Empató con Santamarina y como tenía ventaja deportiva...

Sportivo Belgrano ascendió a la Primera B Nacional

En una serie final llena de polémicas, el Verde de San Francisco, Córdoba, anotó el gol consagratorio cuando se jugaban tres minutos adicionados, a través de un penal. Así, por primera vez en su historia jugará en la segunda categoría del fútbol argentino.

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Grandes festejos. El Verde ya está en la B Nacional y toda una ciudad delira junto a su equipo en un hecho inédito en su historia. Foto: Gentileza Diario la Voz de San Justo

 

Redacción de El Litoral

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Télam

Sportivo Belgrano de San Francisco consiguió ayer el ascenso a Primera B Nacional, tras igualar 1 a 1 como local ante Ramón Santamarina de Tandil, por el encuentro de vuelta del repechaje del Torneo Argentino A.

Todas las emociones llegaron en los últimos 10 minutos, porque a los 37 del complemento Román Strada le daba el triunfo y el ascenso a Santamarina, pero cuando ya se jugaba tres minutos adicionados, Juan Manuel Aróstegui anotó, de tiro penal, el empate para el delirio de la hinchada local.

En el partido de ida por la final de este repechaje, habían igualado el miércoles sin goles en la ciudad de Tandil. Los de San Francisco contaban con ventaja deportiva por haber finalizado mejor ubicados en el Undecagonal Final de la fase regular del Argentino A (segundos contra el tercer lugar de Santamarina); por eso, les alcanzaba ayer con otra igualdad para jugar por primera vez en su historia en la B Nacional.

De esta manera serán tres los representantes de la provincia de Córdoba en el segundo torneo de la Argentina la próxima temporada. Sportivo Belgrano, se suma a Instituto y Talleres, este último también ascendido esta temporada desde el Argentino A.

Se vio un partido parejo en la primera media hora de juego, y a los visitantes tratando de ser protagonistas, llevando la pelota cerca del arco local, pero sin embargo no pudieron generar acciones de mayor peligro.

De a poco fue mermando el dominio de los tandilenses y Sportivo comenzó a adueñarse de la pelota para jugar lejos de su arco. En una jugada que parecía intrascendente, Juan Manuel Aróstegui estuvo a punto de abrir el marcador, ya que se encontró de frente con la pelota luego de un rebote que otorgó el arquero visitante Daniel Bertoya, pero el delantero no pudo concretar lo que fue la chance más clara para los locales en esa etapa.

Parecía que era Sportivo Belgrano el que tenía que ir a buscar el triunfo, porque durante los primeros 30 minutos del complemento metió a Santamarina contra el arco, aunque sin poder anotar el gol que le diera la tranquilidad para asegurar el ascenso.

Ya con 15 minutos para finalizar el encuentro, los visitantes salieron a dar todo para lograr el objetivo, y fue así que pusieron contra el arco a los “verdes”.

Y por éso de que los goles que no se hacen en un arco, se sufren después en el propio, Strada recibió de Martín Michel y mandó a la red la pelota para el delirio de los visitantes que acariciaban el ascenso.

Luego fue con todo el local a buscar la igualdad, y por éso con Santamarina refugiado sobre su área, lo buscaba reiterándose en el envío de centros, y en uno de esos envíos aéreos tras un cabezazo de Zampedri, la pelota dio en la mano de Diego Bucci y penal para el conjunto local.

El goleador Aróstegui, ex Boca Juniors, se hizo cargo y acomodó la pelota en el palo derecho de Daniel Bertoya, quien fue sobre el otro palo. 1 a 1 y Sportivo Belgrano a la Primera B Nacional.

Análisis

por José Curiotto

El pasado se hizo presente

El primer sorprendido por las lágrimas fui yo. Es que, a decir verdad, mentiría si dijera que desde siempre fui hincha de Sportivo Belgrano, ese equipo chico y sufrido, de barrio chico, de una ciudad chica y poco futbolera, como San Francisco.

Pero las lágrimas estaban allí. Y por un rato largo, me embargó una emoción irrefrenable.

¿Qué había sucedido?, ¿cómo encontrar explicación para ese nudo en la garganta?

Durante los dieciocho años que viví y crecí en San Francisco, apenas si fui a la cancha en dos o tres oportunidades. Quienes tenían la posibilidad de seguir una carrera universitaria debían partir en busca de nuevos horizontes. Y yo no fui la excepción.

