Escándalo por espionaje

Continúa la polémica por el caso Snowden

 

Agencias EFE/DPA

Tras el escándalo desatado por el ex técnico de la CIA Edward Snowden, el gobierno alemán reconoció hoy que es “normal” que sus servicios secretos cooperen “puntualmente“ con los de EEUU, por encima del alud de críticas de la oposición por la presunta connivencia con el programa de espionaje masivo PRISM.

Este tipo de cooperación es la “habitual”, desde hace décadas, entre países aliados, afirmó el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, en relación a informaciones aparecidas en el diario “Bild” acerca del intercambio sistemático de información.

Seibert recordó que el gobierno no da ni dará “detalles operativos sobre las actividades de los servicios secretos”, puesto que eso es competencia de los órganos de control parlamentario y bajo estrictas condiciones de confidencialidad.

Respecto al presunto espionaje masivo por parte de EEUU a instituciones de la UE, ciudadanos o gobiernos, el portavoz se remitió a que ese aspecto está sujeto aún a un “análisis en profundidad”, lo que implicará un proceso largo de evaluación.

Según informa hoy “Bild”, los servicios secretos de exterior -el BND- alemanes, departamento cuya coordinación compete directamente a la Cancillería, conocían desde hacía años la capacidad de sus homólogos estadounidenses para interceptar comunicaciones en todo el mundo y recurrieron a ellos en repetidas ocasiones.

La revelación, que cita fuentes del gobierno de EEUU, contradice las declaraciones del Ejecutivo alemán hasta la fecha, que habían negado conocer el programa “PRISM” estadounidense denunciado públicamente por el extécnico de la CIA Edward Snowden.

Superar malentendidos

Por su parte, Francia reiteró hoy su “voluntad de superar los malentendidos” que se pudieron generar por el incidente con el avión del presidente boliviano, Evo Morales, al impedir que sobrevolara espacio aéreo francés porque se sospechaba que en su interior iba el exagente de la CIA Edward Snowden.

El portavoz del Ministerio francés de Exteriores, Philippe Lalliot, insistió hoy en declaraciones a la prensa que su país “ha dado a las autoridades bolivianas las explicaciones necesarias y ha tenido la ocasión de manifestar sus excusas”.

“Francia reitera su voluntad de superar los malentendidos que han podido derivarse y su deseo de continuar el diálogo y la cooperación tanto con Bolivia como con el conjunto de Mercosur”, señaló Lalliot.

El portavoz, que había sido interrogado sobre la llamada a consultas de los embajadores de Francia, Italia, España y Portugal en protesta por el incidente con el avión de Morales el pasado día 2, añadió que quiere tener con esos países suramericanos unas relaciones “de respeto y de confianza”.

Las autoridades francesas no han querido dar explicaciones públicas sobre la procedencia de la información que suscitó la denegación inicial del permiso de vuelo, ni de por qué finalmente se autorizó que el avión oficial del presidente boliviano sobrevolara Francia.

análisis

Por Ulf Mauder - DPA

Cómo quitarse de encima a Snowden

  • Estados Unidos está disgustado con la protección de la que sigue gozando en Rusia el experto en computación Edward Snowden. En este momento nadie en Moscú realmente duda de que obtenga el estatus oficial de refugiado. Sin embargo, la mayoría de los observadores también coinciden en considerar que Snowden se está convirtiendo cada vez más en un “factor perturbador” en las relaciones entre las dos potencias.

“Esa es una papa tan caliente que cada país quisiera pasarsela a otro país”, comentó el diputado ruso Viacheslav Nikonov, quien se reunió el viernes con Snowden en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetievo. Sin embargo, al igual que otros miembros del partido Rusia Unida, afín al Kremlin, Nikonov se mostró seguro de que el gobierno ruso reconozca el estatus de refugiado de Snowden.

Probablemente también por esta razón, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, agarró el teléfono para discutir la situación con su homólogo Vladimir Putin. La relación entre los dos presidentes no es la mejor. Los líderes de ambas potencias tienen problemas internacionales demasiado importantes, como la guerra en Siria o la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, como para desatar una nueva Guerra Fría por un individuo.

Putin y Obama tienen previsto reunirse a principios de septiembre, primero en Moscú y después en la cumbre del G20 en San Petersburgo. Esta es otra razón por la cual Moscú y Washington desean que el ex agente secreto abandone Rusia lo antes posible.

Snowden, protagonista de un escándalo mayúsculo desatado por sus revelaciones de secretos de espionaje en Estados Unidos, de todas formas sólo quiere estar de tránsito en Rusia para seguir viaje a América Latina, donde ya le han ofrecido asilo Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Por tanto, es de esperar que cumpla con la condición establecida por Putin de que al menos durante su estancia en Rusia no cause más daño a Estados Unidos con nuevas revelaciones.

También Putin siempre ha dejado claro que quiere quitarse de encima a Snowden lo más pronto posible.

Entre tanto, los politólogos rusos hablan cada vez más de una situación de empate, de la que ni Estados Unidos ni Rusia pueden salir como vencedor. Putin no podría retirar su oferta de asilo a Snowden sin que su imagen y la de su país sufriera un enorme desprestigio, opina el politólogo Fiodor Lukianov.

Obama, por su parte, se ve obligado, por motivos de política interna, a insistir en la extradición del “traidor de secretos”, escribió Lukianov, redactor jefe de la revista “Rusia en la política global”. Su conclusión: “Snowden es molesto para Moscú y Washington. Putin no quiere que este caso rompa la delgada tela de contactos necesarios”.