El tópico del bárbaro y la bella: Khal Drogo y Daenerys Targayen.

Transcurre en un mundo imaginario, similar a la Europa medieval, con rígidas estructuras sociales y la evocación de conflagraciones históricas; donde las estaciones duran décadas y la llegada del invierno esconde amenazas acaso definitivas.

Y allí, entre cultos que emergen y dioses que se niegan a morir, a la sombra de un pasado de criaturas sobrenaturales y dragones que quizá no esté completamente sepultado, y con el poder de los ejércitos y el oro como factores determinantes -y la sangre como una excusa fácilmente derramable- se juega un juego impiadoso. Un juego en el que, una vez que se entra -por vocación o a la fuerza- sólo se puede ganar o morir, aunque no todos conozcan las reglas necesarias.

A continuación, algunas claves para desentrañar el vasto universo del “Juego de Tronos”.

A LAS PUERTAS DEL INVIERNO

Empieza con una decapitación. Lord Eddard Stark, señor de Invernalia y Guardián del Norte, ajusticia con pesar, pero también con un inquebrantable sentido del deber y el honor, a un desertor de la Guardia de la Noche; un cuerpo formado por una mezcla de guerreros y monjes que, en el colosal muro construido en el extremo del continente, protege al mundo civilizado de los salvajes que moran al otro lado, y de otras amenazas mucho peores, sólo conocidas a través de los relatos y los temores transmitidos durante generaciones. Pero que acaso se haya convertido en la razón de que el infortunado defensor se haya decidido a romper sus votos para poder huir, y termine pagando las consecuencias.

Empieza con un hallazgo. Después de la decapitación, uno de los hijos de Stark encuentra una loba huargo muerta -por las astas de un ciervo- que antes había dado a luz a cinco cachorros. Hay uno para cada uno de los hijos legítimos de Lord Eddard: Robb, Sansa, Arya, Bran y Rickon. Jon Nieve, el hijo bastardo, encuentra un sexto cachorro separado de la manada: un albino con la piel blanca y los ojos rojos al que llamará “Fantasma”.

Empieza con el arribo del rey. Robert Baratheon llega a Invernalia con su corte, su esposa Cersei Lannister y sus hijos Joffrey, Myrcella y Tommen. El hermano mellizo de la reina, Ser Jaime Lannister de la Guardia Real, y su hermano menor Tyrion, el enano también llamado “El Gnomo”. Robert pide a Eddard ser la nueva Mano del Rey -una especie de primer ministro- después de la muerte de la anterior, Lord Jon Arryn, en circunstancias y por razones misteriosas.

Mientras tanto, en el este, el magíster Illyrio Mopatis y el príncipe exiliado Viserys Targaryen conspiran para casar a su hermana de trece años de edad, Daenerys, con Khal Drogo de los Dothraki, una raza de caballistas bárbaros. Drogo manda una horda de cuarenta mil guerreros montados que Viserys planea usar para recuperar su patria, que le arrebató el usurpador Robert Baratheon. Entre los regalos de boda se encuentran tres huevos de dragón petrificados. Y así también empieza.

PUNTO DE PARTIDA

Para quienes hayan visto las tres temporadas de la serie “Juego de tronos”, o estén más adelantados en la historia mediante la lectura de los cinco libros publicados -de siete previstos- de la saga “Canción de Hielo y Fuego”, resulta sorprendente comprobar hasta qué punto los hilos centrales del complejo y profuso entramado que se desenvuelve a continuación, ya estaban tendidos en el capítulo fundacional. Para quienes se sumen con retroactividad a la creciente legión de fanáticos, conviene advertir que esto es permanentemente así; que todo lo que ocurre -por arbitrario o incluso absurdo que pueda parecer- tiene una razón oculta, desencadenará repercusiones inmediatas o lejanas, o es el eslabón faltante para enlazar el pasado y el futuro de maneras impensadas.

Por eso se debería decir, en rigor, que todo lo que se cuenta desde el punto señalado empieza antes. Principalmente, y aunque ese universo de ficción registra antecedentes milenarios, quince años atrás. Con una serie de acontecimientos que los personajes recuerdan o refieren -siempre según sus respectivos puntos de vista- y que permiten al lector componer ese escenario previo, el tablero en el que va a desarrollarse el juego de tronos. Empieza, entonces, con una guerra.

ANTES DEL JUEGO DE TRONOS

Quince años antes del momento en que arranca la saga, los Siete Reinos estaban separados por una guerra civil, conocida alternativamente como la Rebelión de Robert o la Guerra del Usurpador. El príncipe Rhaegar Targaryen secuestró a Lyanna Stark, despertando la ira de su familia y de su prometido, Robert Baratheon. El Rey Loco, Aerys II Targaryen, ejecutó al padre de Lyanna y a Brandon Stark cuando ellos intentaron rescatarla.

El segundo hermano de Lyanna, Eddard Stark, se unió a sus amigos de la juventud, Robert Baratheon y Jon Arryn, en la declaración de guerra contra los Targaryen, asegurando la lealtad de la Casa Tully y la Casa Arryn a través de una cadena de matrimonios dinásticos (Lord Eddard con Catelyn Tully, antigua prometida de su hermano Brandon, y Lord Arryn con Lysa Tully). La poderosa Casa Tyrell continuó apoyando al Rey, pero la Casa Lannister y la Casa Martell pusieron respectivas excusas por los insultos que habían recibido del monarca.

