Venezuela ha dejado de ser la “cenicienta” al que todos le ganaban...

El Pato Pastoriza, culpable de un crecimiento “peligroso”

El hombre que se hizo jugador de fútbol en Colón fue el responsable de que Venezuela deje de pensar en el béisbol exclusivamente y en que no lo goleen, para llegar a ser cuarto en América.

El Pato Pastoriza, culpable de un crecimiento “peligroso”

José Omar Pastoriza cuando era entrenador de Venezuela, en el 2000. Fue el padre del crecimiento futbolístico de ese país. Foto: Archivo El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

En otros tiempos, jugar ante Venezuela significaba un trámite para selecciones de la estatura futbolística de Argentina. En el Sudamericano de 1975, por ejemplo, aquella selección integrada por jugadores de la provincia de Santa Fe que dirigía el Flaco Menotti le propinó una goleada histórica en la cancha de Rosario Central, cuando le ganó por 11 a 0.

En realidad, lo de histórico es relativo. Venezuela perdía siempre y los tres puntos —o dos en esos tiempos— eran computados como accesibles de antemano. Recuerdo, por ejemplo, aquella famosa Eliminatoria en 1985, cuando el torneo era diferente y había muy poco margen para el error. Argentina compartía el grupo con Colombia, Perú y Venezuela. Y estaba Maradona en su esplendor. Perú fue el rival a vencer en esa oportunidad y se consiguió con aquella corajeada de Passarella que concretó en gol el Tigre Gareca. Pero los triunfos ante Colombia resultaron vitales para conseguir el pase al Mundial de México. Lo de Venezuela se consideró, en todo momento, un trámite. Y así fue.

Cuando Jorge Fossati dirigía a la Selección uruguaya, tuvo una frase muy feliz respecto de Venezuela. Dijo textualmente: “Venezuela dejó de ser la cenicienta de otros tiempos”. Y tuvo mucha razón. Si bien no pudo, todavía, clasificar para un Mundial —algo a lo cual se acerca—, el cuarto puesto en la Copa América que se jugó en Argentina tuvo un golpe de efecto muy importante. Ya no caben dudas que ha dejado de ser la cenicienta.

Hay un gran responsable en esta historia, con nombre y apellido más una estrecha vinculación con Santa Fe. Se llama José Omar Pastoriza. El Pato —ligado a Colón como jugador en tiempos de la dura lucha en la C, entre 1962 y 1963— significó mucho para el club y para el hombre que por aquel entonces soñaba con llevar al fútbol de Santa Fe a Primera División: Ítalo Giménez. Cuenta Ítalo que la venta de Pastoriza a Racing fue muy importante desde lo económico. Y cómo habrá sido de importante Ítalo para él, que el Pato nunca dejó de pasar por Santa Fe para ayudarlo y para saludarlo, cuando los campeonatos con Independiente y su exitosa carrera como jugador y entrenador lo llevó a ganar muchos títulos y dinero, antes de morir en 2004.

“Pastoriza introdujo la técnica, la disciplina, la estrategia y formó a un buen grupo de técnicos, que han seguido sus orientaciones y vibran como lo hacía él por el fútbol. Pastoriza dejó mensajes importante para el fútbol venezolano. Los resultados que se vinieron obteniendo en los últimos tiempos y estos mismos de ahora son, en gran parte, gracias al trabajo que hizo en nuestro país”, dijo César Farías, el técnico que llevó a Venezuela al cuarto lugar en América.

La Vinotinto ya no sufre las fragilidades de hace un tiempo. Se dio el gusto de ganarle a Argentina y de conseguir varias proezas futboleras. Le falta llegar a un Mundial, pero ya camina y ha dejado de cometer los errores infantiles de otrora, producto de la falta de técnica, de disciplina táctica y de un nivel interno de competitividad que le permita crecer. Algunos de sus jugadores han venido a la Argentina y no les fue nada mal, como el Maestrico González (ex Colón y River). Otros han logrado llegar a clubes muy importantes de Europa, como Juan Arango (en el Borussia), José Rondón (Rubin Kazán), Tomás Rincón (Hamburgo) o Nicolás Fedor (Celtic) por nombrar sólo a algunos.

Pero si hubo una persona que imprimió su sello, su visión y su capacidad como entrenador, fue el inolvidable José Omar Pastoriza. Venezuela lo recuerda como el padre del crecimiento futbolístico de ese país. Y hay mucho de razón en la aseveración, como para revalorizar a este hombre que fue un emblema de Independiente y que supo reflejar el estilo más genuino y fiel del fútbol argentino, representado en aquellos famosos equipos de Independiente que él dirigió entre fines de los ‘70 y mediados de los ‘80, con Bochini como guía adentro de la cancha.

El Pato Pastoriza, culpable de un crecimiento “peligroso”

No fueron pocos los venezolanos que vinieron a la Argentina y algunos llegaron a Santa Fe, como es el caso de Daniel “Cari Cari” Noriega, quien en 1998 vistió la camiseta de Unión. Sigue jugando y en un club de Venezuela, con casi 36 años. Foto: Luis Cetraro


El Pato Pastoriza, culpable de un crecimiento “peligroso”

La mejor actuación venezolana se dio en la Copa América de 2011. En la foto, el ex jugador de Colón César González (el Maestrico), festeja un gol ante Ecuador. Foto: EFE