¿Cómo ayudar a la persona con obesidad?

La autora reflexiona sobre la difícil situación que viven estos pacientes porque constantemente luchan contra ellos mismos (sus antojos, impulsividad, emociones negativas) y contra los demás (invitaciones, agasajos, costumbres culturales) y sugiere cómo poder ayudarlos.

TEXTO. LIC. EN PSICOLOGÍA ALFONSINA FERRARINI, CENTRO DE NUTRICIÓN INTEGRAL DR. CRISTIAN MEYER.

 

Gran parte de los pacientes con obesidad comentan que es difícil recibir ayuda de quienes los rodean -familiares, amigos, compañeros de trabajo o de estudio- y esto no se trata de falta de cariño, interés o falta de apoyo, sino de una falta de entendimiento sobre la obesidad y la persona que la conlleva.

Ocurre que muchos no miran la obesidad como enfermedad (con incidencia de lo físico-orgánico, psicológico y emocional) sino que la miran recortadamente: como un estado de abandono del cuerpo, como una etapa de mal comer o malos hábitos, o bien como un estilo de vida, que se elige. Y por la falta de entendimiento de cómo piensa, siente y se comporta la persona con este problema es que, a veces, en lugar de ayudarlo se lo boicotea.

¿Cómo boicoteamos a una persona con obesidad que se encuentra haciendo dieta o algún tratamiento para descender de peso? Cuando en una reunión, evento, fiesta, etc. le decimos: “Come esto, proba esto otro, un poco ¿que te va a hacer?”, o cuando le decimos: “Hoy disfruta y mañana seguís con tu dieta”, o al decir: “Probá esta comida que la hicieron especialmente”.

Estos son algunos ejemplos de boicot, porque aunque quien dice estas frases no tiene la intención de actuar malintencionadamente contra una persona con obesidad y contra su voluntad de cuidarse, a veces lo termina haciendo por falta de entendimiento y minimización del problema.

TENTADO TODO EL TIEMPO

La persona con obesidad suele tentarse todo el tiempo con comida y más aun si está “a dieta” o intentado controlar su alimentación para poder bajar de peso y mejorar su salud. Aquí es cuando más se tienta, al aprovechar esas oportunidades de comer algo distinto (a lo que viene comiendo) o saborear lo que hace tiempo no prueba.

Por lo tanto, considerando que es difícil ponerse límite y decir “no”, más aun lo será si quienes lo rodean en agasajos, salidas o festejos incitan a la persona con obesidad a comer o probar todo lo que hay, queriendo compartir ese placer. Y para esta persona sería tener que decir muchas veces “no”, cosa que cuesta bastante.

Por otra parte, estas frases de aliento a comer y aprovechar la oportunidad donde se presentan manjares y cosas ricas significan para la persona con obesidad un autoengaño, ya que en el fondo sabe que es una excusa más para transgredir su dieta o dejar a un lado los nuevos hábitos.

Siempre hay oportunidad y excusa para comer: “Hoy por este festejo, mañana por mi cumpleaños, pasado porque viene a casa visita, el sábado porque compartimos almuerzo en familia, y el domingo, no hice nada, pero la verdad me comí todo porque estaba aburrido y deprimido”.

Lo que para el delgado es una “ocasión especial”, para el obeso una “ocasión habitual”. Entonces podemos resumir que para la persona con obesidad, todos los días pueden llegar a ser una buena y justa ocasión para romper su dieta o dejar de cuidarse.

UNA OPORTUNIDAD

¿Cómo ayudar? En principio, poniéndonos serios con esta enfermedad, no entenderla como algo que se puede tomar y dejar fácilmente o como una simple elección de la persona que la sufre y no minimizando sus consecuencias.

Es importante entender que es algo difícil para quien la padece, porque constantemente se lucha contra uno mismo -contra los antojos, la impulsividad, la desmotivación, las emociones negativas- y contra los demás -invitaciones, agasajos, costumbres culturales, formas de demostrar cariño o aprecio a través de la comida-.

Además, ayudamos cuando no victimizamos a la persona con obesidad y entendemos que no comer en exceso o “lo que le gusta pero le hace mal” será una recompensa y no un castigo; será una oportunidad que tiene esa persona de probar su fortaleza y confiar más en sí misma, un paso hacia su gran meta. Cuando deje de otorgar vía libre a sus ganas y deseos de ricas comidas dará lugar a los deseos y ganas de hacer muchas otras cosas, que hasta ahora la obesidad no le permite.

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