al margen de la crónica

Una máquina del tiempo

La Biblioteca Británica comenzó a las doce horas de anoche un ambicioso proyecto para crear un gran archivo en el que se guardará una copia de todas las páginas web del Reino Unido para que puedan ser consultadas por las generaciones futuras.

Durante el plazo de un año, comenzarán a almacenarse copias de 4,8 millones de sitios de internet, según estima el centro público, entre páginas institucionales, blogs, dominios locales e incluso foros, para dar a conocer una visión de la sociedad actual a futuros investigadores.

“Admito que es un proyecto realmente ambicioso. No vamos a discriminar entre las páginas, incluiremos todas las que actualmente estén en el Reino Unido”, explicó Richard Gibby, portavoz de la institución.

Con el prestigioso centro londinense colaborarán las bibliotecas nacionales de Escocia y Gales, las de las universidades de Cambridge y de Oxford y el Trinity Collegue de Dublín.

Para sacar adelante esta idea, los seis equipos que desarrollarán el programa arrancarán un complejo sistema informático a partir de esta medianoche, momento en el que entra en vigor un nuevo marco legal que les permite obtener una copia sin contar con el consentimiento del propietario de la web.

“Hasta ahora había que pedir permiso al propietario y, en caso de que hubiese contenido de terceros, se debía contar además con su autorización, todo era muy engorroso y se tardaba mucho”, comentó Gibby.

Ahora no se pedirá permiso, pero se informará a los dueños; pese a que la Biblioteca Británica pretende dirigirse a ellos por escrito de forma individual, el volumen de dominios hace que probablemente reciban simplemente el mensaje automático que lleva integrado el programa informático que obtendrá las copias.

El portavoz del centro reconoce que ese sistema puede generar controversia, por lo que se apresura a aclarar que sólo se registrarán contenidos que hayan sido expuestos en páginas públicas y con el consentimiento expreso de su autor.

“No tiene nada que ver con la información que podemos compartir en redes sociales, donde publicamos datos personales dentro de un grupo muy concreto de privacidad”, señala.

Comenzar el registro de la web tiene como objetivo dejar constancia de las “costumbres y visiones de la sociedad actual y su forma de expresarlas”, una información que puede ser muy valiosa, subrayan desde la Biblioteca Británica, para futuros historiadores.

“Al igual que ahora estudiamos cartas y documentos de la época victoriana, nuestro nietos podrían examinar las páginas web que utilizamos en el día a día”, afirmó Gibby.

Tendrán especial relevancia los periódicos electrónicos y los libros digitales que no cuenten con versión impresa, y para buscar los documentos bastará utilizar internet. Pero si alguien quiere su copia impresa deberá acudir personalmente y solicitarla.

Desde la Biblioteca Británica son conscientes de que el proyecto es indefinido en el tiempo por la propia naturaleza cambiante de internet. “Contamos con que tendremos que actualizar el registro constantemente. Cada año habrá 4,8 millones de páginas nuevas, sin contar con que muchas de las que ya teníamos habrán cambiado su apariencia”, apuntó Gibby.