“Escribo por pasión y por locura”

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Inés Cainer

Esta santafesina de ascendencia italiana emigró a Italia en la década de 1980. Desde hace más de 10 años se dedica a escribir libros, artículos y ensayos sobre América Latina, relatando experiencias personales en aquellos países. Creó una institución cultural sobre el tema.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE.

 

GRANDES SATISFACCIONES. “Estoy contentísima con todos los logros que estamos teniendo porque hace sólo ocho meses que fundé ALAS (Asociación Latino América Sicilia). Está consagrada a América Latina, no tiene fines de lucro y pretende divulgar su cultura, dando espacio también a las noticias relacionadas con los cambios que se están produciendo en todo su territorio. Está integrada por dos argentinos, dos colombianos, dos cubanos, un peruano, un mexicano, una venezolana y el resto, italianos. Ya había trabajado 20 años en una asociación en defensa de Cuba, así que ya tenía esa experiencia. Estamos terminando las gestiones para el hermanamiento entre Rosario y Palermo, y también queremos hacerlo con Venezuela. Lo que interesa mucho es el intercambio comercial entre los países, además de la sensibilidad que hay por el tema de los inmigrantes. Organizamos también un evento relacionado con Venezuela, pero lo más grande fue la fiesta argentina que hicimos en Palermo para celebrar el 25 de mayo. Setecientas personas se reunieron en la plaza para bailar tango. Se ofrecieron conferencias en una universidad y participó gente de la Embajada Argentina. Mi hija recitó el Martín Fierro en italiano y en castellano, y cantó “Sólo le pido a Dios”. Yo hablé también. Salió fantástico. Habló hasta la RAI a nivel internacional”.

ÚLTIMO LIBRO. “Camino a La Higuera es un libro que escribí sobre el Che Guevara y fue publicado el año pasado por La Riflessione (Davide Ledda, Editore Giornalismo). Las noticias de su publicación dieron vuelta al mundo. Por ejemplo: La Stampa del Norte, el diario italiano más importante, hizo referencia, al igual que el Granma Internacional Cuba, que es un diario de noticias. La razón de mi vida, como decía Evita, es Latinoamérica. Éste es mi sexto libro y está por salir el séptimo. Tengo uno de narrativa que quiero que se publique en Argentina porque es la historia de Benita Bottazzi, una mujer santafesina, que va desde 1914 hasta 1984. El prefacio fue escrito por Alberto Granado, otro nacido en Argentina, un gran amigo mío. De éste tengo una carta de felicitaciones del presidente italiano Napolitano. Ambos libros van a ser publicados en Venezuela”.

UNA PASIÓN. “No me interesa ganar con mis libros; escribo por pasión y por locura, pero si me viene algún pesito, en buena hora. Nunca gané un peso con mis libros. Mi hijo me dice que soy la escritora de los pobres. Sólo por este último libro firmé un contrato y voy a recibir algo. Si publico en mi país no quiero ganancias y podría ser a través de un ente como la universidad”.

LA FAMILIA. “Tengo dos hijos en Londres y otra en Italia: Zaira fue funcionaria durante 16 años en Amnesty Internacional, delegada en la ONU contra la pena de muerte, pero ahora dejó y es directora de una ONG que trabaja para África; el varón trabaja en un museo en Londres y enseña italiano; y Eva, es actriz y ahora cantante. Se fue a vivir a Palermo, Italia, porque hace 8 años que trabaja para una compañía estable de Sicilia. Fui a visitarla y me gustó mucho esa ciudad y le dije que me iba a ir a vivir allá. Estoy contentísima porque es una sociedad más abierta, menos racista. Nos vemos bastante seguido y, además, con Skype estamos conectados y cada uno sabe del otro. Me había separado de mi marido cuando mis hijos tenían 20, 13 y 5 años. Ahí pasé las penas del infierno. Hice todos los trabajos menos el que rinde más. Pero mis hijos estudiaron; estoy muy satisfecha de ellos”.

SU APELLIDO. “Mi verdadero apellido era con K porque mi papá había nacido en el Imperio Austro-húngaro. Era Kainer y hablaba alemán. Cuando ocurrió la Primera Guerra Mundial, su pueblito fue conquistado por los italianos y le cambiaron el apelllido y lo obligaron a usar otra lengua. Mi papá no se olvidó nunca de eso. Firmaba sus libros con la K (tenía un timbre para hacerlo). Pero en los documentos oficiales firmaba con la C, por obligación. Pero no se resignaba. Él no era escritor sino un intelectual. Cuando llegaba el aniversario de la fecha en que se había embarcado en Italia, al emigrar para acá, escribía una carta a todos esos amigos que lo habían acompañado al puerto. Cuando estaba acá como emigrado, su mente estaba allá, en Italia. Recordaba cuando era la época de las castañas o de las flores, según la estación. Yo ahora estoy haciendo lo mismo: por ejemplo, cuando llega octubre le digo a mis hijos que ya deben estar los jazmines ... (se emocionó). Ésta es la historia del emigrado. Después empecé a usar la K como nombre artístico”.

