Día de la Memoria y Malvinas

Abordar la historia reciente: un desafío para las escuelas

Cómo abordaron dos escuelas de la ciudad el Día de la Memoria da cuenta de que existe un enfoque actualizado en la enseñanza de la historia. Los profesores hablan del necesario debate, contextualización y posicionamiento.

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Los estudiantes del Brown querían impactar. Primero, proyectaban dos videos sobre la dictadura en el auditorio escolar. Después, se iniciaba la representación teatral: irrumpían en el salón los alumnos-actores vestidos de militares. A los gritos y con violencia, pedían documentos y apresaban a jóvenes mezclados entre la audiencia. Foto: Mauricio Garín

 

Mariela Goy

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“Algunas chicas salieron con lágrimas en los ojos porque se dieron cuenta de lo cruel que fue la última dictadura militar”. Para conmemorar el 24 de Marzo, los alumnos del centro de estudiantes de la escuela secundaria Almirante Brown recrearon, mediante una obra teatral, la violencia a la que fueron sometidos tres décadas atrás “jóvenes como nosotros que un día estaban sentados tranquilos en un aula y de pronto los venían a ‘chupar’ con armas y a los gritos”, dijeron los alumnos, que participaron de la actuación.

Por una ley del 2002 se instauró el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia como feriado nacional inamovible, incluyéndolo en el calendario escolar. Luego, con la Ley Nacional de Educación de 2006, se dispuso su efectiva inclusión entre los contenidos curriculares. Desde entonces, cada año -y en consonancia con la política de derechos humanos de los gobiernos kirchneristas- aparece nuevo material pedagógico para trabajar en clase tanto el Día de la Memoria como el de Malvinas.

Sin embargo, la “historia reciente” sigue siendo todo un desafío para las escuelas no sólo porque en sus aulas hay familiares de desaparecidos o veteranos de Malvinas o porque la vía judicial sigue abierta, sino también porque estos hechos están alejados del tradicional tinte epopéyico con que los actos escolares celebran sucesos como la gesta sanmartiniana.

Para conmemorar estas fechas, en muchas escuelas llevan invitados para que ofrezcan su testimonio de la experiencia vivida o realizan actos donde se hacen lecturas y se proyectan documentales del golpe de Estado de 1976. En el secundario Simón de Iriondo (ex Nacional) esta semana la mitad del alumnado escuchó a Froilán Aguirre, ex militante de la UES, que estuvo encerrado en un centro clandestino de detención. Y la otra parte de los adolescentes, siguió la disertación de Lucila Puyol, integrante de la agrupación Hijos y abogada que lleva adelante causas judiciales de ex alumnos desaparecidos del Nacional.

Los chicos del Brown, en tanto, quisieron ir más allá y dejar una huella indeleble en la memoria de sus compañeros. “El del 24 de Marzo es un acto complicado de preparar porque es de conmemoración, no de festejo. Se nos ocurrió hacer una dramatización para que a nuestros compañeros les llegue el tema, porque es difícil expresar con palabras un hecho tan doloroso”, dijeron los alumnos del centro de estudiantes del Almte. Brown, que todos los años tiene a su cargo la organización de este acto.

Carolina Brandolini, profesora de Historia de la Escuela Almirante Brown, destacó que los alumnos tienen un interés muy fuerte por la historia reciente del país porque aparece en la televisión, la leen en los diarios o la escuchan en las charlas. “Es un tema que se aborda, sobre todo, desde la materia Formación Etica y Ciudadana en el contenido de los derechos humanos. En general siempre hay debate en el aula, haya o no familiares de desaparecidos, porque es un hecho que genera mucha controversia, lo cual a su vez lo hace atractivo en cuanto a contenido pedagógico”, destacó.

Enfoque renovado

En los últimos años se está renovando el enfoque y la manera de dar la historia que se aleja de aquella simple mirada que homenajea a héroes y gestas. “La historia que se enseña hoy en la escuela tiene más que ver con la historia académica que se desarrolla en las universidades, que se problematiza, que ya no es la historia de batallas y de nombres, sino que justamente trata de dar explicaciones de por qué se desarrollan de determinada manera los hechos, cuáles son los conflictos, los distintos intereses en pugna y los actores sociales que los encarnan”, opinó Brandolini.

