Investigación y desarrollo de nuevos materiales

¿Es una tecnología emergente y de futuro?

R. Arce (*), J. Schmidt (**), A.E. Huespe (***)

Seguramente el rector de la UNL en la década pasada se debe haber hecho la pregunta que encabeza esta nota, cuando un grupo de docentes de la Facultad de Ingeniería Química planteó la necesidad de introducir una nueva carrera de Ingeniería en materiales como oferta académica de la UNL. La propuesta recibió el inmediato apoyo del Rector y del Consejo Superior de aquel momento. Y aunque aún es muy pronto para evaluar la verdadera magnitud del beneficio generado por esta decisión, ya sea para la Universidad y en general para la sociedad santafesina, estamos convencidos que la misma ha sido una idea extremadamente acertada y muy lúcida. Esta nota, entre otros motivos, intenta mostrar una de las razones de esta aseveración.

Lamentablemente, esta carrera no ha generado el interés esperado de parte de los estudiantes que, al momento de tomar la decisión de cuál carrera escoger para su futura vida profesional, no la consideran como una alternativa valorable frente a otras.

Ya contando con 7 años de antigüedad, la carrera de Ingeniería en Materiales mantiene una matrícula muy baja en cuanto al número de estudiantes, muy inferior inclusive a otras carreras de ingeniería de la misma UNL o bien de la UTN. Consideramos que esto se puede deber a un error de perspectiva de parte de los futuros estudiantes, cuya razón no nos es clara, aunque muy probablemente, se deba a un marcado desconocimiento de las potencialidades que ofrece esta rama de las ciencias y de las ingenierías. Sabemos también que el mismo problema lo están afrontando las carreras equivalentes en otras universidades del país.

El objetivo de esta nota es justamente intentar aclarar mediante el análisis de una noticia recientemente difundida en medios internacionales, incluyendo a El Litoral, los alcances de una carrera profesional que puede generar un impacto muy alto en la sociedad, y que en otros países se la está valorando bajo esta perspectiva. Pretendemos también mediante este comentario, fomentar esta área de las ingenierías en nuestra región, insistiendo con su potencial beneficio para Santa Fe y su zona de influencia.

Para ello, nos valemos de una noticia que ha sido publicada el día 28 de enero pasado en el diario El País de España, publicada a su vez por el diario El Litoral el día 30 de enero de 2013. En la misma, se menciona que la Comisión Europea ha anunciado los ganadores de la iniciativa denominada “Tecnologías Emergentes y del Futuro” (siglas FET en inglés). Se trata de dos mega-proyectos de investigación, de 10 años de duración, a los que se ha adjudicado una suma de 1.000 millones de euros a cada uno. Es la primera vez que se entregan estos subsidios y comprende la inversión más grande de la historia que alguna agencia ha otorgado a cualquier tipo de proyectos de investigación científica. La revista Nature los ha calificado de “colosales”, y un entrevistado las compara con el proyecto Apolo.

Para entender la magnitud de la acción que realiza la Comunidad Europea con esta inversión, podríamos confrontarla con los años que necesitaría la Argentina para que, mediante los subsidios PICT (Proyectos de investigación científica y tecnológica) que la ANPCyT (Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica) distribuye anualmente entre todas las ramas de la ciencia en el país, invierta una cifra equivalente. Son 52 años de inversión (datos tomados de los resultados publicados para PICT 2011). No es nuestro objetivo aquí hacer un análisis entre la inversión que realiza una agencia u otra. Otros indicadores son más adecuados para eso.

Sí nos interesa en cambio, remarcar el volumen de esta inversión, porque tiene un significado muy alto para poner de manifiesto la importancia que se da a una cierta línea, área de investigación científica o proyecto industrial, en comparación con otras alternativas. Como también a su proyección hacia el futuro, al menos en los próximos 10 años. No nos cabe duda que, dado el momento de crisis que está sufriendo Europa y la magnitud de la inversión pública involucrada, la decisión de seleccionar una determinada línea ha sido evaluada por un comité competente y luego de pesar y confrontar cuidadosamente muchos factores.

Uno de los mega-proyectos seleccionados ha sido: “el proyecto del cerebro humano” que se propone construir y desarrollar la informática, el modelado y las tecnologías de supercomputación que son necesarias para simular y entender el cerebro humano. Muy posiblemente los resultados de este mega-proyecto introducirán un cambio substancial en la calidad de vida de muchos enfermos.

El segundo se denomina “Grafeno”. El Grafeno es un nuevo material que ha surgido de la manipulación a nivel atómico de un material tan ampliamente conocido como es el grafito, el material de las minas de los lápices. Claramente, la Comisión Europea está priorizando un proyecto referido a la introducción de nuevos materiales en la sociedad. De la misma forma que el desarrollo llevado a cabo para producir monocristales cuasi perfectos de Silicio ha llevado a la revolución que hoy conocemos de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, se espera que la producción de Grafeno a escala industrial promueva una revolución similar en esas tecnologías. De ahí la importancia de este proyecto, que abarca desde entender mejor el comportamiento fundamental de este material, y en general de todos los materiales, hasta el nivel de su producción industrial.

El segundo proyecto, entre muchos otros que se podrían mencionar, brinda un ejemplo fehaciente del mensaje que intentamos transmitir con esta nota hacia los futuros estudiantes. El desarrollo del Grafeno, o materiales similares, requiere de químicos, físicos e ingenieros de diversas áreas, pero fundamentalmente de especialistas en materiales.

(*) Director del Departamento de Materiales, FIQ, UNL

(**) (***) Profesores del Departamento de Materiales, FIQ, UNL