al margen de la crónica

Caprichos de un magnate

Ningún sueño es imposible para el excéntrico multimillonario australiano Clive Palmer, conocido por impulsar la construcción de una réplica del Titanic, quien planea ahora edificar en Australia el mayor parque de dinosaurios animatrónicos del mundo.

Aunque faltan todavía varios permisos oficiales, este empresario de la minería ha encargado en China la fabricación de 165 dinosaurios robóticos que ubicarán en el bosque de su lujoso centro vacacional de Coolum, de 150 hectáreas de extensión y situado en Sunshine.

Los robots que rugirán, moverán la cola, ladearán sus pechos y pestañearán, serán de hasta 1.200 kilos y 20 metros de altura. Uno de los espectaculares será el de un Deinosuchus, una enorme bestia prehistórica de 15 metros de altura 9 toneladas de peso, y que es antepasado de los actuales cocodrilos.

Aunque “algunos de los dinosaurios tendrán un aspecto feroz”, al tocarlos el público tendrá la sensación de que fueron adorables como los koalas”, aseguró el gerente de Coolum, Bill Schoch.

Según la prensa australiana, los fabricantes han entregado ya cerca de medio centenar de estos gigantes aparatos e incluso alguno ha sido colocado en Coolum, incluidos réplicas de un temible Tiranosaurio Rex mecánico, bautizado como Jeff, y de un Omeisaurus, llamado Bones.

“Si solo han visto a Jeff y Bones, entonces no han visto todavía nada”, señaló Palmer en un comunicado en el notificaba que se había decidido acelerar el proceso de construcción del parque.

Pero la iniciativa de Palmer, cuya fortuna asciende a 795 millones de dólares, al parecer se topa con la burocracia del gobierno local. Russell Green, concejal del municipio de Sunshine, afirma que el multimillonario se está arriesgando demasiado por comprar réplicas de dinosaurios sin que el proyecto haya sido aprobado aún.