de trabajo de la producción. Los brasileños lo entendieron antes que nosotros y ya nos sacan varios cuerpos de ventaja.

En este flamante nodo de energías renovables se concentraron empresas de todo tipo, mayormente Pymes. Iban desde servicios de información agroclimatológica hasta desarrollos de equipos de biogás para aprovechar los desperdicios orgánicos del campo y transformarlos en energía. El sorgo fue eje de un debate como generador de etanol, combustible y energía para las comunidades aisladas. En este tema, puntualmente, picamos en punta desde 2006. Y los brasileños y norteamericanos vinieron a nuestro país a aprender un poco más. Es más, en abril se presenta “bio sorgo”, un proyecto con banca oficial para avanzar en el tema.

Se cumplen 5 años del intento de imponer la Resolución 125. A la hora de los balances, la muestra fue -como todos los años- representativa de los ánimos del sector. Ese enfrentamiento dejó muchas bajas, sobre todo tranqueras adentro. La sojización promovida desde el Gobierno parece llevarse puesto, una vez más, al trigo y al maíz.

En ese intento perramente de nivelar para abajo, lograron quebrar el espíritu de ese “equipo” que jugaba lindo, hacía goles y llenaba las tribunas. Expoagro mostró todo esto, pero que también se puede, “agarrando la pala”, y de la mano de los jóvenes. Pero para que se llenen las tribunas de nuevo, habrá que jugar cada vez mejor, intentando que en estos dos años (o tal vez más), la técnica supere las deficiencias en la táctica.