Pesadilla atroz

Intento de violación y robo en una panadería de barrio Sur

  • Ocurrió ayer a la tarde en el negocio Santa Catalina, de Monseñor Zazpe y Saavedra. La empleada terminó hospitalizada por los golpes recibidos. La policía busca al autor del hecho.
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La inesperada aparición de una clienta frustró la acción del depravado que optó por darse a la fuga.

Foto: Pablo Aguirre

 

Danilo Chiapello

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Es de sumo cuidado el estado de salud de una jovencita (empleada de una panadería) que ayer fue atacada por un depravado, en un atroz suceso acontecido en barrio Sur.

La secuencia se inició minutos antes de las 15, cuando un sujeto ingresó a la panadería y pastelería Santa Catalina, ubicada en la esquina de Monseñor Zazpe y Saavedra.

Del individuo en cuestión se supo que es joven (entre 20 a 25 años). Estaba vestido con un buzo deportivo de color claro.

Nada de su aspecto permitía imaginar el infierno que iba a desatar segundos después.

Apenas ingresó al local, el sujeto entró en conversación con la empleada. Entonces le dijo que estaba buscando trabajo.

Como una muestra de “confianza” el individuo le alcanzó a la chica un papel con sus datos. En la nota podía leerse un nombre y un número de celular con característica de Rafaela.

Fue el último acto de este verdadero lobo que actuó disfrazado bajo la piel de un cordero. Acto seguido comenzó la pesadilla.

De un salto, el sujeto pasó del otro lado del mostrador y a los empujones llevó a la empleada hasta una dependencia posterior.

Una vez allí, el intruso dejó en claro que su objetivo era la agresión sexual. Pero la resistencia que presentó la víctima derivó en una atroz faena.

La jovencita recibió una andanada de golpes en el rostro que le hicieron perder el conocimiento y caer al suelo.

Y ya con su víctima en absoluto estado de indefensión, el malviviente prosiguió su ataque, ahora con patadas.

Cambio de planes

La criminal acción se vio interrumpida cuando al local ingresó una clienta, la que advirtió que algo fuera de lo normal estaba sucediendo.

La inesperada aparición obligó al rufián a un cambio inmediato de planes. Entonces tomó el dinero que había en la caja y escapó del lugar a la carrera.

Varios testigos indican que el sujeto corrió en dirección a Zavalla hasta que se perdió en cercanías de la ex estación del Ferrocarril Mitre.

Graves lesiones

Para esta parte, la infortunada panadera ya era asistida por los vecinos y los responsables del negocio.

Tras una espera demasiado prolongada, la mujer fue trasladada en ambulancia hasta el hospital Cullen, donde ingresó en condición crítica.

El diagnóstico de los profesionales indicó que la chica sufrió numerosas fracturas en rostro, a nivel de maxilar inferior, pómulos y tabique. Dichas lesiones derivaron en un traumatismo de cráneo.

Tras una primera asistencia, la joven fue derivada hacia un nosocomio privado de la ciudad donde permanece internada en estado delicado y con pronóstico reservado.

Puestas al tanto del asunto, autoridades de la Unidad Regional I ordenaron la formación de una comisión para que investigue a fondo este delicado episodio.

En el lugar del hecho trabajaron agentes de la seccional 2a., Agrupación Cuerpos, Investigaciones y Comisaría de la Mujer (ante la presunción del ataque sexual).

También se comisionó al médico de la repartición que constató las lesiones. Luego se trabajó en la colección de rastros y de testimonios en la escena del hecho, como así también se procuró la presencia de peritos de la Policía Científica.

Se supo que los investigadores trabajaron hasta altas horas de la madrugada, donde se logró establecer la identidad del presunto autor.

“Una patada más y la mata”

Esa fue la impresión que tuvo Hernán Grimaldi, representante de Santa Catalina, una de las primeras personas que estuvo con la chica atacada.

“La verdad es que me cuesta expresarme, porque es demasiada la indignación que siento. Es increíble la crueldad y el ensañamiento que tuvo ese tipo”, dijo.

Más adelante el empresario hizo un dramático resumen de la situación del barrio.

“Esta sucursal la abrimos hace un mes y medio. En todo este tiempo no hubo un solo vecino que no nos alertara sobre la peligrosidad que había por los constantes robos. Ahora yo me pregunto: ¿la policía no toma nota de estas cosas? Todos los vecinos hablan de los asaltos y ellos están mirando ‘otro canal’.

En otra parte, Grimaldi agregó que “todo esto que está pasando además de una locura es una vergüenza. Apenas me enteré de lo que pasó con esta chica llamé a la seccional 2a. para avisar. ¿Sabés lo que me contestaron?: que no podían venir porque no tenían patrullero. Recién a los 20 minutos apareció una mujer policía caminando.

Encima de todo, en medio del drama, la chica atacada estuvo 45 minutos tirada en el suelo esperando una ambulancia. Yo la quería llevar en mi auto pero no me dejaban.

Lo que hizo ese tipo (por el agresor) fue demencial. La golpeó sin parar en el rostro y en el cuerpo. No tuvo la mínima piedad. Una patada más y la mata... Por fortuna que entró esa clienta. No sólo que interrumpió el ataque, sino que le salvó la vida a la chica.

“La verdad es que con todo esto ya no dan ganas de seguir. No sabemos más qué hacer para tratar de trabajar tranquilos. Últimamente a la siesta estábamos trabajando con las puertas cerradas. Pero no es la cuestión. Porque aparecen personas sin apariencia de sospechosos y te roban igual.

“En estos momentos tengo ganas de irme a comprar un arma y hacer cualquier locura. Al próximo que me entre a robar lo ‘bajo’ a tiros. Pero no sé...

Por último Grimaldi mostró reconocimiento hacia los agentes de Seguridad Personal, de la Unidad Regional I: “Quiero destacar el trabajo de esa gente. Ellos sí que se movieron rápido y bien. Sé que estuvieron haciendo operativos por todos lados, aunque hasta el momento no hubo novedades”, culminó.