En Santo Tomé

Ariel Durán-Sergio Ferrer

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Esta mañana se hicieron presentes en el local de la Agencia Santo Tomé de Diario El Litoral la joven Betiana Romina Corazzi y su pareja, Raúl Scalzo Beguelín, quienes días atrás fueron agredidos física y verbalmente por un agente de la Policía de la provincia de Santa Fe, al que identificaron como Carlos Bosko. El inusual hecho, del cual consta la debida certificación policial (firmada por el suboficial Ariel Katramiz, de la División de Investigaciones Judiciales y Administrativas), tuvo lugar el 15 de agosto pasado, en el hall de entrada de la Comisaría de Distrito Nº 12 de la ciudad de Santo Tomé.

A mi hermano le retuvieron la moto en un operativo de la policía motorizada y lo llevaron hasta la Comisaría Nº 12; ni bien le pasó eso, me envió un mensaje para que yo me acerque hasta ahí con los papeles del vehículo, porque están a mi nombre; yo se lo había prestado para que le hiciera un trámite a mi papá en el hospital”, narró Corazzi al iniciar su explicación.

“Agarré los papeles de la moto y fui hasta la comisaría con mi pareja; nos presentamos con la documentación en la entrada y le pido a Carlos Bosko (el policía que estaba allí) si podía hablar con el comisario. Ahí se puso como furioso y me empezó a decir: De acá para acá mando yo y de ahí para allá (afuera) ustedes.

Entonces insisto: yo necesito hablar con el comisario. Ahí me dice: fumámela”, prosiguió la damnificada. “Entonces yo le llamé la atención, por la falta de respeto hacia ella”, remarcó Scalzo, interviniendo en el relato de su compañera. Ni bien le dijo eso, Carlos Bosko le tiró un golpe de puño, porque él quiso defenderme”, agregó Corazzi. “Me pegó un golpe en la boca y una patada en los testículos; después tiró un segundo manotazo que le pegó a Romina, porque ella salió en mi defensa”, retomó Scalzo.

“Me quebró una uña y me dejó un moretón en la pierna con una de las patadas que me pegó; también me duelen el hombro y el codo, porque hasta me torció el brazo. En el lugar estaban presentes los dos policías que le habían retenido la moto a mi hermano, quienes quisieron detenerlo pero no pudieron, porque estaba por demás sacado”, acotó Corazzi, mientras Scalzo afirmaba: “No lo podían creer”.

Enseguida, la propia Romina manifestó: “Es como que cuando le dije que quería ver al comisario se sacó, porque ni bien le remarqué que estaba en todo mi derecho en hablar con un superior, me dijo: vos, el comisario, el juez, todos me chupan bien la v... Esas fueron sus textuales palabras; después nos siguió golpeando y empujándonos hasta que nos sacó afuera, a la calle”.

“Una vez que estuvimos afuera, y mientras yo la estaba calmando a ella, este mismo policía salió para seguir buscándome pelea”, destacó Scalzo a continuación. Ahí volví a meterme en el medio para que no le pegara a él, a la vez que empecé a llamar a mi abogado para que me diga qué hacer”, añadió Corazzi. Tuvieron que salir otros dos policías que estaban adentro para recién ahí, entre cuatro, poder llevárselo adentro; después se ve que lo encerraron en algún sitio porque no lo vimos más”, acotó la damnificada. “Además, en todo ese tiempo también nos estuvo amenazando; por ejemplo, cuando ella le decía: vos sos policía, no tenés derecho a hacer esto, nos decía: Yo los mato... uniformados o en bolas, yo a ustedes los mato”, enfatizó Scalzo después. “Mi miedo ahora es ése, que Bosko quiera tomar represalias”, completó Corazzi.