El 85 % de la población mundial vive en la mitad más seca del planeta.

Agua: el desafío de cooperar para preservar un recurso clave

 

El vertiginoso crecimiento demográfico y el impacto del cambio climático aumentan la presión sobre las cuencas y los acuíferos de agua dulce. En la ciudad, el consumo duplica el de los países del primer mundo.

 

De la Redacción de El Litoral

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En el mundo, el agua dulce no sobra. La realidad es que es que es un recurso escaso y vulnerable (sólo el 3 % del agua del mundo es dulce, y la mitad está en los polos) y está sujeto a la presión de varios factores estructurales: el crecimiento demográfico (que intensifica su uso para producir alimentos), el calentamiento global (que acentúa las sequías), la rápida urbanización y la contaminación, ya que el 85 % de las aguas utilizadas en el mundo no son tratadas ni colectadas, según las cifras de la ONU.

No hay que ir muy lejos para corroborar este último punto. Ni Santa Fe ni Rosario, las dos ciudades más importantes de la provincia, tienen una planta para tratar los residuos cloacales que se vierten en la cuenca del Paraná (sólo se filtran los sólidos).

En el plano global, en esta edición del Día Mundial del Agua, que se conmemora hoy, la Asamblea General de las Naciones Unidas puso el foco en la necesidad de profundizar la cooperación en la esfera del agua. “Son modos de cooperar que debemos implementar los ciudadanos para lograr un uso más eficiente y solidario del agua, un recurso único, finito y vulnerable del cual todos somos usuarios y competimos por su uso”, subrayó Marta Paris, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en una nota que publicó El Paraninfo de la UNL.

En la ciudad de Santa Fe, la preocupación central es el manejo de los excesos hídricos (por las lluvias intensas y las crecidas), pero cuando hay sequía y se reduce la cosecha de granos y la producción de carne y leche, el entramado productivo siente el impacto y la economía frena.

El 70 % del agua dulce del mundo se utiliza en la producción agropecuaria, y hay muchas cosas que se pueden hacer —desde el punto de vista de la cooperación— para lograr un uso más eficiente y sustentable. En la provincia hay varios proyectos en marcha que tienen que ver con los recursos hídricos, como la cosecha de agua en el norte de Santa Fe (que permite capturar y almacenar agua de lluvia para el invierno y las sequías), y en el que están trabajando juntos el gobierno provincial, los productores, la gente y las autoridades locales, y el uso de riego para generar un polo supra-alcholero en Avellaneda, por ejemplo.

Pero también hay mucho para hacer en casa. Según las cifras de Assa, una persona que vive en Santa Fe y Rosario consume 500 litros de agua por día, en promedio, para bañarse, baldear la vereda, lavar los platos, el auto, la ropa y cocinar (aunque esta cifra incluye el porcentaje de pérdida técnica de Assa).

En los países desarrollados, la gente se arregla con la mitad. Y el consumo también es más reducido en otras ciudades de la provincia, como Esperanza o Gálvez, que no están a la orilla del río, ya que la gente preserva más el recurso.

La cantidad de agua que se derrocha se puede bajar con prácticas muy sencillas, como usar un balde para lavar el auto, cerrar la canilla al cepillarse los dientes, controlar las pérdidas en las canillas y artefactos del baño y usar mangueras con dispositivos de corte, entre otras medidas de uso responsable.

El momento de tomar conciencia es ahora. Se estima que en los próximos 40 años la población mundial aumentará en dos o tres mil millones de personas. Este fenómeno corre en paralelo con una transición dietaria en Asia (se comen más carnes y lácteos) que incrementará en un 70 % la demanda de alimentos hacia 2050.

La ONU advierte que si nada cambia serán necesarios 3,5 planetas para cubrir las necesidades de una población mundial cuyo estilo de vida fuera comparable al de los europeos o norteamericanos.

800

millones

de personas no tienen acceso a agua potable en el mundo, y 2.500 millones no poseen servicios de saneamiento adecuados.

70

por ciento

de agua que se consume en el mundo se utiliza para producir alimentos en la agricultura. Unos 15.000 litros de agua se necesitan para producir un kilo de carne. Y 3.500 litros para obtener un kilo de arroz.

35

por ciento

de la población de Santa Fe no tiene cloacas. Más del 90% de la población que vive en la ciudad tiene acceso a la red de agua potable.

500

litros

de agua por día consume, aproximadamente, una persona que vive en Santa Fe o Rosario, según las cifras de Assa. El promedio incluye las pérdidas técnicas que se producen en la prestación del servicio.