El recuerdo de un testimonio histórico
El recuerdo de un testimonio histórico
A 61 años de la muerte de Eva Perón
“Una reagravación del estado de salud de la señora Eva Perón determinó que la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación difundiera, en las últimas horas de la tarde de ayer, diversos boletines dando cuenta del proceso de la dolencia que aquejaba a la esposa del primer mandatario.
“El último comunicado sobre el curso de la enfermedad fue difundido alrededor de las 19, y en el mismo se expresaba que la ilustre enferma había perdido el conocimiento.
“A las 21.40, la Subsecretaría de Informaciones propaló por radio del Estado y la Red Argentina de Radiodifusión, el siguiente anuncio: Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación, el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 falleció la señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación”.
De esta manera informaba la edición de El Litoral del domingo 27 de julio de 1952 acerca de la muerte de Eva Perón, incluyendo la versión “redondeada” de la hora que dio a conocer el gobierno para que sea más fácilmente recordada, ya que en realidad falleció exactamente a las 20.23. La noticia ocupaba toda la primera plana y reflejaba, incluso, las repercusiones internacionales de lo ocurrido.
El título, a seis columnas, decía: “A las 20.25 de anoche falleció la esposa del primer magistrado de la Nación, Sra. Eva Perón”.
Una sola ambición
A lo largo de su existencia, y alcanzado el estatus de “Abanderada de los humildes”, María Eva Duarte despertó pasiones entre quienes la amaban, pero también entre quienes la odiaban.
“Tengo una ambición, una sola y gran ambición personal. Que de mí se diga cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia seguramente dedicará a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo, que luego él convertía en hermosas realidades”, sostuvo Eva mientras acompañaba al líder de masas.
El pueblo la llamaba cariñosamente Evita. “Nada más que Evita quise ser cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores”, había afirmado a manera de despedida y desde su lecho de enferma el 31 de agosto de 1951, al renunciar a su candidatura a la vicepresidencia de la Nación.
Fue “La Eva” para la clase dominante y el antiperonismo a ultranza, es decir, para la minoría que jamás perdonó la estampida popular que la desalojó durante una década de su posición de privilegio. Y fue “Evita” para millones de trabajadores, ancianos y niños que hasta levantaron altares en su nombre.
En su breve paso por la gestión pública, que coincidió con la primera Presidencia de Perón (1946-1952), Evita creó una fundación de asistencia social para mujeres, niños y ancianos, además de lograr la instauración del voto femenino.
El lunes 28 de julio de 1952, el título de la primera plana de El Litoral decía: “Ríndese homenaje a la esposa del jefe del Estado. El Congreso exaltó la obra de la señora Eva Perón”. En la misma edición se informaba que “Ha sido instituido como día de duelo nacional el 26 de julio de cada año”.
Una cinta negra, en señal de luto, aparecía en la primera página de todos los diarios de la época.
El tema ocupó la tapa de El Litoral durante los días siguientes. Recién el 27 de agosto, es decir un mes después del fallecimiento de Eva Duarte, se publicó un título que decía: “Finalizó el duelo oficial por el fallecimiento de la Sra. Eva Perón”. Sin embargo, la información sobre los homenajes continuó apareciendo en la primera plana durante meses.
(Extracto del artículo publicado por El Litoral el 27 de julio de 2002, al cumplirse cincuenta años del fallecimiento de Eva Perón).