“Encontré el trabajo perfecto”

IMG_8830.JPG
 

Vanina Goggi

Con 27 años y dos hijos, fue la única bombera de nuestra ciudad -integrante del Grupo Especial de Rescate Zapadores- que trabajó en la denominada zona cero del edificio que explotó en Salta 2141 de Rosario. Nunca soñó con tener este trabajo, al que ama cada día más.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE.

SIN BUSCARLO. “No soy bombera por vocación. Me enteré por el noticiero que había un llamado del Isep (Instituto de Seguridad Pública) para anotarte directamente para ingresar a Bomberos. No se buscaba el perfil de policía de seguridad, el que está en la calle, y al principio no dimensioné esto. En realidad, me anoté para probar, no sabía lo que era ni con lo que me iba a encontrar. Pero una cosa me llevó a la otra. Me paré de casualidad en la puerta del cuartel y dije: ‘Me quedo’. Me dieron un número, el último que entregaron ese día, para anotarme al siguiente, ya que éramos muchos en la fila. Entonces, trabajaba en una inmobiliaria, lo que implicaba que cada examen que iba haciendo tenía que pedir permiso para concurrir. Pero fue pasando y se fue dando; así entré, medio como que me llevó el viento. Después empecé a conocer, me encantó y me fui encariñando. Sentí que estaba acá para esto, que era lo que yo quería, sin buscarlo”.

PLACER POR LO QUE SE HACE. “Después, cuando me consultaron si quería ir al primer curso de rescate en altura me encantó la idea, quería ir, aunque no sabía bien qué era. Son cursos muy intensos porque la comida es reducida y el sueño también (están buenos porque te preparan para situaciones como las de Rosario). De nuevo, sentí que me gustaba lo que estaba haciendo. Sentir placer por lo que uno está haciendo es buenísimo porque pude encontrar lo que amo. A veces escuchás que nadie trabaja de lo que quiere y todo el mundo se queja de que tiene que ir a trabajar y yo puedo decir que me pagan por lo que amo, y cada vez más. Y eso está muy bueno. Así, sin darme cuenta, encontré el trabajo perfecto. Está bueno llegar a tu casa y decirle a tus hijos: ‘Encuentren algo que amen hacer’, porque te hace feliz la vida, nunca estás malhumorado, lo hacés con placer”.

GRUPO ESPECIAL. “Hace tres años y medio que mi promoción entró a trabajar, y estoy prestando servicios en el Cuartel de Bomberos de Santo Tomé. Entramos directamente escalafonados como técnicos bomberos, no somos policías de seguridad. A los pocos meses de entrar se empezó a dictar un curso de rescate en altura, en Rosario. De Santo Tomé fuimos dos y una segunda etapa se dictó en Santa Fe y lo dio el GES (Grupo Especial de Salvamento de Córdoba). A partir de ahí, con ese grupo se empezó a pensar en la idea de formar una brigada de rescate. Después buscamos un nombre (Grupo Especial de Rescate Zapadores), se hizo un uniforme y nos hemos ido capacitando. El grupo se formó en 2011 pero venimos entrenándonos desde antes”.

EL TRABAJO EN ROSARIO. “La explosión de Rosario fue el acontecimiento más fuerte en el que participamos como grupo. No recuerdo que hayamos viajado todos juntos a un evento de tanta magnitud; nunca antes había pasado algo así. Desde que la brigada se formó y tenemos la autorización somos conscientes de que -cualquier cosa que pase en la provincia- estamos alertas para ir. Cuando pasó esto el martes 6 de agosto, a la mañana, empezamos a llamarnos. Se generó la incertidumbre de si íbamos a ir. Queríamos ir pero necesitábamos la autorización. Terminamos yendo dos días después (nos quedamos cuatro días, hasta el lunes). Recogimos escombros a mano y buscamos cuerpos. Trabajamos en conjunto con todo el personal. Éramos muchos porque se trabajó con delegaciones de varios lugares y todos estábamos a disposición. Gracias a Dios no pasó nada grave ni salió lastimado demasiado. Quizás sí hubo pequeños golpes pero lo importante es que pudimos cuidarnos entre todos”.