Pero veinticinco años después, allí estaba. En mi querida Santa Fe, junto a mi hija mayor, mirando por televisión al mismo Sportivo Belgrano del que tanto había escuchado hablar durante mi infancia.

Cuando el milagro del ascenso estuvo consumado, la tele se apagó. Algo avergonzado, reconozco, intenté ocultar mis lágrimas. Y de pronto, comencé a comprender qué había sucedido.

Mi entrañable amigo Andrés Costamagna estaba en la cancha y, en el pitazo final, me llamó orgulloso para que yo pudiera escuchar los gritos de esa hinchada poco entrenada para los grandes momentos. Me imaginé que su padre, Celso, un tipo bondadoso al que la vida golpeó demasiado duro, permanecía de pie y congelado junto al alambrado, mirando cómo el equipo de sus amores alcanzaba un sueño que muy pocos creyeron posible cuando hubo que hacer el aguante en la mala.

Atilio Mesina, mi amigo de aquellas tardes interminables del barrio de la primera infancia, me envió un par de fotos celebrando junto a sus hijos. Desde Bolivia, Claudio Faya, un tenista de primera en aquellos días despreocupados en el club, me pedía por Facebook que lo mantuviera informado sobre el devenir del partido. Con Alejandro Rich, Alexis Ravnik y Javier Díaz, mis casi hermanos de la escuela, entrecruzábamos mensajes de alegría. En Santa Fe, el sanfrancisqueño Oscar Boetto celebraba e insultaba al mismo tiempo por las redes sociales.

Jamás imaginé que Sportivo Belgrano, ese equipo chico al que casi nunca fui alentar, me haría emocionar de esta manera alguna vez. Pero ocurrió. Como sucede con las cosas simples, con las raíces y con los amigos que siempre estarán.

Las mismas personas. Los mismos recuerdos. Desperdigados y unidos al mismo tiempo.

Por un momento, el presente se entremezcló con el pasado.

O, mejor dicho, el pasado se hizo presente.

No es poca cosa. Es un regalo para el alma. Y bien vale la emoción.

Mazzola lo había anticipado

El entrenador de Sportivo Belgrano, Carlos Mazzola, calificó ayer de “maravilloso” el festejo de San Francisco por el ascenso del equipo. “En Tandil dije que íbamos a ascender y estamos en la B Nacional”, celebró Mazzola, expulsado tras el empate de Belgrano que le valió el ascenso.

En tanto, el volante Carlos Fassino y el atacante Juan Carlos Francia, resaltaron el “sufrimiento” con el que atravesaron el Argentino A para llegar al Nacional. “Si se sufre con este final, bienvenido sea”, sostuvo Francia. Para Fassino, el gol de Strada, de Santamarina, a siete minutos del final que puso en riesgo el ascenso, no fue inusual para Sportivo: “Todo el año jugamos sufriendo”, dijo.

Síntesis

Sp. Belgrano 1

Santamarina 1

Sportivo Belgrano: Rodrigo Barucco; César Medina, Franco Miranda, Claudio Verino, Martín García; Nicolás Fassino, Juan Galarraga, Gustavo Maccarone; Juan Pablo Francia; Ezequiel Barrionuevo y Juan Manuel Aróstegui. DT: Carlos Mazzola.

Santamarina: Daniel Bertoya; Mauricio Ferrari, Martín Aguirre, Emiliano Capella y Walter Ledesma; Nicolás Valerio, Mauricio Scaglia, Miguel Monay y Diego Bucci; Martín Michel y Maximiliano Timpanaro. DT: Gustavo Coleoni.

Goles: en el segundo tiempo, 37 min Strada (RS) y 48 min Aróstegui (SB), de tiro penal.

Cambios: en el primer tiempo, 42 min Román Strada por Valerio (RS); en el segundo: 5 min Germán Palacio por Monay (RS); 18 min Edgardo Brittes por Scaglia (RS); 39 min Fernando Zampedri por Maccarone (SB); 41 min Maximiliano Ortiz por García (SB) y 44 min Lucas Farías por Miranda (SB).

Incidencias: en el segundo tiempo, 46 min expulsado Ledesma (RS).

Cancha: Oscar Boero.

Árbitro: Pedro Argañaraz.