El precio de la eterna juventud

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El narcisista Dorian Gray (Juan Rodó) sentirá una atracción por la atormentada Sybil Vane (Luna Pérez Lening).

“Dorian Gray, El retrato”, el musical de Pepe Cibrián y Ángel Mahler, basado en la obra de Oscar Wilde, llegará el viernes 24 al Centro Cultural. Juan Rodó, Luna Pérez Lening y Luz Yacianci cuentan en exclusiva sobre esta puesta.

TEXTOS. IGNACIO ANDRÉS AMARILLO. FOTOS. GENTILEZA NACHO LUNADEI.

 

El musical “Dorian Gray, El retrato”, inspirado en la obra de Oscar Wilde, llega a Santa Fe. Con una puesta en escena impactante, y una historia conmovedora que habla del culto a la belleza y el individualismo, Pepe Cibrián y Ángel Mahler construyeron una puesta especial, que hizo este verano su segunda andadura por la calle Corrientes y ahora sale de gira. Así llegará el viernes 24 al Centro Cultural Provincial (Junín 2457).

Para adentrarse en las particularidades de la puesta, Nosotros se contactó con su protagonista, Juan Rodó, y sus dos coestrellas femeninas, Luna Pérez Lening y Luz Yacianci.

PERSONAJES

— El rol de Dorian retoma el tema del “amor posesivo”, similar a otros que encarnaste (Drácula, Frollo, Solimán, Otelo), pero acá su principal límite en la posesión está en su narcisismo. ¿Cómo definirías a tu personaje?

Juan: —En realidad el amor posesivo es a él mismo. Su narcisismo no lo deja salir del laberinto de su ser: se embriaga y se asfixia al mismo tiempo en sí mismo, no puede ver mas allá ya que él ve su propio reflejo, su mundo es él y nada más que él . Es el personaje más estético que he hecho pero es una estética engañadora ya que oculta un verdadero monstruo: algo sucio, maloliente, que es su alma envilecida.

— ¿Qué exigencias te plantea?

Juan: —Una de las partituras más exigidas, con una tessitura muy alta, en donde a la vez esa dificultad se debe disociar para que no afecte la relajación del personaje que está más allá del bien y del mal. Otra dificultad con la que trabajé es la de lograr sutileza y fuerza en la actuación con gran economía de movimientos.

—Sibyl retoma a la tradicional heroína “cibrianesca”, la damisela virginal. ¿Cómo la definirías?

Luna: —Siempre que abarco un nuevo personaje intento no juzgarlo de antemano. Informarme mucho, eso sí. pero entregarme a la dirección de Pepe e ir juntos construyendo. En el caso de Sybil fue eso lo que pasó, y me llevé una gratísima sorpresa. Surgió un personaje atormentado, muy intenso, con conflictos que la envuelven día a día. Y creo que en ese sentido de aleja un poco de la típica heroína, es una heroína triste, que su fuerza nunca es suficiente para salir de la pesadilla en la que vive.

Plantea muchos desafíos, y eso me encanta. En primer lugar a nivel actoral me demanda una entrega muy fuerte. Sybil atraviesa situaciones muy terribles, y entrar desde el personaje en dichas circunstancias creyendo que todo eso esta sucediendo de verdad es muy intenso para mi como actriz.

Es un desafío el hecho de que cada noche sea igual de intensa que la primera. Me exige adquirir nuevas herramientas para llevar a cabo el personaje. Y a nivel vocal tengo muchísima participación en la obra ya que es toda cantada, y si bien yo ya hice obras cantadas en su totalidad, siempre es un desafío, o al menos así me lo propongo yo, siempre cantar mejor que la función anterior.

—A vos Luz te toca interpretar a Hortense, la madre y contrafigura de Sibyl, que no duda en explotar su sexualidad...

Luz: —El desafío es que toda esa sensualidad este apoyada en un conflicto que la justifique y no sea un simple show. Que esa “sensualidad” que llega a ser obscena en algunos momentos refleje la decadencia de los valores y a los límites que llega el ser humano para intentar sobrevivir en este sistema donde seguramente no somos libres.

