Recuperaron su esencia

Los Pumas se redimieron

Cumpliendo una destacada actuación, estuvieron a punto de vencer a los Springboks, ante 22.000 espectadores que los despidieron aplaudiendo de pie en el Malvinas Argentinas.

César Miño

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Luego de un trámite intenso y que en algunos pasajes le fue desfavorable, el Seleccionado de Sudáfrica venció a su par de Argentina por 22 a 17, en el encuentro que completó la segunda fecha del Rugby Championship 2013, con lo cual se mantiene a la vanguardia de las posiciones junto a Nueva Zelanda.

Pero más allá de la ajustada caída, lo sustancialmente importante estuvo en la verdadera reivindicación que alcanzaron Los Pumas con respecto a lo sucedido una semana atrás en Soweto, donde habían caído 73 a 13 ante el mismo adversario.

Esta vez, en la fría tarde mendocina, el emblemático representativo de nuestro país recuperó su identidad, lo cual es tanto o más valioso como el haber conseguido una victoria que hasta escasos minutos del epílogo asomó como más que posible.

Desde el inicio, Argentina denotó una irreprochable estructura defensiva, sustentada en orden y fiereza, argumentos que permitieron que mantuviese “bajo control” al mismo adversario que siete días atrás lo había vapuleado.

A partir de esto, tuvieron un caudal de posesión casi ideal, que sumado a una atrevida actitud ofensiva, no solo permitieron apoyar rápidamente el primer try (Juan Manuel Leguizamón, de estupenda actuación), sino también comenzaron a delinear lo que sería el grueso del partido, con una única excepción: el scrum, formación en la que los Boks se mostraron superiores.

Luego hubo algunos minutos donde surgieron algunas imperfecciones que, como siempre, fueron aprovechadas por los sudafricanos, quienes merced a su único ensayo llegaron a la igualdad en 10 tantos.

A cuatro minutos del cierre, llegó el segundo ensayo albiceleste (Marcelo Bosch), ratificando el sustancial cambio de un equipo que, ni desde lo colectivo, ni desde lo individual, prácticamente no proyectó defecciones.

El complemento

El 17 a 13 de la etapa inicial premió al mejor y posteriormente, en el segundo tiempo, llegaron las variantes y una creciente recuperación sudafricana, que en más de una ocasión, permitió el lucimiento de la extrema defensa argentina.

El contenido prosiguió en una lucha equilibrada, por momentos alejada de los ingoals, hasta que recién a los 32 minutos, los Springboks lograron prevalecer en el marcador: 19 a 17, a través del casi infalible Morne Styen, que sobre el cierre sumaría otros tres puntos, para delinear los cinco de la diferencia definitiva.

La imagen de cierre refleja lo expresado en los párrafos iniciales: el público aplaudió de pie a Los Pumas, reconociendo el reencuentro con su esencia. La misma que construyó peldaño a peldaño su magnífica historia y la que es dable esperar permita continuar desandando con dignidad y entereza la durísima senda que proyecta una competición como las que nos ocupa.