La guerra civil llegó a su clímax con la Batalla del Tridente, en la cual el Príncipe Rhaegar fue asesinado por Robert Baratheon. Los Lannister finalmente acordaron apoyar al Rey Aerys, pero luego se volvieron brutalmente en su contra, saqueando la capital Desembarco del Rey. Jaime Lannister, de la Guardia Real, asesinó al Rey Aerys y la Casa Lannister juró lealtad a Robert Baratheon.

Los Tyrell y el resto de los fieles al Rey Aerys se rindieron y Robert fue declarado Rey de los Siete Reinos. Desafortunadamente, durante la guerra, Lyanna Stark murió, aparentemente de enfermedad. Entonces, Robert Baratheon se casó con Cersei Lannister, para consolidar la alianza.

A pesar de la victoria de Robert, el hijo y la hija más jóvenes del Rey Loco (Viserys y Daenerys Targaryen) fueron llevados a través del mar por criados fieles. Después de la guerra, la Casa Martell eligió el camino del aislamiento, desde que la hermana de la princesa de Dorne, Elia Martell (la esposa del príncipe Rhaegar) y sus hijos pequeños fueran asesinados por Gregor la Montaña Clegane durante el asalto a la capital.

Seis años después, el rey Robert atajó con determinación la rebelión de Balon Greyjoy de las Islas del Hierro. Los dos hijos mayores de Lord Balon fueron asesinados, mientras que su hijo más joven, Theon Greyjoy, fue entregado a Eddard Stark como un pupilo.

COMIENZA EL JUEGO

El inicio de la saga plantea cuatro escenarios: la Invernalia de los Stark -donde se dan los acontecimientos que disparan la historia-, el Muro y su lado norte, en el bosque encantado y las tierras de los salvajes -donde comienza a hacerse visible la amenaza que se cierne sobre todo el continente y contra la cual la Guardia de la Noche parece una escuálida protección-, el este -donde Daenerys Targayen comienza su odisea- y Desembarco del Rey, sede de los Siete Reinos.

N. de la R: A partir de este punto se mencionarán cuestiones necesarias para explicar de qué manera se plantea el Juego de Tronos, pero que avanzan detalles de la trama que podrían resultar indiscretos para quien prefiera descubrirlos por sí mismo. En cuyo caso se recomienda saltearse los próximos párrafos, hasta el subtítulo.

¿Listo?. Bueno, continuamos. Lo siguiente pasa en la primera temporada de la serie, y el primer libro de la saga.

El amor incestuoso entre Cersei y Jaime Lannister es uno de los factores principales que desatan la serie de acontecimientos que terminan en la Guerra de los Cinco Reyes. En Invernalia fueron descubiertos por Bran, uno de los hijos de Stark, al que Jaime empuja desde lo alto de una torre y deja convalesciente. Después, la falsa acusación contra Tyrion Lannister con respecto a un posterior intento de asesinato del chico, derivará en su detención y en la movilización de las tropas de su padre, Tywin, contra la casa Tully (a la que pertenece Catelyn).

Pero también en Desembarco del Rey (capital de los Siete Reinos) se descubre que los supuestos hijos de Robert Baratheon en realidad son de los mellizos Lannister, descubrimiento que supuestamente causó la muerte de la anterior Mano, Jon Arryn, y que también decidirá la suerte de Eddard Stark y de sus hijas, Sansa -prometida del príncipe Joffrey- y Arya. En tanto, la muerte de Robert genera una guerra de sucesión. Joffrey asciende al trono, pero los hermanos del monarca fallecido, Stannis y Renly, reclaman el derecho. Ambos se proclaman reyes, lo que además los enfrenta entre sí. El curso de los acontecimientos provoca el alzamiento de Robb Stark, proclamado rey en el Norte, mientras Sansa permanece como rehén en Desembarco del Rey y Arya consigue escapar.

El quinto rey que interviene -aunque lateralmente- en la disputa es Balon Greyjoy, proclamado rey de las islas del Hierro. Sus acciones llevarán a los hijos menores de Stark, Brandon -poseedor de poderes aún por explorar- y Rickon a una peligrosa travesía.A su vez, Jon Nieve se suma a la Guardia de la Noche en el Muro. La desaparición de su tío Ben, el avance de los salvajes y las primeras manifestaciones de una amenaza inmemorial y sobrenatural -que llega con el largo e inminente invierno- nutren la trama en este sector.

Mientras tanto, muy lejos de allí y con otros tiempos, Danerys Targayen comienza a juntar fuerzas para volver a tomar los Siete Reinos.

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO

Lo que sigue es una epopeya que enhebra guerras, actos de heroísmo y de crueldad, romances, traiciones, muertes terribles e inesperadas, nuevos personajes y revelaciones, cambios de escenario, giros argumentales, un paulatino crecimiento de los elementos fantásticos -sin que esto releve las intrigas mundanas- y una progresión dramática que va de las pausas para profundizar en los conflictos al vértigo de la sucesión de acontecimientos. Y todo con una coherencia admirable, sin trampas y con un irrestricto respeto por la inteligencia del público.

