Alerta máxima

Norcorea mantiene al mundo en vilo

La potencia militar, siguiendo los protocolos internacionales, declaró el estado de guerra hacia Corea del Sur. Kim Jong-un, sentenció que “ha llegado la hora de ajustar cuentas con los imperialistas estadounidenses”. Como posible objetivos se habla de Hawaii y Guam.

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El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó tener preparados sus misiles para atacar en ‘cualquier momento‘ intereses de EEUU y Corea del Sur. Foto: Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA/TELAM/DyN

Corea del Norte entró formalmente en “estado de guerra” con Corea del Sur, y el partido, los ministerios y otras instituciones tratarán desde ese momento todas las cuestiones entre los dos países de acuerdo al “protocolo de guerra”, según señaló el comunicado oficial emitido por el país comunista.

Por ahora, no se informó nada de una posible orden de ataque y las Fuerzas Armadas norcoreanas esperaban nuevas órdenes del líder norcoreano, Kim Jong Un. Aunque sí se habla de posibles objetivos que podrían ser atacados en las próximas horas.

Ante este panorama, el gobierno surcoreano reaccionó con cautela y consideró que el comunicado no supone “una nueva amenaza real”. De hecho, Seúl considera que la nueva declaración sigue a una serie de recientes amenazas, como el anuncio de disposición de las tropas para el combate de hace unos días.

El Ministerio de Defensa de Seúl advirtió -sin embargo- al vecino del norte contra provocaciones militares y aseguró que Corea del Sur responderá con dureza. Incluso, se registraron en la capital movimientos de vehículos y soldados en las bases misilísticas.

Mientras tanto, en Pyongyang se sostuvo que quedó atrás la situación en la que en la península coreana no había ni guerra ni paz. Y se aseguró que cada provocación en la cercanía de la frontera terrestre y marítima con Corea del Sur desembocará en un “conflicto amplio y en una guerra atómica”.

También se reforzaron otra vez las amenazas directas contra Estados Unidos. Como posible objetivo se habla del suelo estadounidense, de Hawaii y de Guam así como de las tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur.

Antecedentes

Las tensiones en la península coreana crecieron sensiblemente desde el tercer test nuclear realizado por Pyongyang en febrero, seguido de nuevas sanciones por parte de la ONU y ejercicios militares conjuntos de Seúl y Washington, a lo que Corea del Norte respondió suspendiendo el acuerdo de alto el fuego con su vecino del sur que puso fin a la guerra de Corea en 1953 y con numerosas amenazas de ataques.

El martes pasado, la cúpula mayor del Ejército colocó a todas las unidades de artillería y de misiles de estratégicos a prepararse en el “máximo nivel de alerta”, cortó la única comunicación telefónica militar con Corea del Sur y habló de la posibilidad del inicio de una guerra “en cualquier momento”. Pese a ello, cientos de surcoreanos fueron el jueves y el viernes a trabajar en el parque industrial común situado en la ciudad fronteriza de Kaesong, en Corea del Norte.

El jueves la Casa Blanca insistió en que las maniobras en Corea del Sur son ejercicios de defensa y que Estados Unidos, está “codo con codo con su aliado Corea del Sur”.

El viernes, Kim ordenó preparar los misiles estratégicos para ataques contra Estados Unidos y Corea del Sur. De esta manera, Corea del Norte reacciona a los vuelos de prueba que realizaron dos bombarderos invisibles estadounidenses sobre Corea del Sur. Corea del Norte acusa a ambos países de estar preparándose para una guerra atómica con los ejercicios militares que realizan anualmente.

Reacción en cadena

Inmediatamente conocido el comunicado oficial, comenzaron las reacciones de las grandes potencias mundiales.

Alemania instó a Pyongyang a dejar de “jugar con fuego” y advirtió sobre una posible escalada de la violencia en la región.

