Una forma simple de salvar vidas
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida permitiría reducir los costos en materia de atención de la salud.
A pesar de ser la forma más eficaz y económica de salvar vidas, menos de la mitad de los niños menores de seis meses del planeta se benefician de la lactancia materna exclusiva. Así lo revela un informe que acaba de publicar Unicef, en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se extendió desde el 1º al 7 del presente mes.
El mismo informe resalta que los bebés que son amamantados durante los primeros seis meses después del nacimiento, cuentan con 14 veces más probabilidades de sobrevivir durante ese período crucial de sus vidas, si se los compara con los que reciben otro tipo de alimentación.
Pero eso no es todo. Estos niños suelen desarrollar mayores capacidades de aprendizaje, enfrentar menos posibilidades de sufrir obesidad o de padecer enfermedades crónicas. Esta situación no sólo representa enormes ventajas para el bebé y para su familia, también beneficia al sistema de salud en general por requerir menos atención y reducir los gastos públicos en el área.
En un artículo recientemente publicado por El Litoral, profesionales consultados en la ciudad de Santa Fe, explicaron que apenas cuatro de cada diez niños de más de cuatro meses de vida son alimentados exclusivamente con leche materna. Esto se debe a una multiplicidad de causas sociales, culturales y psicológicas.
Sin embargo, quizá la traba más importante para que las madres puedan amamantar a sus hijos durante más tiempo surja de cuestiones vinculadas con las obligaciones laborales, ya que por lo general deben regresar a sus trabajos y no siempre cuentan con el asesoramiento adecuado para enfrentar ese momento crucial.
Este problema no es exclusivo de la Argentina, sino que se replica en todos los países del mundo. A pesar de los esfuerzos por formar e informar a las madres a través de campañas globales, estas cifran reflejan muy pocos cambios con el paso de las última décadas.
El nuevo informe de Unicef plantea algunos casos paradigmáticos. En China, por ejemplo, apenas el 28% de los niños menores de seis meses se alimentan exclusivamente de leche materna. En Túnez, la tasa de lactancia materna exclusiva se redujo de un 46,5% en 2000, a sólo el 6,2% a finales de la década.
Pero existen experiencias alentadoras, donde queda demostrado que sí es posible modificar los hábitos de la población a partir de fuertes campañas de concientización. Por ejemplo, hace 13 años en Camboya sólo el 11,7% de los bebés menores de seis meses eran amamantados; en 2010, la cifra trepó hasta el 74%.
En la Argentina se observan claramente esfuerzos disímiles. A lo largo de la semana que acaba de finalizar, profesionales de algunos hospitales públicos han realizado todo lo que estuvo a su alcance como para concientizar y educar a la población.
Sin embargo, como sucede con otras problemáticas vinculadas con la salud, no se observa una política agresiva y homogénea por parte del Estado para llegar masivamente con esta información a la sociedad en general.
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida permitiría reducir los costos en materia de atención de la salud. Y para ello no se necesitan grandes inversiones, ni anuncios grandilocuentes.
Sólo se requiere que los gobiernos adopten la decisión política de trabajar en la materia, mediante programas de formación y educación de la sociedad.