Los espectadores de Juego de Tronos que estén al día deberán esperar prácticamente un año para acceder a la cuarta temporada, que retoma los acontecimientos narrados en la segunda mitad del tomo tercero de la saga, Tormenta de Espadas. Ese es también el tiempo que tienen para ponerse a la par quienes decidan ingresar ahora al particular universo creado por George Martin. Quienes siguen la historia a través de los libros están un poco más adelantados en cuanto al rumbo de los acontecimientos, pero también deberán esperar para conocer su desenlace: de los siete libros previstos, todavía quedan dos sin publicar.

Como el autor se toma su tiempo para publicar cada tomo -no podría ser de otra manera, dada su extensión y la complejidad de la trama-, hay quienes expresaron su temor de que la serie avance más rápido y se quede sin “combustible” literario. Martin dice que eso no va a pasar. Y también, como para que nadie tema quedarse sin saber cómo termina la historia si a él le pasara algo que le impidese escribirlo, el final que tiene pensado está en conocimiento de los productores del programa. Para quien lo vea desde afuera puede parecer un recaudo excesivo, pero indudablemente los seguidores de la saga no piensan lo mismo. Y cada vez son más.

Fuente: http://hieloyfuego.wikia.com

LA SAGA

Juego de Tronos es una novela de fantasía escrita por el autor estadounidense George R. R. Martin en 1996, primer volumen de la todavía inconclusa saga Canción de Hielo y Fuego. Los demás volúmenes publicados son Choque de Reyes (1998), Tormenta de Espadas (2000), Festín de cuervos (2005) y Danza de Dragones (2011). Los últimos libros, todavía no editados, son Vientos de Invierno y Sueño de Primavera.

También hay relatos más breves, que expanden el universo de la saga: El Caballero Errante, La Espada Leal, El Caballero Misterioso, Sangre de Dragón, Camino de Dragón, Hijos del Kraken y Dominio de Dragones.

La serie de televisión, en tanto, es emitida por HBO y acaba de completar su tercera temporada, de diez capítulos, que abarca hasta la mitad del tercer libro.

Una panorámica del campamento de los salvajes, más allá del Muro.

sigue en la próxima página

Una epopeya que enhebra guerras, actos de heroísmo y de crueldad, romances, traiciones, muertes terribles e inesperadas, nuevos personajes y revelaciones.

OPINIÓN

¿POR QUÉ SOMOS FANÁTICOS?

POR ROMINA SANTOPIETRO.

La saga literaria Juego de Tronos de George R. R. Martin ha generado una legión de fanáticos, ya sea por la serie o por los libros. Algunos llaman al autor “el Tolkien contemporáneo”. Ha creado una fantasía épica que ha revolucionado el género, pero hasta ahí la similitud con el profesor inglés.

Aquí no luchan las fuerzas del bien contra el mal, en la tierra de los Siete Reinos no es el más noble quien sale victorioso... Más bien todo lo contrario.

Entonces, ¿qué es lo que nos fascina de esta cruenta historia? ¿La exhibición descarnada de las más bajas pasiones humanas, en danza con la vida, la guerra, el honor, la ambición, los tabúes? Porque el autor no se priva de nada: incesto, traiciones, asesinatos, emboscadas, mentiras.

¡Ni siquiera de matar a los protagonistas! ¡El mayor tabú de un escritor! El fanático no puede encariñarse con ningún personaje, a riesgo de sufrir cuando éste sea eliminado, y nunca de manera amable. La muerte por causas naturales no es muy común en Juego de Tronos.

Aquello de “en la guerra y en el amor todo vale” es la esencia del relato, sólo que aquí prima el amor por el poder, para alcanzarlo o conservarlo, a cualquier precio.

Y las mismas pasiones se reflejan en los seguidores, enojados con el inescrupuloso George luego de la emisión en la serie de la Boda Roja. Las redes sociales ardieron en reacciones por ese capítulo. Reacciones que los lectores ya habíamos tenido... Leí furiosamente hasta las 5 de la mañana para saber cómo seguía, qué pasaba después, pero no les voy a contar nada. (algo para destacar es la “ley de silencio” que impera en los lectores para no arruinarles la fiesta a quienes siguen la serie por televisión o Internet).

Y ahí es cuando el relato cobra entidad propia, en el momento en que queremos ser parte de esa historia.

Tenemos el deseo de ser sorprendidos y maravillados con los horrores surgidos detrás del Muro de la imaginación de Martin, prontos a estallar bajo la delgada pátina de civilización de esta tierra asolada por la guerra.

Ya en la noche de los tiempos nos reuníamos alrededor de las hogueras, para ser fascinados por los contadores de historias. Finalmente somos como niños que ceden al influjo de una historia atrapante. Elegimos a nuestros paladines, peleamos hombro con hombro con los caballeros, convivimos con cuervos y huargos, intrigamos y sufrimos con las princesas, y creemos fervientemente en dragones.