Técnico que debuta... gana y sale del fondo

Morant le acomodó la cabeza

Ganaba 2-0 rápidamente, se dejó empatar y quedó con uno menos en el peor momento. Sin embargo, lo encontró en el final con la única que le salió al goleador Gigliotti.

Morant le  acomodó  la cabeza

Mente fría, corazón caliente. La receta del “Flaco”. El futbolista —en este caso Mauricio Romero— en primer plano, el entrenador en la imagen de fondo. El mismo Pablo Javier Morant valorizó anoche la victoria en función del resultado y de la pobre ubicación del equipo (estaba último), pero no desvió la autocrítica en la parte futbolística. Un buen punto —o mejor dicho tres— de partida. Foto: Amancio Alem

 

Darío Pignata

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El “otro” Colón lo perdía, sin dudas. Pero el Colón “blue” lo sacó a flote, con mucha más garra que calidad, como reconoció el mismo Morant en la rueda de prensa. Claro que cuando un equipo está como estaba Colón, el buen gusto puede y debe esperar. La prioridad, sí o sí, era el resultado. Tendrá tiempo y, fundamentalmente, calma el “Flaco” —está impecable, está para jugar— para ordenar desde el banco todo lo que no se hizo bien. O lo que directamente se hizo mal acorde a la idea inicial.

Colón prolongó, desde los pies, los mismos defectos y virtudes de la era Sensini: la única línea del equipo que está realmente bien y es competitiva es la delantera con el tándem Curuchet-Gigliotti arriba. El resto, atrás y en el medio, está en veremos (como para ser optimistas en la idea), con algunos rendimientos individuales que ayer sorprendieron: bien Prediger en el medio, desequilibrante Luque y muy bien Graciani en el mediotiempo que le tocó.

A ellos quiero agregar, especialmente, alguien más: Andrés Bailo, el arquero de las inferiores, cuya inserción y salida del equipo fue el error más grosero del anterior cuerpo técnico con Sensini a la cabeza. Los guantes del arco de Colón hoy no son de látex combinado natural/sintético como en la mayoría de los clubes. Los guantes del arco de Colón son de amianto, porque hace rato que el puesto está en llamas y “quema” peor que enero en Santa Fe.

Hace rato que, comiéndose un gol o no comiéndose ninguno, Diego Pozo dejó de transmitir seguridad. De igual modo, que hace tiempo Colón no encuentra cuatro defensores que contagien de esa misma seguridad al arquero.

En una escenografía terroríficamente montada —dos goles en cuatro minutos—, apareció Bailo por un lesionado Pozo en el descanso. Y ayer el maltratado arquerito de las inferiores, sacó dos pelotas de gol: una de Orbán abajo, complicada, que se le metía al primer palo; otra, desde lejos: voló y la sacó al córner.

Morant, que fue zaguero y ordenador, lo sabe mejor que nadie: si la defensa no mejora, los arqueros —sea Pozo o Bailo— están condenados. En este equipo y en cualquier otro. Pero en medio del caos, afloró la personalidad de un Bailo que escuchó anoche los primeros aplausos del Brigadier López.

El Morant-Plus más importante que sacó a relucir Colón en el debut del “Flaco” fue el que impactó directamente en la cabeza y en el corazón de los jugadores. Porque a los 19 minutos del complemento se generó el peor de los escenarios: de local, dejándose empatar 2-2 después de estar 2-0 arriba, sin ganar en el torneo y con uno menos por la expulsión de Romero para cortar un auto-pase de Pérez García que se iba al gol.

Quedaban 25 minutos y podía pasar cualquier cosa. El pronóstico del tiempo era el de cualquier Viernes Santo: parecía que otra vez le iba a llover a este Colón seco de alegrías. Sin embargo, salió el sol. Se iluminó Luque con una de sus corridas y quedaron diez contra diez. Entró Bastía y entró bien al partido que más le gusta jugar: el de la adversidad. Y fue determinante Graciani, otro jugador de inferiores que —al igual que Curuchet y Luque— tiene el ADN de la velocidad en sus botines.

Morant hizo los cambios bien y a tiempo. Gorosito hizo todo mal. Un desborde más de Graciani encontró a Gigliotti con la última bala y esta vez dio en el blanco uno de los dos goleadores del campeonato en la Argentina (ya tiene 5 al igual que Scocco).

