El agro y la polis

El Estado Nacional invertirá $ 20 millones para montar una muestra que le compita a Palermo, dentro de Tecnópolis. Un alto precio para intentar mostrar “su” versión del campo, donde la entelequia del agregado de valor se hace realidad.

Federico Aguer

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En la antigua Grecia, la polis era un estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio. Desde entonces, el concepto pasó a denotar todo lo relacionado con lo urbano, en contraste con la ruralidad y el campo.

En un contexto de marcado enfrentamiento entre el gobierno y el sector productivo (que insistentemente viene reclamando diálogo para reformular las políticas agrarias), todavía resuena el intento de reestatizar el centro de exposiciones de Palermo, pleito que - por ahora - está en manos de la Corte Suprema de Justicia.

Esta semana se supo que la nueva movida oficial se llama Agrópolis, un espacio para el campo dentro de la ciudad.

El concepto carece de originalidad, ya que fue adoptado como recurso de marketing por Agroactiva el año pasado, para demostrar que dicha exposición montaba una verdadera ciudad dentro del campo, lo cual ciertamente era verdad.

Pero lo más grave no pasa por ahí, sino por el tema económico. Lo cierto es que las resonantes ausencias de la última edición de Expoagro despertaron suspicacias respecto de eventuales presiones oficiales para boicotear a la muestra de Clarín y La Nación. Algunas empresas, dependientes de la buena voluntad de Moreno para autorizar importaciones de insumos esenciales “sumarían puntos” con el díscolo secretario de Comercio Interior, si en vez de apoyar a la tradicional exposición de la SRA se mudan a Villa Martelli.

Para el kirchnerismo -lo venimos sosteniendo desde hace años- el campo es sinónimo de atraso, trabajo en negro y concentración. Por eso, darle un espacio dentro de su exposición (impregnada de tecnología), le otorga un sesgo más afín a su preconcepto. Y de paso, se transforma en una nueva movida en el tablero de la partida contra la entidad del campo que más desprecia. Un país con buena gente.