Está en un lugar clave del desarrollo urbano-portuario

Buscan inversionistas de la ciudad para “revivir” la casa de Sor Josefa

  • El municipio impulsa un proyecto de restauración del inmueble donde vivió la famosa pintora santafesina, que incluye la instalación de un bar, museo y librería. Pretende seducir a inversores a través del régimen de Iniciativa Privada.

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Paredes con historia. Una foto reciente del inmueble lo muestra “atrapado” entre cartelería publicitaria y electoral.

Foto: Mauricio Garín

 

De la Redacción de El Litoral

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La casa de Sor Josefa Díaz y Clucellas, ese símbolo arquitectónico patrimonial de mediados del siglo XIX, hoy lucha por sobrevivir a la modernidad y al impiadoso desgaste que impone el paso del tiempo. Su estado edilicio es “malo”, según calificó un funcionario municipal: desde 2011 no se realizan trabajos de restauración importantes y en la actualidad sólo se hacen mantenimientos básicos. Pero hay una idea que pretende hacer revivir la morada de la pintora santafesina más famosa.

El municipio impulsa un proyecto para su restauración e integración urbanística, que incluye la instalación de un emprendimiento gastronómico, un museo y una librería. La casona, ubicada en la esquina de San Luis y La Rioja, ocupa un lugar neurálgico en el epicentro del desarrollo urbano: está cerca del Puerto y de los desarrollos inmobiliarios que allí se alzan, como un edificio corporativo, de la plaza Alberdi —debajo de la cual se construirán cocheras subterráneas— de la Peatonal y del microcentro. Pensado en perspectiva, un emprendimiento en ese lugar se muestra interesante.

Por eso, funcionarios municipales vienen tocando los timbres de las puertas del empresariado local, con la idea de captar inversiones que permitan dinamizar ese proyecto. La idea es enmarcarlo en el Régimen de Iniciativa Privada —que sancionó el Concejo local el año pasado— por el cual los inversores privados pueden articularse y contar con el apoyo del gobierno local para realizar nuevos emprendimientos en la ciudad.

“Buscamos financiar la iniciativa en la casona con inversión privada. Nos reunimos con potenciales inversores, desde empresarios gastronómicos y particulares hasta con dueños de librerías locales. Porque además de lo gastronómico y de lo museístico, un punto de venta de libros sería muy viable”, dijo a El Litoral Pablo Tabares, secretario de Producción de la Municipalidad. “Nos hemos contactado hasta con el presidente de la Cámara Argentina del Libro. Lo ideal sería crear algo así como El Ateneo (en Rosario), donde la gente se sienta a tomar un café y leer”, se entusiasmó.

Interés

¿Y el interés recepcionado? “Hasta ahora contamos con una manifestación de voluntad de una empresario local (relacionado con la actividad gastronómica)”, adelantó Tabares, y prefirió no dar más detalles. “Captar interés llevará más o menos tiempo, pero creemos que vamos a tener una buena respuesta.

Un aliciente clave es el lugar donde se emplaza la casona: cerca del Puerto, de la plaza Alberdi, es decir, de un espacio de desarrollo urbano-portuario. Para un empresario poder invertir en este sitio puede ser algo muy atractivo”, resaltó.

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El edificio, hoy

El inmueble —que data de cerca 1850—, fue comprado por la provincia en 2009 por 600.000 pesos, y luego quedó en manos de la administración local por un acuerdo de cesión de uso por 30 años. Constituye un valioso ejemplo del patrimonio histórico cultural vernáculo.

“Lamentablemente, el estado de conservación en que está actualmente es bastante malo, si bien las partes más importantes de la estructura se mantienen. A la casa hay que desarmarla y armarla de nuevo: las cubiertas están muy deterioradas”, admitió el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Navarro.

Las últimas mejoras edilicias importantes se hicieron en 2011, antes de la licitación que se realizó para su restauración (y que no prosperó porque las ofertas eran muy superiores al presupuesto oficial). Se hicieron, por ejemplo, “ataduras” con hierro en algunas paredes para evitar que éstas se desplomen. Hoy por hoy, el municipio realiza periódicamente trabajos de mantenimiento básico, desmalezando y controlando la intrusión de personas que pretenden asentarse en el lugar.

Tabares y Navarro están convencidos de que, pese al estado de la casa, es posible ponerla en valor con una inversión no muy elevada. “El lugar tiene mucho potencial: si allí se combina la actividad gastronómica con la museística, cultural y recreativa, la ecuación de costo-beneficio puede cerrar”, afirmó Navarro.

“Todo privado que manifieste su interés en invertir en este proyecto va a tener el total apoyo del municipio, en el marco del Régimen de iniciativa Privada vigente. Tenemos que lograr que los empresarios locales se animen a esta oportunidad”, cerró Tabares.

Contacto

Para más información, los interesados pueden comunicarse al e-mail [email protected]. Teléfono: 4508188.

Quién fue

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Autorretrato de Josefa Díaz y Clucellas. Foto: Archivo El Litoral

Pintora excepcional

  • En la mitad de siglo XIX, Diego Díaz, un hombre dedicado al comercio fluvial, se casó con Mercedes Clucellas y tuvieron a Josefa Raimunda Hermenegilda, más conocida como Josefa Díaz y Clucellas (en la imagen, su autorretrato), el 13 de abril de 1852. A los 19 años, la joven ya era homenajeada por la Cámara de Representantes de la provincia como “retratista al pincel”. La casa de Sor Josefa constituye un testimonio de la arquitectura de la década de 1850-1860.