Artes visuales

“Libro de artista”

Domingo Sahda

Días atrás, fue abierta a consideración pública, en salas especialmente acondicionadas del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, 4 de Enero 1510, Santa Fe, una exposición de obras-objetos bi y tridimensionales agrupados en torno a la denominación “Libro de Artista”. La colección a la vista se constituye con piezas de un gran número de artistas plásticos, algunos de vasta y sólida trayectoria reconocida, otros, bastante menos.

En general, lo que se aprecia en esta colección a la vista que se autoasume como Muestra Fundacional de la entidad Centro Argentino del Libro de Artista es una real dispersión del sentido que, inevitablemente, colisiona con el concepto internalizado del “Libro”, objeto cultural que se define como entidad específica desde hace siglos y que conlleva características que lo define como objeto particular con propiedades específicas. Éstas han ido mutando a través de los tiempos, las técnicas de realización y edición, y las culturas sin dejar de particularizarse en su especialidad. El libro como impreso, con cubierta y folios, ilustrado con imágenes, o no, ha sido desde sus orígenes un puente lingüístico que ha atravesado los tiempos, las culturas, portando la palabra, su esencial estructura como “La hoja voladora” (José Pedroni dixit), superando con sus traducciones a otras lenguas las fronteras humanas, es, por esencia, un vínculo cuya masividad es distintiva. La imagen visual se tipifica, por el contrario, con el concepto realizado de pieza única. Los procesos de reproducción de la misma (grabado, aguafuertes, etc.) portan su numeración y es sabido que su multiplicación es limitada. Vincular pues en un elemento plástico portable ambos códigos lingüísticos induce a la dispersión de sentido, a la curiosidad visual, al ornamento insólito de caracterización ambigua tal cual puede percibirse en el conjunto de obras en exposición. En el impreso de mano se señala “... Destacamos que, junto a la conservación y el estudio de las tradiciones culturales de la colección permanente como signo de solidez académica e histórica, se incrementan las muestras temporales que estimulan el acercamiento a las diversas disciplinas contemporáneas y el interés social por el arte”.

Dichas de este modo las cosas, debemos distinguir con precisión cuándo hablamos de políticas culturales institucionales y cuándo hablamos de arte propiamente dicho, si nuestro interés es fomentar la apreciación y el conocimiento. Este acercamiento rebasará la ocasional curiosidad en tanto la explicitación del sentido resulte, más que una moción de generosa intención, un real proceso de descubrimiento antes que un impacto ante lo insólito y presuntivamente de alta calidad específica.

Los diversos lenguajes que conectan y vinculan se constituyen en tales cuando ambos, emisor y receptor, interpretan y valoran aquello con lo que se enfrentan. Ante lo inesperado, vale el asombro, la curiosidad por lo insólito, el desparpajo con que la entidad expuesta se rotula como “Libro de artista”. No se trata de atarse a un pasado irrecuperable. Se trata, en todo caso de no inducir al desconcierto.

Las obras a la vista dan rienda suelta a la imaginación de cada quien que expone aquello que siente como su mejor producción ajustada a la convocatoria, y con legitimidad creativa aporta su sensibilidad productiva. Esto vale como principio rector de la convocatoria. La calidad visual de lo que se expone permite ver grandes “vacíos” y retóricos huecos expresivos al límite de la “ñoñería” ocasionalmente presuntuosa.

Esta particular modalidad expresiva sujeta a la convocatoria deviene, quizás a su pesar, en “ilegible”, en acuerdo al concepto matriz de lectura de libros, aquí sólo destinada a entendidos e iniciados en esta proposición, si se quiere, lúdica, difícilmente asequible para el ciudadano común interesado por los hechos de la cultura visitante al Museo. Dada de este modo la propuesta, lo que acontece es apenas una anécdota en el imaginario social.

“Ivy Marane ‘y’”

Pablo Affore Lovino expone en el Museo de Arte Contemporáneo MAC, de Bv. Gálvez 1578 una colección de obras presuntivamente vinculadas entre sí, y que en el enunciado de la colección se indica a saber “Ivy Marane ‘y’ ” (lengua guaraní). El expositor se perfila aquí como un curioso investigador del entorno cultural nativo, y de este modo, reúne obras de su producción de diversa estructura material y conceptual aventurando hipótesis de intrincada interpretación dentro de los límites explícitos de la construcción plástica esencialmente abstracta. En un muy bien organizado montaje se aproximan, contrastando a la vez, realizaciones en el plano con ensamblados matéricos de volumen acotado que apelan a la reiteración de módulos preexistentes resignificados para definir hipótesis expresivas, que invariablemente nos remiten a ejercicios creativos de brumoso enunciado. Con una muy cuidada realización en cada caso, los técnicamente inobjetable montajes, sobrerrelieves y estructuras se validan mas por su presencia fáctica que por su enunciación significativa. Así, la ilusión y la elusión se vinculan en parte equivalentes sin coagular efectivamente en una expresión que interpele al espectador, más allá de la sorpresa por lo insólito en el marco de la pulcritud de la razonada ejecución.

La hermeticidad de cada proposición, de acabada y técnicamente impecable resolución se presenta ante nos como hecho inescrutable que mueve a la curiosidad, al interés por develar algún significado presunto.

La multiplicidad de acciones visuales vinculan diversos procedimientos técnico-plásticos en cada subespacio conceptual en los cuales la tensión emocional subjetiva, el vínculo de significación temperamental brillan por su ausencia.

El excelente “hacer” como praxis plástica se impone por sobre el “qué decir”, bloqueando el peso de este último tópico, eventualmente sólo asequible para iniciados.

Pablo Affore Lovino se autodefine como un artista buceador de esencialidades culturales. Enhorabuena. Mas, deberá optar por la construcción propia del lenguaje visual, sea éste abstracto o figurativo en el cual la exploración cognitiva de las culturas primigenias se concreten en resultados de alta potencialidad intrínseca validos por presencia y referencia.

“Libro de artista”

Obra de Mirta Kupferminc.

Foto: Archivo El Litoral