DE SANTA FE A ITALIA. “Nací en Santa Fe. A los 21 años me fui a Buenos Aires y allá conocí a mi marido, que es calabrés (era, porque murió en Argentina). Primero se fue él a Italia y después yo con los chicos, mis tres hijos, al final del período de los desaparecidos. Perdimos todo, todos nuestros bienes materiales. Pero ésos te los hacés de nuevo mientras que los bienes afectivos no. En los últimos 10 años, por lo menos cinco veces vine a Latinoamérica. Todos mis libros salieron de experiencias vividas en Venezuela, Guatemala (voluntariado de un año), el Chaco paraguayo (alfabeticé 40 mujeres de una comunidad indígena) o Bolivia (sobre el Che), siempre viviendo en el lugar”.

TODO POR EL CHE. “Hace diez años comencé a escribir; antes no era escritora. En realidad, escribía siempre poesías o cuentos para mí. Mi historia siempre fue el Che Guevara. Empecé cuando escribí un cuento donde relato lo que viví en la época de los milicos en Argentina, alrededor de 1980, para participar de un concurso internacional. Tenía un cuadro del Che Guevara enorme sobre la cama, en vez de un Cristo. Entran a mi casa cuatro milicos y cuando ven el cuadro me preguntaron si sabía lo que eso significaba, y lo sacaron. Sabía que no se podía tener. Vivía en Buenos Aires, con mis hijos chicos, y mi marido desde hacía cuatro años estaba en Italia. Me había ido a vivir al campo; me estaba escapando porque no podía continuar con mi militancia política porque tenía dos habeas corpus. Mi biblioteca era toda marxista-leninista y mi marido le había regalado a mi hijo unos walkie-talkie. Yo pensaba que los milicos me llevaban y mi hija de 16 años sabía que si eso pasaba no volvía más. Les dije que no tenía nada que ver con la guerrilla y que tenía personas que podían responder por mí. Sacaron todas las fotos y encontraron una donde estaba con un comisario de la provincia de Buenos Aires, con un amigo en común, en un asado. El tipo lo reconoce y me pregunta si hacía mucho tiempo que no lo veía al jefe. Así fue cómo me dejaron. Cuando le avisé a este hombre lo que había pasado me dijo que quemara el cuadro y que me fuera a otra casa, por un tiempo. Después de ese episodio, 32 años más tarde, me enteré de un concurso internacional de literatura sobre recuerdos del Che Guevara, y me dije que tenía que participar. Sobre 675 trabajos, el mío quedó entre los cinco primeros, donde contaba este episodio con un poco de fantasía”.

LA ESCRITORA

Inés Cainer nació en nuestra ciudad, en una familia de padres italianos (madre del Piamonte, Friuli, y padre de origen eslavo). Es activa luchadora del Partido Comunista. Decidió dar a conocer sus escritos recién a partir del año 2000, alentada por el reconocimiento que le otorgó la ciudad de La Spezia, por haber participado en un concurso internacional sobre Che Guevara. Fue una de las finalistas con su historia entre los más de 600 trabajos presentados.

SUS APORTES

Inés Cainer publicó varios libros sobre América Latina, entre los que se cuentan “Latin American Chronicles”, historias en español-italiano; “Senhy y otras mujeres de Guatemala”, ensayo sobre la realidad de las mujeres, la información obtenida de la experiencia de trabajo voluntario al año en el lugar; “Benita Bottazzi, sin patria”, ficción que narra la historia de la emigración italiana a la Argentina a través de casi un siglo; y “Camino a La Higuera”, refiere al pueblo perdido en las montañas de Bolivia, en octubre de 1967, donde fue hecho prisionero Ernesto “Che” Guevara y asesinado unas horas más tarde. “Piamonte en Argentina” fue un folleto publicado por la provincia de Cuneo; “Notas sobre el Paraguay”, ensayo histórico sobre la pobreza y la degradación sufrida por las comunidades indígenas de ese país (en este caso también vivió con ellas y realizó un proyecto de alfabetización). También publica numerosos artículos en revistas y periódicos: un artículo sobre el viaje a La Higuera se publicó tres veces en Italia, Venezuela y el Granma de Cuba.