llegan cartas

Hemos escuchado la voz de Dios

Juan Manuel Lafuente.

Señores directores:

Hace dos mil años a Jesús no le creyeron cuando trajo la verdad del Amor al mundo.

Sin embargo su mensaje -que era esencia pura de amor sublime a Dios y a los hombres- quedó inconcluso.

Hoy resucita la Palabra Sagrada a través de nuestro querido Papa Francisco, y con él los hombres hemos escuchado la voz de Dios. El querer de Dios, su gran creación: la naturaleza y el hombre.

El servicio a los demás, es la consigna.

Dijo en su mensaje:

“...Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra San Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos...”

De cumplir con toda la creación “custodiándola aquellos que tienen cargos de responsabilidad, como así con todo el Medio Ambiente”.

Estas palabras los obligan al menos a reflexionar.

¿Hasta cuando el avasallamiento, el atropello a la naturaleza y a sus criaturas indefensa?.

Grandes intereses en puja, provocan el desmoronamiento de la integridad moral del ser por el tener. Y a eso debemos sumarle lo más lamentable: el descreimiento, la indiferencia del pueblo hacia Dios, que trae infelicidad a todo mundo.

Porque creo en el Santo Padre.

Creo en el Santo Papa.

Creo en el Espíritu Santo.

Creo en lo que no veo.

Creo en este cambio mundial que debe producirse para bien de las generaciones venideras.

Nunca más el desamparo total a los niños, a los ancianos, a los animales, a la naturaleza.

Edificar un mundo nuevo con un hombre nuevo, pacífico, bien educado en el amor y en el respeto a todos y a todos.

Respetar, respetar, respetar...

Eso quiso decir nuestro querido Papa.