“El irresponsable juego de Corea del Norte con el fuego tiene que acabar”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle. Así mismo, apuntó que la comunidad debe entender las últimas acciones de Corea del Norte como un “serio peligro para la paz de toda la región” del extremo oriental asiático.

Por su parte, Rusia llamó a las partes a la “contención” y consideró la situación como “muy tensa y peligrosa”. “Esperamos que todas las partes ejerzan la máxima contención y responsabilidad y que nadie cruce la línea roja”, informó el Ministerio de Defensa en Moscú.

El Ministerio francés de Asuntos Exteriores expresó su “preocupación” y pidió al régimen de Pyongyang que se abstenga de “toda nueva provocación”. También solicitó a Corea del Norte que “cumpla sus obligaciones internacionales y retome rápidamente el camino del diálogo”.

El Gobierno de Australia instó a considerar nuevas sanciones para el régimen de Pyongyang y el Reino Unido declaró que las advertencias “amenazadoras” de Norcorea tan sólo lograrán un “mayor aislamiento”.

Por último, la Unión Europea llamó a la calma, en especial para evitar “errores de cálculo” en un momento en que se desarrollan maniobras militares en la península de Corea.

En ese contexto, instó a Corea del Norte a “elegir un camino diferente, abstenerse de más provocaciones y acatar las resoluciones de Naciones Unidas relevantes”.

Por el momento, los países afectados consideran a la amenaza como un episodio más de la campaña retórica de Pyongyang, aunque han decidido extremar la vigilancia ante la posibilidad de un ataque.

Preguntas y respuestas para entender el “estado de guerra”

-¿Qué significa el “estado de guerra”?

El estado de guerra es el llamado que hace el gobierno a toda sus tropas y ciudadanía para estar preparados ante una emergencia bélica.

La declaración de guerra -en cambio- es el documento formal proveniente de un Estado hacia otro, donde el primero declara el inicio de hostilidades.

En este caso, el régimen de Kim Jong-Un informa que todo el control estará en función de una posible guerra: por ejemplo, establece cortes de luz y que la gente guarde alimentos y agua, ante un posible conflicto.

-¿Qué implicancias tendría una guerra?

Tiene gran importancia debido a que trae turbulencias a una de zona de relevancia indiscutida para el mundo. El este de Asia concentra a las economías de Japón, Corea del Sur y China. No sólo es un área que aglutina gran parte de la producción mundial de bienes y servicios, sino que cuenta con gran concentración de población: China, con 1.300 millones de habitantes. Este país es la cuarta economía del mundo, mientras Japón es la segunda, detrás de Estados Unidos. Estos tres países, directa o indirectamente, se verían alcanzados por un conflicto armado en la península coreana y, por medio de ellos, el efecto se multiplicaría por el mundo.

-¿Por qué esta vez hay más preocupación?

El régimen que encabeza Kim Jong-un es conocido por su conducta errática en política exterior. Así, en diversas ocasiones ha desafiado tanto a sus vecinos como a la comunidad internacional realizando pruebas misilísticas que han disparado las alarmas en la región, como ocurrió en agosto de 1998, cuando lanzó un cohete que atravesó el espacio aéreo de Japón y luego cayó en el océano Pacífico.

Corea del Norte es un país extremadamente secretista, empobrecido y cuyo único elemento de presión es su capacidad bélica, a la que su líder destina la mayor parte de los recursos, aún a costa de la hambruna de su población.

-¿Cuál es el poder militar de Norcorea?

A pesar de ser un país empobrecido, el poder militar de Norcorea es real. Tiene un Ejército de 1 millón 100 mil hombres que, aunque mal equipados, sí poseen la artillería suficiente como para provocar graves daños. El mayor peligro, está representado por su capacidad nuclear. El hecho de que posea armas nucleares y que esté condiciones de usarlas añade ingredientes que pueden hacer desastrosa una operación militar.

Si bien nadie cree que el régimen de Pyongyang pueda sostener una guerra prolongada, los primeros días de un conflicto de esta naturaleza sí podrían costar miles de vidas.