Artes Visuales

“Ambrosía”

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Obra de Kiki Lawrie que se puede apreciar en AG/Arte.

Foto: Gentileza producción.

 

Domingo Sahda

En fecha reciente, la artista plástica Kiki Lawrie ha hecho una presentación pública de sus obras de reciente elaboración en AG/Contemporánea, Bv. Gálvez 1514, ciudad de Santa Fe. Se trata de una colección de obras resueltas en el plano, con incorporación eventual de texturas sobrerrelieve e incorporación de elementos compositivo-expresivos, tendientes a incrementar el sentido referencial y metafórico de las imágenes. Se incorporan dos piezas de volumen que refieren al mismo asunto tratado por la autora.

El enunciado que nuclea a las obras en exposición se percibe como críptico título que exige, eventualmente, un rastreo del sentido último de esta denominación de la muestra. Así, nos anoticia María Moliner en su Diccionario del uso del español. Edit. Gredos -Madrid, España- que “Ambrosía” -título de la muestra- refiere a: “Alimento de los dioses”; por extensión, en lenguaje literario o refinado: “comida deliciosa, también cosa refinada que deleita el espíritu”. Cabe presumir que en esta última acepción es donde reposa el título del colectivo expuesto. A saber, la indumentaria femenina, la mujer en definitiva, aquí ausente como relato visual explícito, pero sí sugerido por su imagen-envoltorio. Por su corporeidad intangible aludida como metarrelato. Esta denominación no invalida en modo alguno aquello que aquí se exhibe en ajustado ordenamiento de recorrido visual.

La colección de obras resueltas en el plano ocasionalmente intervenido en procura de un mayor énfasis discursivo se sostiene por la calidad de elección textural y ejecución plástica. El recorrido visual se materializa en torno a una intensa subjetividad que reitera el asunto central sin caer en repetición mecanizada, con claros perfiles que pueden recortarla, en principio como “pintura de género”, en el sentido de que destila una intensa vinculación con el subjetivo mundo de su autora, mujer. Ello no significa, en modo alguno, un concepto de descalificación, sino de interpretación de la metáfora visual aludida que señala una íntima pertenencia.

Es una misma intención reflexiva hecha con imágenes de proteicos significativos que se arquitectura con auténtica calidad creativa.

Oficio excelente

La excelencia del oficio es evidente. La autora dice lo más que pretende sin desbarrancar en obviedades ni tonterías. Una intensa poesía alusiva, una velada crítica de género aparece aquí y allí. Son imágenes de absoluta contemporaneidad que mantienen un ponderado equilibrio entre lo que se quiere decir y con qué y cómo se lo dice, sin agresiones extemporáneas, que tras buscar el impacto inicial, se licuan en la curiosidad anodina.

Hay una intensa poesía de ausencias, una deliberada fuga que hace del envoltorio figurado lo distintivo de aquello a lo que se alude. Buena pintura que atrapa la mirada y permite un recorrido sin sobresaltos, en procura de la captura del sentido último de cada propuesta. El abanico expresivo en torno a un tema autopropuesto revela la capacidad de búsqueda sin caer en facilismos, toda vez que se intente capturar el sentido último de lo expuesto, que en modo alguno es tan explícito como se supone “prima facie”.

La exposición se sostiene como conjunto visual. El lado flaco son las dos piezas de volumen, que aparecen en proceso de ejecución, sin resolución plástica que alcance el impacto que producen las pinturas planas y de relieve. No obstante ello, remiten a la idea de “envoltorio”, cuerpos aquí, planos allá, que omiten cualquier idea de personalización, de individualidad manifiesta. Sugerir sin subrayar, evocar antes que precisar parecen ser los objetivos manifiestos en esta colección que se sostiene sin fisuras en el precepto de “bellos envoltorios que cubren ausencias”.

Buena pintura que atrapa la mirada y permite un recorrido sin sobresaltos, en procura de la captura del sentido último de cada propuesta.