Cada uno tiene lo suyo

Enrique José Milani

Centraremos nuestra atención en los siguientes vocablos: homófono, homógrafo, homólogo y homónimo. Voces de nuestro idioma no tan conocidas y que, de vez en cuando, resulta beneficioso echarles una mirada, siquiera sea para ampliar nuestros conocimientos y no dejarnos sorprender, cuando se nos aparezcan o debamos usarlas.

Cuántos homos, exclamarán algunos, aunque nada tienen que ver con la palabra “hombre” que, en latín, se dice “homo, hominis”. La encontramos, por ejemplo, en la expresión “Ecce homo” (“He aquí al hombre”), expresión que empleó Pilatos cuando, después de haber hecho flagelar a Jesús, se lo entregó al pueblo. Alguien preguntará por qué dicha voz se presenta con doble forma: homo, hominis. Porque tratándose de la lengua del Lacio, los sustantivos aparecen en diccionarios y/o gramáticas, en nominativo y genitivo, dos casos de las declinaciones latinas. Pero esto es harina de otro costal. Mientras tanto continuamos con el ”homo” que aparece en los vocablos del epígrafe. Procede del griego “omos”, elemento compositivo que significa “igual”. Por lo tanto,”homófono” quiere decir que suena igual y se aplica a dos o más vocablos que se pronuncian de la misma forma, por ejemplo, a (preposición), ah (interjección), ha (forma del verbo “haber”). Los tres tienen similar pronunciación, pero no idéntica escritura. Por lo tanto, se trata de tres homófonos que no son homógrafos (homo, igual; grafo, escritura).

Sin embargo, hay homófonos que también son homógrafos, y lo constatamos en estos cuatro vocablos: “solar”. 1) Si digo “casa solar” me refiero a descendencia, linaje noble, por ejemplo “hidalgo de solar conocido” es el que tiene casa solariega o desciende de una familia que la ha tenido o la tiene aún. 2) Como adjetivo perteneciente a sol, puedo decir: reflejo solar, rayo solar, eclipse solar. 3) También existe el verbo transitivo “solar”: revestir el suelo con ladrillos, losas u otro material. 4) También como verbo transitivo con la acepción de “echar suelas al calzado”. Otro ejemplo de homófonos- homógrafos: 1) “Capital”, sinónimo de esencial: tema capital. 2) Ciudad principal: Posadas, capital de Misiones. 3) Caudal monetario: aumentó su caudal.

Para los argentinos, y, en general, para los americanos, que damos idéntico sonido a la s, c y z, a la v y b, son homófonas palabras como “casa y caza, ves y vez, baso y vaso, ciento y siento, sueco y zueco, sumo y zumo, reciente y resiente (de resentir), balido y valido, barón y varón”.

Vayamos por los homólogos (del griego, homo, igual; y logos, palabra). Se dice de los términos sinónimos o que significan la misma cosa,por ejemplo, oliva y aceituna; marrano,cerdo, puerco y cochino; almanaque y calendario; diablo, demonio, Lucifer, Luzbel, Satán; ebrio, borracho, beodo; acróbata, volatín, volatinero; émulo, rival, competidor.

Nos restaría, ahora, referirnos a los “homónimos” (del griego: homo, igual; ónoma, nombre). Respecto de éstos, debemos tener en cuenta lo que nos dice el eminente lexicógrafo, literato y gramático argentino Pbro. Rodolfo Ragucci, en su libro El habla de mi tierra: “La voz “homónimo” es innecesaria y está, por lo común, indebidamente empleada, si ha de tenerse en cuenta su definición en el diccionario de la Academia, según el cual homónimas son dos o más personas o cosas (no sus nombres) que casulamente llevan el mismo nombre, por ejemplo, José Pérez, José Martí, José Sobrero (tratándose de personas, equivale a tocayo); y también las palabras que siendo iguales por su forma (homógrafas) tienen distinta significación como “haya” (m. árbol y su madera), “haya” (1ª. persona del sing. del presente de subjuntivo del v. haber) y “haya” (f. donativo antiguo de los alumnos de cierto baile español). Heterónimos, son vocablos de acusada proximidad semántica, pero que proceden de étimos diferentes, por ejemplo: toro- vaca. Ponemos aquí punto final esperando haber aclarado lo del título, en cuanto a que cada palabra que pronunciamos o escribimos, tiene su historia.

Cada uno tiene lo suyo

Cada palabra que pronunciamos o escribimos, tiene su historia. En la ilustración, letras de los catálogos de fundidores ingleses y reproducidos por Nicolette Gray.