Al margen de la crónica

La casa inteligente

En el sótano ruge de pronto la calefacción, a la entrada se encienden las luces y en el salón se bajan las persianas como por arte de magia. No es una película de terror, sino lo que para muchos es la moderna casa soñada: que se cuida por sí sola, regula la temperatura de las habitaciones y espanta a los ladrones. Una “smart home” puede todo esto y mucho más. Sobre todo, ahorrar energía.

Y esto funciona así: cada aparato eléctrico, como el motor de las persianas y la técnica de iluminación, está programado y conectado a una computadora. Han sido programadas a horas y a condiciones ambientales determinadas. Pero los habitantes de la casa pueden también mover a mano el interruptor del aparato.

Un sistema unificado, llamado LCN y respaldado por unos 300 fabricantes como Siemens o Cisco, asegura que todos los aparatos hablen el mismo idioma. El usuario sólo necesita el software adecuado que los comunique a todos, según explica Ralf Engels, de Gira, una firma alemana especializada en automatización.

Por ejemplo, un sensor en la ventana registra una fuerte radiación solar y transmite esta información al regulador de la calefacción, que, consecuentemente, reacciona bajando la temperatura. Al mismo tiempo, se bajan las persianas.

La casa sabe de antemano lo que quiere su habitante. Hay, por ejemplo, ajustes básicos como la temperatura del baño o el ajuste de las lámparas. Por ejemplo, cuando llega la hora de ver televisión se apagan todas las luces, excepto una luz tras el televisor, explica el especialista alemán Sebastian Domin.

Hace 25 años surgieron las primeras ideas de cómo unir los productos en una sola red. Hoy, un temporizador que ajusta la temperatura de la calefacción ya no es una novedad. Entretanto en el mercado surgen cada vez más ideas y productos que amplían las posibilidades. Como un botón de pánico junto a la cama que hará que se enciendan las luces de toda la casa ante una señal de peligro.

“Imagínese que está de viaje, ha recorrido ya cien kilómetros en la autopista y de pronto no recuerda si ha apagado un aparato”, dice Domin. Junto a esta máquina o en el enchufe en el cual habitualmente se conecta la plancha hay un interruptor general que puede ser accionado por control remoto mediante el teléfono móvil.

La toma de conciencia sobre el ahorro energético ha incrementado el interés por esta técnica de la casa inteligente. “Porque una de las ventajas principales de una red doméstica está en el ahorro de electricidad y calefacción”, señala el especialista alemán Uwe Rohrbach.

La red se forma mediante cables, cosa que en una nueva construcción no es problema. En una construcción antigua, otra posibilidad es a través de señales de radio. Las señales pueden ser enviadas también a través de la red eléctrica, mediante una tecnología llamada Powerline.

“Todo esto ya no es ciencia-ficción, aunque a muchos les parezca que es así”, dice Engels. Y las posibilidades son aún mayores: en Australia, mediante la función de video de su smartphone, una persona descubrió en 2011 que había un ladrón en su casa mientras se hallaba de vacaciones.