Hortense no es libre... nació en una época donde no existía la movilidad social y sin educación... no obstante es un ser humano que sufre, pese a que a naturalizado su condición y la acepta, interiormente la aterra... Y ese es el gran desafío, poder mostrar esta profundidad más allá de la comicidad del personaje, su desfachatez y su sensualidad.

DESPLIEGUE

—En esta ocasión les tocó animarse al baile (y a mostrar un poco más, en el caso de Luz).

Luna: —¡Sí, y esta buenísimo!. Me encanta bailar, y ya que hablábamos de desafíos me encantó tener la posibilidad de hacerlo en esta obra, creo que el baile es para mi una herramienta mas para contar la historia.

Luz: —No siento pudor en mostrar cuando el personaje lo justifica: el escenario es un espacio donde me siento absolutamente protegida y segura. Es siempre un placer poder lucirte y llegar a lugares donde en la cotidianidad de la vida no llegamos y eso es fascinante. Cuando protagonicé “Las mil y una noches” en mi versión (a diferencia de la que interpretó Claudia Lapacó), Feyza bailaba mucho más que Hortense y cantaba al mismo tiempo. Eso era realmente agotador. En esta ocasión me vino muy bien porque hacía algunos años que no hacía este tipo de musicales ¡y me sirvió para recuperar mi estado físico!

CONEXIONES

—Juan, has dicho que para construir la química con las actrices buscás conectarte con sus valores artísticos. ¿Qué encontraste en Luz y Luna, que ya te son conocidas?

Juan: —En ambas me conecto con su sensibilidad, principalmente en el compromiso de Luna con sus personajes. Se puede ver todo lo que le pasa en la escena y es una actriz muy potente. En Luz su histrionismo es lo más destacado, me permite a mí jugar aún más.

—¿Cómo es trabajar con Juan? Ya han compartido varias puestas...

Luz: —Es natural, yo lo siento como si fuera mi hermano en el teatro, creo que tenemos ese tipo de relación, no tenemos filtro. Somos naturales, no nos damos por hecho, nos respetamos, nos decimos las cosas y disfrutamos trabajar juntos. ¡El es muy par, muy fresco y muy alegre! ¡Nos divertimos mucho!

Luna: —Trabajamos ya juntos en “Drácula” y también en “Excalibur”, y siempre es un placer. Es una persona muy trabajadora y con muchísimo oficio, y siempre es admirable para mi la gente con tanto escenario, con tantos años de oficio, me gusta nutrirme de todo eso.

LA OBRA

—¿Cuáles creen que son los puntos fuertes de la obra?

Juan: —El duelo entre Basil y Dorian, entre su creador y el creado: es un conflicto de poderes, la obra que se devora a su hacedor. La canción de la culpa, retrato de un psicópata, la canción final por sobre todo, el costo del capricho: es donde el personaje se redime y afronta su destino.

Luna: —Creo que es una obra intensa. Con muchos puntos fuertes, la estética que propone Pepe desde el vestuario, los maquillajes y por supuesto la bella puesta de luces, genera un clima muy particular. La música es por supuesto un punto fundamental, creo que encaja perfecto con la historia que se cuenta, pero como siempre lo mas importante son los conflictos que van apareciendo a lo largo de la obra, y como estos se van profundizando y van modificando a los personajes.

Luz: —La temática, que es muy actual. Vivimos en una sociedad muy narcisista, individualista con miedo a la fealdad y al envejecimiento físico. Otro punto fuerte es que los interpretes no solo cantamos sino que nos comprometemos con los personajes en un trabajo actoral muy fuerte y eso le da realismo a la historia y profundidad. Pepe trabajó mucho con nosotros, y la música acompaña muy bien los textos... Se entiende muy bien lo que se canta pese a que algunas voces son líricas.

EN LA RUTA

—Después de la temporada del Lola Membrives, ¿cómo están viviendo la gira?

Juan: —Con mucha ilusión y alegría. Con ganas de que la gente me vea en algo distinto. Ciertamente Dorian hizo un viraje en mi carrera en aquel momento y es una gran oportunidad por mostrarlo a los que no la vieron.

