PARA PREVENIR COMPLICACIONES

Hepatitis C: garantizar el acceso a los tratamientos es la prioridad

Los médicos hepatólogos dicen que las nuevas drogas permiten curar el 80 % de los pacientes. Pero es fundamental detectar la enfermedad antes que produzca complicaciones graves, como la cirrosis o el cáncer hepático.

De la Redacción de El Litoral

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El diagnóstico temprano de la hepatitis C puede prevenir complicaciones derivadas del virus, como la cirrosis o el cáncer hepático. Por eso los especialistas instan a extender el testeo y garantizar la accesibilidad a los tratamientos. La Organización Mundial de la Salud estima que unas 150 millones de personas se encuentran infectadas con este virus, lo que representa el 3% de la población mundial.

“Nos encontramos frente a una época revolucionaria en cuanto al tratamiento de la hepatitis C por el desarrollo de nuevas drogas. Ahora, el desafío ya no es la cura, que se consigue, sino la accesibilidad a los tratamientos”, indicó a Télam el médico hepatólogo Marcelo Silva, quien participó en la V Reunión Latinoamericana de Hepatitis que se realizó recientemente en Cancún.

“El cáncer de hígado puede prevenirse, por un lado, con la vacuna de la hepatitis B, y, por el otro, con el testeo de hepatitis C y su posterior tratamiento, ya que un paciente atendido oportunamente tiene hasta un 80 % de posibilidad de curarse”, explicó el médico hepatólogo Fernando Cairo.

Este profesional, que es miembro de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, advirtió que la hepatitis C es una enfermedad silenciosa, ya que cursa generalmente en forma asintomática hasta que comienzan las complicaciones. “Se estima que un alto porcentaje de los pacientes desconoce que tiene el virus que, una vez que entró en contacto con el cuerpo, en más de un 80 % de los casos desarrolla cronicidad”, señaló. Un 30 % de los infectados tendrá cirrosis -alertó Cairo- y entre un 1 % y un 5 % puede derivar en un cáncer hepático.

El especialista señaló que la única manera de aumentar la tasa de diagnóstico es concientizando a la población de que deben realizarse el test y a los profesionales de la salud, que deben ofrecerlo. “La hepatitis C sigue siendo una enfermedad muy ignorada y, sin embargo, con una simple prueba de sangre se podría diagnosticar”, insistió.

Contagio

El virus de la hepatitis C (VHC) se transmite por exposición a sangre infectada a través de transfusiones o derivados sanguíneos y trasplantes de órganos; inyecciones administradas con jeringas contaminadas; lesiones con material cortopunzante en el ámbito sanitario y por medio del consumo de drogas inyectables.

Las madres infectadas por el VHC también pueden transmitirlo a sus hijos durante el parto; pero es menos frecuente la transmisión por medio de las relaciones sexuales con personas infectadas o por compartir objetos personales contaminados con sangre infectada.

Una vez que se presentan, los síntomas pueden ser fiebre, fatiga, orina oscura, deposiciones claras, dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor articular e ictericia.

“Hasta el año pasado, los pacientes con hepatitis C eran tratados con interferón y rivabirina, y tenían una tasa de curación del 50% -contó Cairo-, pero en 2012 comenzaron a usarse nuevas drogas que son inhibidores de la proteasa, que permitieron aumentar este porcentaje de curación hasta el 80 % de los pacientes que todavía no habían recibido tratamiento”.

Hepatitis C: garantizar el acceso a los tratamientos es la prioridad

Los científicos todavía no descubrieron una vacuna efectiva contra la hepatitis C (sí hay una segura y confiable para la hepatitis B), pero los tratamientos con antivíricos y otras drogas tienen buenas probabilidades de éxito.

Foto: Archivo El Litoral / AFP

150

millones

de personas están infectadas con el virus de la hepatitis C, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

7 a 9

millones

de personas con el virus de hepatitis C hay en Latinoamérica. De éstas, menos del 10 % lo sabe y menos del 1% está en tratamiento.