El Gran Gatsby viste a la moda

El Gran Gatsby viste a la moda
 

el jueves se estrena en nuestro país el esperadísimo film El gran Gatsby, del director Baz Luhrmann y protagonizado por Leonardo Di Caprio. ¿El plus? Parte del exquisito vestuario, inspirado en los locos años ‘20, estuvo a cargo de la diseñadora italiana Miuccia Prada. Imperdible.

TEXTO. GEORGINA LACUBE

Es sabida la retroalimentación entre cine y moda a lo largo de los años. Y esta vez, la cartelera cinematográfica sorprende con la quinta versión de El gran Gatsby, la clásica novela de Scott Fitzgerald, protagonizada por Leonardo Di Caprio, Carey Mulligan, Joel Edgerton y Tobey Maguire, y dirigida por el genial Baz Luhrmann, conocido por películas como Moulin Rouge y Romeo + Julieta en las que dejó plasmado su sello: derroche de estética, glamour, espectacularidad y barroquismo. Algo que también extrapoló a la publicidad cuando la legendaria casa Chanel lo convocó, allá por 2004, para que dirigiese uno de sus avisos comerciales donde la protagonista era la actriz Nicole Kidman. (Esta gema puede buscarse en Youtube poniendo chanel + kidman). Desde la etiqueta de la doble “C” invertida dijeron: “Elegimos a Luhrmann por su capacidad para contar una simple historia, muchas veces ingenua, y elevarla a un mundo exótico que genere una nueva experiencia en el espectador. Es sublime su delirio visual y su gran capacidad para la comedia y la tragedia en un mismo film”.

Para esta ocasión, el director promete aún más pues el 3D será su gran aliado para hacernos experimentar y vivir de cerca aquellos años dorados. Todo amenizado con un soundtrack en el que figuran nombres como Beyoncé, André 3000, Florence and the Machine y Lana del Rey.

Otro ingrediente extra que la hace aún más interesante es la mirada estética de la diseñadora Miucca Prada, la máxima autoridad generadora de tendencias.

A modo de presentación, Miucca es nieta del italiano Mario Prada, quien creó la marca con su apellido en 1913. Esa firma cambió radicalmente el rumbo a partir de la llegada de Miucca en 1978, en su doble rol de gerente y diseñadora, tomando vuelo como una de las etiquetas más importantes del globo. A su cargo también tiene Miu Miu, una línea más accesible de Prada. En esta oportunidad, fue el mismísimo director quien la reclutó para trabajar junto a la vestuarista del film, Catherine Martin (ganadora de un Oscar por su trabajo en Moulin Rouge y esposa del director). Baz y Miuccia siempre coincidieron en su fascinación por encontrar formas modernas de entregar referencias históricas. Bajo esta consigna, la italiana adaptó nada menos que cuarenta piezas exclusivas, inspiradas en las colecciones de Prada y Miu Miu de los últimos años, que remiten a la estética flappers. Vestidos de seda y gasa, bordados con cristales y paillettes, pieles y terciopelos integran la propuesta que se completa con detalles de volados, flecos, piedras de colores y mucho brillo.

Fundamentales son los complementos, especialmente los tocados y los collares de perlas. En cuanto a la paleta de colores, los tonos pastel son dominantes: verde agua, azul cielo, dorados, rosas suaves y nudes. Una muestra es el vestido Chandelier (cortado en organza y con aplicaciones de cristal o chandelier que respira lujo por los cuatro costados), perteneciente a la colección primavera/verano 2010 de Prada y que ahora la actriz Carey Mulligan luce en el afiche promocional del film.

Pero esto no es todo. Para componer la estética jazz-age hizo falta mucho más. Se sabe que la cantidad de materiales utilizados en el vestuario es impactante. Los números hablan por sí solos. El total de metros de encaje adquiridos en Solstiss, un fabricante americano de telas de lujo, incluyendo encaje sencillo, encaje con abalorios y telas, es de 1400 metros; y 1.080 es el total de medias, pantys y ligueros de la firma Fogal que cubrieron las piernas de las actrices.