Ver a Colón con Bailo, Castillo, Luque, Curuchet y Graciani abre el abanico de distintas lecturas. Por un lado, el fin de la era de los dinosaurios. El fútbol de hoy es rápido, el que no lo entienda así y no se prepare para ello, no puede jugar. Con el nombre solo ya hace rato que no juega nadie. Ni en Colón ni en ningún lado.

Mientras se las ingenia como arreglar las cuestiones de pie, Morant salió adelante acomodándole la cabeza a Colón. Es que agarró un equipo último, sin alegrías y divorciado con su gente. Estaba para el cachetazo cuando se dejó empatar y quedó con diez. Sin embargo, en el peor momento, aplicó la vieja receta de “mente fría y corazón caliente”. Metió y pensó. Cambió silbidos hirientes por aplausos que reconocieron el esfuerzo. El otro Colón, anoche perdía. El Colón “blue”, el de Morant Plus, lo ganó.

¿Por qué salió Pozo?

“Al ingresar el equipo para disputar el segundo tiempo, entre los jugadores faltaba Diego Pozo e inmediatamente veíamos a Bailo preparado para ingresar desde la media cancha. Pozo se quedó en el vestuario por un golpe en el codo tras chocar con Maggiolo en el segundo gol de Tigre. El jugador fue revisado por el cuerpo médico de Colón siendo el primer diagnóstico de epitrocleitis, asociada a tendinitis del bíceps. El sábado 30 de marzo —N. de R.: hoy— se le realizará resonancia magnética para tener un diagnóstico más preciso”, es lo que informa textualmente Colón en su página web oficial.

Morant le  acomodó  la cabeza

Curuchet lo hizo.... El laboratorio de Morant. Con la marca que le dejaron durante su carrera de jugador entrenadores como Carlos Timoteo Griguol o el uruguayo Jorge Fossati en Colón, Morant preparó la pelota quieta y Colón llegó al gol: despistó Bernardello —hacía señas de centro a la olla—, picó bien Curuchet y la cruzó: caño y gol. Gol de Morant. Foto: Pablo Aguirre

 
Morant le  acomodó  la cabeza

...Y Bailo lo evitó.Las manos del pibito. Hace tiempo que el arco de Colón “quema”. Sin embargo, anoche volvió a entrar el juvenil Andrés Bailo y sacó dos pelotas claras de gol a favor de Tigre. En ésta, después de la expulsión de Romero, picó solo Orban y le pegó fuerte al primer caño. Hasta allí voló Bailo, para evitar el 3-2, algo que repitió más tarde del otro lado. Foto: Pablo Aguirre

 
 

/// SÍNTESIS

COLÓN 3

TIGRE 2

Colón: Diego Pozo; Luis Castillo, Mauricio Romero, Maximiliano Pellegrino, Bruno Urribarri; Hernán Bernardello, Sebastián Prediger; Facundo Curuchet, Lucas Mugni, Martín Luque; Emmanuel Gigliotti.

Director técnico: Pablo Morant.

Tigre: Javier García; Norberto Paparatto, Mariano Echeverria, Lucas Orban; Gastón Diaz, Diego Ferreyra, Gabriel Peñalba, Sebastián Rusculleda; Matías Pérez García, Rubén Botta; Ezequiel Maggiolo.

Director técnico: Néstor Gorosito.

Goles en el primer tiempo: a los 10 minutos, Curuchet (C); a los 17, Prediger (C); a los 23, Maggiolo (T) y, a los 27, Maggiolo (T).

Gol en el segundo tiempo: a los 41 minutos, Gigliotti (C).

Cambios en el segundo tiempo: en la reanudación del juego, Andrés Bailo (C) por Pozo y Gabriel Graciani (C) por Mugni; a los 21, Adrián Bastía (C) por Curuchet; a los 22, Federico Santander (T) por Pérez García; a los 30, Leandro Leguizamón (T) por Maggiolo y, a los 43, Diego Cisterna (T) por Rusculleda.

Incidencias: en el segundo tiempo, fueron expulsados, a los 19 minutos, Romero (C); a los 39, Díaz (T) y, a los 45, Morant (DT de Colón).

Árbitro: Pablo Díaz.

Estadio: Brigadier General Estanislao López.