Editorial
Una apuesta al futuro
Editorial
Una apuesta al futuro
Uno de cada cuatro menores de 18 años de la Argentina vive en hogares en los que existen necesidades básicas insatisfechas. Así lo acaba de revelar el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), a partir de una encuesta realizada durante el último trimestre del año pasado y que abarcó a 5.425 niños distribuidos en 20 centros urbanos del país.
Si el dato de esta muestra se trasladara al total de niños y adolescentes que viven en la Argentina, se podría deducir que existen alrededor de 3,2 millones de chicos en estas condiciones.
En realidad, no se trata de un fenómeno nuevo, pues los índices recabados el año pasado fueron muy similares a las cifras que arrojó el mismo trabajo en 2010 y 2011.
Si no existiera la Asignación Universal por Hijo, la situación sería aún más comprometida. A través de esta ayuda, las familias reciben 460 pesos por cada chico en edad escolar y, a la vez, están obligadas a enviar a sus chicos al colegio y a presentar certificados anuales de vacunación.
Sin embargo, resulta evidente que con esta ayuda no alcanza para sacar de la pobreza estructural a millones de niños y adolescentes.
Es que, más allá del dinero que estas familias reciban mensualmente, se considera que alguien tiene necesidades básicas insatisfechas cuando convive en una misma habitación con tres o cuatro personas, en viviendas sin retrete o cuando en el hogar hay al menos un menor de 6 a 12 años que no asiste a la escuela, entre otros aspectos sociales y estructurales de difícil solución en el corto plazo.
La ciudad de Santa Fe no es ajena a este contexto. Según relevamientos realizados por el Movimiento Los Sin Techo, se calcula que en las zonas marginales se construye en promedio un rancho por día.
Si bien las políticas de construcción de viviendas sociales resultan evidentemente insuficientes, existen algunas concreciones plasmadas durante los últimos años que apuntan hacia la dirección correcta, pues intentan brindar contención a niños durante su primera infancia e, incluso, a sus madres.
El programa de Jardines Municipales avanza a paso firme. Tan sólo durante 2012, se crearon en barrios periféricos 30 salas destinadas a la atención de bebés de un año. La meta es alcanzar el presente año a más de 1.000 niños.
En las últimas horas se supo que, con una inversión superior a los 6 millones de pesos, el municipio proyecta ahora la construcción de un nuevo jardín, que se sumará a los 11 que ya funcionan en el marco del Sistema de Educación Inicial. Estará emplazado en Matheu y Alberdi, y albergará las secciones de 1, 2 y 3 años, a las que se integrarán las de 4 y 5 años que gestiona el Movimiento Los Sin Techo.
Los resultados de este tipo de iniciativas se observarán en el mediano y largo plazo. Es un trabajo paciente y necesario. Se trata de un esfuerzo humano y presupuestario que representa una clara apuesta al futuro de estos niños que no sólo están recibiendo los cuidados adecuados para sus edades, sino que también adquieren hábitos de conducta y de socialización a los que difícilmente tendrían acceso en sus propios hogares.
Los resultados de este tipo de iniciativas se observarán en el mediano y largo plazo. Es un trabajo paciente y necesario.