Luz: —¡Excelente! Muy organizado todo, una gira agradable con un equipo de trabajo súper lindo, me siento muy cuidada y trato de cuidar también a mis compañeros. ¡A veces estar lejos de casa hace que necesitemos acompañarnos más y lo logramos! Con mucha afluencia de público. Siento que el público valora también el esfuerzo de movilizar toda una obra llegando a cada lugar para que se pueda disfrutar en sus ciudades la cartelera de la calle Corrientes.

—¿Y vos, Luna, en tu primera gira nacional?

Luna: —Estoy muy contenta por estar viviendo esta experiencia. Es un aprendizaje muy grande el poder actuar cada noche en un teatro distinto, al margen de que es un placer recorrer nuestro país y conocer lugares, y disfrutar del público de las distintas provincias que siempre nos reciben con muchísimo cariño.

PIBA DE ORO

—Ya pasaron dos años de tu debut: una Lucy de 16 años en “Drácula”. ¿Cuánto sentís que creciste desde entonces?

Soy una persona que necesito ponerme nuevos desafíos en el camino siempre, y me concentro en la dificultad y no en lo que ya tengo, creo que es la única manera de crecer realmente, nunca dejar de aprender.

Sin dudas, la experiencia en el escenario que adquirí en estos tres años de hacer temporada es importantísima pero siempre me concentro en mis espacios de estudio, con mis maestros y en ver hacia donde quiero ir y no tanto en lo que logré, sino en todo lo que queda por corregir, adquirir, y lograr.

—Te deben decir seguido que “el cielo es tu límite”. ¿Sentís que es así?

Luna: —Siento que el limite siempre es uno mismo. Todos tenemos limitaciones para lo que sea que nos propongamos, y en nuestro caso, los actores y cantantes, es un proceso muy largo, porque el instrumento somos nosotros mismos. Y requiere de un esfuerzo muy grande y de un constante cuidado y disciplina.

Creo que en definitiva, nadie nos frena a hacer cada día mejor lo que amamos hacer, pero lleva muchísimo trabajo, y dedicación. Pepe siempre dice que el talento es un 10 por ciento del trabajo. Y yo coincido. No basta con el talento. Hay que esforzarse duro y ponerse nuevos desafíos constantemente.

DISTINCIÓN

—¿Juan, cómo viviste la doble victoria con “Excalibur”, como intérprete y por la obra?

Juan: —Yo ya no esperaba ningún premio. Fue una sorpresa que jamás imaginé iba a recibir. Fue un gran reconocimiento, que mas allá que me conozcan, me vuelvan a conocer mis pares. Los actores mayores, los que no son mediáticos. Los que son del oficio, los importantes artistas de ayer olvidados hoy. Por eso me siento honrado de tal distinción que proviene de gente tan honorable. Doble alegría al ser elegido como actor y además “Excalibur”, que fue una obraza.

CHICA POLIRRUBRO

—Además de ser una figura del musical, participaste en el disco de una banda de metal celta (Dolmen) y creaste un espectáculo de teatro ciego (“A ciegas con Luz”). Sos toda una polifuncional...

Luz: —¡Sí! Me divierte incursionar e investigar. Todo lleva tiempo y esfuerzo, eso me ha hecho crecer mucho como persona y artista. Hoy siento que soy por sobre todas las cosas un ser creativo que debe estar en movimiento, hice tres versiones de “A ciegas con Luz”, y en cada una canté, escribí, dirigí y por sobre todas las cosas aprendí.

Me construí a mí misma y siento que me queda mucho por hacer, tengo ansiedad de hacer y trato de encontrar el equilibrio para cumplir con el sistema y lograr mis anhelos... En ese tiempo también compuse la música de una obra y conduje un programa de espectáculos para el canal de la ciudad.

En Dolmen lo conocí a Athy the Electric Harper y estoy poniendo voces a algunos de los temas de “Harp Seduction”.He participado en muchos discos, ¡y éste es el momento de participar del mío! Por eso, estoy comenzando a trabajar sobre esta idea.

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Luz Yacianci le pone el cuerpo a Hortense, la resentida y sensual madre de Sybil.