UNA DURA PELEA. “Trabajamos muchas horas por día, no teníamos una rutina porque se iban dando situaciones que requerían que nos tuviéramos que quedar más. También pasó que llegaba el relevo y seguíamos trabajando igual. Dos integrantes de nuestro grupo también trabajaron en el incidente que hubo en el parque de Rosario donde se cayó un carrito de la vuelta al mundo y el resto se fue caminando al lugar de siniestro para seguir ayudando. Así se iba dando todo: fueron pocas horas de descanso porque quizás uno mismo no podía descansar. Dormías y tenías esa sensación de que querías volver. Eso lo hablamos y a todos nos pasaba lo mismo. Había mucha gente colaborando y nos daban muchas cosas. Salíamos a la calle, tomábamos un café caliente y no necesitábamos irnos a otro lugar a comer. Estábamos bien contenidos ahí mismo en el lugar. Cuando nos íbamos al cuartel era para descansar las horas que más pudiéramos y aguantáramos”.

VOLVIMOS CAMBIADOS. “En la brigada somos 14 personas pero fuimos 7 (yo fui la única mujer) y el último día -no pensábamos que iba a serlo- fueron otros cinco compañeros de Santa Fe. Nos volvimos a la tarde y a las horas se dieron por finalizadas las tareas de rescate. Necesitábamos ser relevados porque no estábamos bien en cuanto a que habían sido días muy intensos. Nos dimos cuenta de que había que bajar la adrenalina. El hecho de que nos hayamos ido hizo que las guardias donde trabajamos siempre se quedaran con menos personal, que debía trabajar más. En la guardia de Santo Tomé somos cuatro o cinco compañeros y, por eso, cuando falta uno se nota mucho. Hacemos guardias de 24 horas y descansamos 48 horas. Con esto que pasó en Rosario creo que nadie bajó los decibeles todavía. No tuvimos tiempo de relajarnos y de pensar lo que hicimos. Contamos con la ayuda de una psicóloga para toda la agrupación para procesar todo esto y volver a la normalidad lo mejor posible. Volvimos cambiados. Lo que vivimos te hace ver las cosas, las personas y tu familia de otra manera, también a uno y a los hijos que quedaron. En todos repercute el cambio y tenemos que poder manejarlo de la mejor manera posible. Está muy bueno poder tener esta contención”

LA ÚNICA MUJER. “Fui la única mujer del grupo especial. Somos dos pero mi compañera no pudo ir por una cuestión de salud. Hay otras mujeres en otros destinos (como Vera o Rafaela), que también fueron a Rosario, adonde son alrededor de cuatro. Cuando vimos a las chicas de Rosario les decíamos que habíamos llegado para que ellas descansaran pero tampoco se querían ir del lugar. Esta vez no noté que llamara la atención que fuéramos bomberas porque había muchas mujeres, que se ven pocas frecuentemente. Bomberos voluntarios maneja muchas mujeres y fue mucho más compartido. Pero generalmente no ocurre esto. En Santo Tomé soy la única mujer del cuartel. Muchas personas no creen que esté en la guardia y piensan que tengo que estar atrás de un escritorio. Se trata de costumbre, de hábito, de cambiar algunas cosas. No siento que sea mirada de otra manera; al contrario, somos un grupo tanto en el cuartel como en la brigada. Nunca tuve problemas en ese sentido; hay mucho compañerismo en Bomberos, se aprende a compartir”.

DATOS PERSONALES

“Nací y vivo en Santa Fe pero trabajo en Santo Tomé, pero ahora se convirtió en parte de mi lugar, la gente, el cuartel, todo. Tengo dos hijos (de 13 y 8 años) y vivo con ellos sola. Son grandecitos pero chicos a la vez. Me puedo ir tranquila y sé que se van a de-senvolver bien. Siempre los eduqué para eso porque tuve esto en la cabeza, aunque nunca supe que en algún momento de mi vida no iba a estar una semana en mi casa. Mucho antes de entrar a Bomberos les enseñé a defenderse solos, en la medida de sus posibilidades y de acuerdo a sus edades. Cuando empecé a trabajar 24 horas creí que les había enseñado eso por este motivo”.

MERECIDO ASCENSO

El gobernador Antonio Bonfatti realizó un acto de reconocimiento a los cinco cuerpos de bomberos zapadores que participaron de las tareas de rescate en el siniestro de Rosario. Ahí anunció el ascenso -al grado inmediato superior a cada uno de ellos- de los 36 rescatistas del Grupo Especial de Rescate Zapadores (Gerz), que participaron de la búsqueda de las víctimas. Destacó que el accionar del grupo creado en 2011 “fue un ejemplo para el resto de las fuerzas, no sólo de bomberos sino de la Policía, ya que los bomberos zapadores son parte integrante de la policía santafesina. Sirva de ejemplo para los jóvenes que hoy inician la carrera bomberil y para la sociedad en su conjunto”.

así soy yo