A 40 años de producido

Se activa causa por el asesinato en 1973 de José Ignacio Rucci

DyN

La causa por el asesinato en 1973 del entonces secretario general de la CGT, el peronista José Ignacio Rucci, se pondrá en marcha luego de que el juez federal Ariel Lijo, que la había archivado, recibió la orden de activarla por parte de su superior, la Cámara Federal porteña.

Para el 6 de mayo, informaron fuentes judiciales a DyN, el juez Lijo citó a declarar como testigo a Carlos Flaskamp, ex oficial de la guerrilla Montoneros, organización armada de origen peronista que, según acusan la diputada Claudia Rucci y su hermano Aníbal, habría perpetrado el homicidio.

Otro citado a prestar testimonio es Ricardo Grassi, periodista que vive en Roma, Italia, y fue director del semanario “El Descamisado”, órgano oficial de Montoneros de 1973 a 1975. Su declaración será por teleconferencia en fecha aún a determinar.

Claudia y Aníbal Rucci, patrocinados por el abogado Miguel Ángel Plo, pidieron que declaren también, en principio como testigos, Mario Firmenich -residente en Barcelona, España-, Raúl Perdía y Fernando Vaca Narvaja -actual ministro de Obras Públicas en Río Negro-. Y también reclamaron la testimonial de Ernesto Jauretche, secretario bonaerense de Municipios al momento del crimen, en los años ‘90 funcionario del gobierno de Carlos Menem, y disertante en varios eventos organizados por la Secretaría de Cultura de la Nación.

Para los Rucci, la declaración de Jauretche es clave pues, según sostienen, él alquilaba un departamento en el barrio porteño de Flores y lo cedió como cuartel general para el operativo, pues quedaba a ocho cuadras de la casa en que emboscaron al jefe de la CGT.

En agosto de 2012 el juez Lijo consideró que el crimen, en efecto, había sido perpetrado por Montoneros, aunque argumentó que no podía ser considerado “delito de lesa humanidad” y, en consecuencia, estaba prescripto por el paso del tiempo, pero la Cámara revirtió ese criterio.

Participación del Estado

Los hermanos Rucci rebaten ese fundamento, bajo el argumento de que se trata de un delito de lesa humanidad porque hubo participación del Estado ya que el grupo comando y las armas se transportaron en coches oficiales de la gobernación bonaerense que supuestamente facilitó Jauretche.

La Cámara Federal revocó por “prematuro” el archivo de la causa por Lijo y le advirtió al juez que “deviene imprescindible la profundización de la pesquisa”, para saber si la emboscada pudo haber sido financiada o apoyada desde el gobierno del peronista Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires.

A Rucci, referente del ala derecha del entonces peronismo gobernante, lo acribillaron a la salida de la casa en que paraba sobre la avenida Avellaneda 2935, en el barrio de Flores, el 25 de septiembre de 1973, apenas 48 horas después de que Juan Domingo Perón fuera elegido por tercera vez Presidente de la República.

Perón asistió al velatorio del jerarca sindical y confió a la viuda: “Me mataron a un hijo”, y al retirarse les dijo a los periodistas que “estos balazos fueron para mí; me cortaron las patas”.

El libro “Operación Traviata”, nombre con que Montoneros bautizó el ataque, identifica al francotirador como Juan Julio Roqué -montonero muerto en 1976 durante un combate con marinos de la Esma- y a otros dos integrantes, Marcelo Kurlat, “Monra”, y Héctor Arrue, “Pablo Cristiano”, también fallecidos.

En la única entrevista televisiva que concedió en los últimos años, al profesor de historia Felipe Pigna, Firmenich rehusó adjudicarse el crimen: “Me voy a guardar de dar la opinión porque es más complicada la muerte de Rucci y tengo mis dudas sobre algunos implicados, algunos partícipes, como no tengo certezas tampoco, no he de dar opiniones gratuitas, de modo que sobre esto no puedo decir”.

Sin embargo, el periodista Grassi aseguró en una nota escrita en el diario Clarín que la noche del 25 de septiembre de 1973 el entonces jefe máximo de Montoneros se presentó en la redacción de “El Descamisado” y confesó en la redacción: “Fuimos nosotros”.