Pero Prada no es la única que da el presente. Otras importantes firmas de moda que participan del film son: Brooks Brothers, encargada de crear el vestuario masculino de la película y Tiffany & Co., quien prestó las joyas repletas de diamantes, piedras preciosas y perlas para la película.

AQUELLOS AÑOS DORADOS

La novela El Gran Gatsby está situada en los años veinte de Nueva York y Long Island, Estados Unidos. Un periodo conocido como la era del charleston, un baile que rápidamente se convirtió en moda como un modo de festejar el boom económico que la Gran Guerra significaba para el país. Este conflicto mundial provocó también un gran cambio en el pensamiento y en la liberación femenina, haciendo que salga a la calle, que trabaje, ganándole terreno al hombre. Eran momentos en que las mujeres bebían mucho, fumaban y desafiaban con su estilo. ¿Vale aclarar que Coco Chanel vivió y se transformó en pionera de esta época? Rebelde por antonomasia, Coco fue un gran estandarte de la moda que llevó consigo esa época y particularmente este baile. Vestidos que les dejaban ver parte de la pierna (concepto “flapper”), de forma tubular y cintura baja, rectos y con un corte en la cadera, pantalones (que anteriormente sólo usaban los hombres), sombreros cloché o campana (hechos de fieltro, sin ala y pegados a la cabeza), bolsos pequeños inspirados en el art-decó fueron algunas de las innovaciones de la década post-guerra y que se pueden apreciar muy bien en la película. Se dejó afuera el corset, quizá metafóricamente como un modo de deshacerse de la opresión. Los vestidos estaban destinados a marcar la silueta femenina y de algún modo, a tener semejanzas con el estilo masculino. Para el día, se preferían los vestidos hasta las pantorrillas plisados o con ligero vuelo. Otro gran clásico de la época fue el corte Bob, un corte de pelo que llegaba hasta la mejilla y que formaba un símil casco en la cabeza de la mujer.

En cuanto a los colores, los tonos empolvados eran los utilizados para el día, mientras que para la noche se buscaba algo más provocador. El maquillaje era más bien sobrecargado, excesivo, barroco, con las bocas bien rojas (algunas en forma de corazón); los ojos en general iban delineados con negro y el rostro generando contraste con aspecto pálido por el uso del talco.

Además, en toda moda no pueden faltar los accesorios, y en eso Coco también impuso su sello. Los collares de perlas, o como se llama también la joyería de fantasía, se acostumbraban a llevar de a muchos, exacerbando, al igual que con el maquillaje, la ostentación y el lujo.

Otros diseñadores famosos de la época fueron Jean Patou (francés, dueño de la marca homónima hasta la fecha de su muerte, en 1936) y Madeleine Vionnet (francesa, quien introdujo el corte al bies en el diseño de alta costura).

LA EXHIBICIÓN

El esperado film ya tiene una exhibición: la “Catherine Martin & Miuccia Prada Dress Gatsby”, que muestra un vestuario de los años ‘20, logrado a partir de la adaptación de 40 vestidos de los archivos de Miuccia Prada y Miu Miu. De la partida son los trajes de gasa con lunares de rafia, los boleros de piel, los velos y las superposiciones para un look enigmático, los vestidos de algodón bordados con cristales, los chales de encaje y pluma, la silueta sirena, los mini sobres de seda con estampado art déco, las gargantillas de perlas, las estolas y los guantes de raso o cuero. Puro lujo vintage.

Bocetos Miu-Miu y Prada.jpg

bocetos del vestuario ideado por miucca prada, una de las diseñadoras convocadas para el filme.

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carey mulligan, una de las protagonistas de la quinta versión de la novela de fitzgerald.

Otras firmas de moda que participan del film son: Brooks Brothers, para el vestuario masculino y Tiffany & Co., quien prestó las joyas .