En ese sentido, advirtió que no debe dictarse el Día de la Memoria vaciado de contenido. “Se debe tratar de pensar por qué ocurrió lo que ocurrió, tratar de no quedarnos en lo que fue el terrorismo de Estado y el sufrimiento de las víctimas -que eso los chicos ya lo saben-, sino intentar encontrar las explicaciones del porqué se dio ese terrorismo de Estado, qué intentó barrer y cuál era la lucha de los que perdieron la vida por una causa. Lo mismo con Malvinas, que se debe contextualizar, porque no se puede enseñarla desligada de la dictadura”, adujo.

Por su parte, la Prof. de Inglés, Nélida Carbognani, quien desde hace unos años se encarga de organizar los actos del 24 de Marzo en la secundaria Simón de Iriondo, echó mano a una anécdota cargada de sentido. “El año pasado convocamos para dar su testimonio a Angela Urondo, hija de Paco Urondo, que fue alumno del colegio. Ella dijo que su familia no le había contado nada del pasado de su padre. En la secundaria a la que asistió escuchó hablar de ‘esos loquitos guerrilleros’, y ella misma hablaba en esos términos hasta que descubrió que su papá era uno de esos ‘loquitos’. Ahí se le dio vuelta la vida. Por mi parte, diría que desde la política de derechos humanos de los Kirchner para acá, estamos recuperando la memoria, también en las escuelas”.

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“La idea es que los alumnos de la escuela vieran con sus propios ojos y sintieran que en esa época un compañero que estaba sentado al lado de ellos, podía ser secuestrado, torturado y asesinado”, señalaron los estudiantes, que cerraban la obra con el rescate de la memoria a partir del trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Foto: Mauricio Garín

Posicionamiento

Ambas docentes coinciden en que la posición política e ideológica del profesor debe plantearse abiertamente ante los alumnos. “Un docente de cualquier materia tiene sus propias convicciones y ya es algo consensuado a nivel científico que no existe una ciencia objetiva. Sea docente o investigador, su ideología va a quedar plasmada en su manera de ver las cosas y enseñar. Esto no es un inconveniente para nada, porque cuanto más uno pueda sincerarse y decir ‘mi opinión es tal o cual’, más se enriquecerá el aprendizaje y el debate”, sostuvo.

“En mis clases siempre expongo desde qué lugar estoy hablando y discutimos mucho sobre política con mis alumnos, aunque no puedo decir si todos los docentes hacen lo mismo”, expresó, por su parte, la Prof. Carbognani, quien sostiene que siempre es mejor para un adolescente que le hablen desde una posición y no desde una supuesta neutralidad.

Memorias en conflicto

Las posturas sobre un tema tan controvertido como el 24 de Marzo no son fáciles acercar ni de saldar con un debate. ¿Se discute en el aula? “No sé si en los cursos, pero sí en los grupos de compañeros. Hay chicos que están interesados y les llegan historias y otros a los que no se les mueve un pelo. En la obra de teatro todos prestaron atención, había mucho silencio y salieron conmovidos”, señalaron los alumnos Camila Bavera, Milagros Guerrero, Karen Ávalos, Camila Druetta y Emiliano De Leonardi, del Brown. Dos de las alumnas son familiares de detenidos o exiliados en época de la dictadura.

Los chicos del centro de estudiantes contaron que el día de la obra de teatro fueron interpelados en dos ocasiones por quienes sostienen la teoría de la guerra de dos bandos. “Cuando terminamos de hacer la representación, vino una compañera a plantearnos por qué no habíamos comentado nada sobre la otra parte de la historia. Por qué no habíamos dicho que había terroristas que mataban a militares y que fue un enfrentamiento entre dos grupos. También cuando salíamos de la escuela, una señora nos empezó a plantear que los montoneros empezaron la guerra y que los militares tuvieron que hacer todo eso para detenerlos”.

“Discutimos con la señora y con nuestra compañera pero no acordamos posturas. Igual, la nuestra no es una posición cerrada y en el acto, el que quería, podía opinar libremente”, indicaron los chicos.