Ciro y Los Persas en Unión
Concierto eterno para corazones veteranos
Ciro y Los Persas en Unión
Concierto eterno para corazones veteranos

“Ciro” Martínez, al frente de una formación que se afianza explotando el talento de cada integrante y divirtiéndose en el hecho de hacer música juntos.
Foto: Mauricio Garín
Ignacio Andrés Amarillo
“Acá, esperando la fiesta”, dice la ingeniera química, al filo de los cuarenta y con hija adolescente. Es que el desprevenido vecino del Club de la Avenida habrá notado que, si cuando se presentó Tan Biónica su barrio se llenó de menores impúberes, anteayer se habrá visto rodeado por una fauna variopinta (sí, estimado lector: había unas cuantas de esas muchachitas rollingas de flequillo, musculosa con la lengua de Jagger y jeans ajustados que a usted tanto le gustan), pero se hizo notar la presencia de una generación que se crió con la música de Los Piojos y hoy está en sus treintas: mucha madre de familia más o menos camuflada con alguna zapatillas de lona, muchos amigotes casados saliendo con su barra “de antes”.
Del otro lado de la valla los iba a esperar Andrés “Ciro” Martínez, también veterano de varias batallas, al frente de una formación que se afianza (suena más “a banda” que antes, dijo alguno que los viene siguiendo), explotando el talento de cada integrante y divirtiéndose en el hecho de hacer música juntos, lo que hizo que no les importe llegar al borde de las tres horas de concierto, repasando diferentes capítulos de las vidas del solista y del público.
Antes y ahora
Y el arranque fue con la coreada “Antes y después”, para “empiojar” la cosa con “Taxi boy”, con el primer solo de Juan Manuel Gigena Ábalos en la guitarra, que estimuló un cántico en recuerdo a la histórica banda de Ciro, que se puso gafas oscuras y tomó la guitarra para arremeter con “Barón Rojo” y su video de un Ciro aviador.
De ahí a la piojosa “Canción de cuna”, con Ávalos en el piano como única compañía, con la banda reingresando en pleno para “Mi Sol” y arremetiendo luego con “Banda de garaje” y su sonido stone. Pero la apuesta la subió JoÆo Marcos Cezar “Broder” Bastos con línea de bajo de “Tan solo”, a la que el cantante sumó su armónica para que disfruten niñas a cococho y parejas veteranas abrazadas.
Acústica en mano, el solista arremetió con “Héroes de Malvinas”, que explotaría en ovación cuando ingresaron como habitualmente los ex combatientes con las banderas, apoyados por cantitos de “el que no salta es un inglés”, después de la arenga y el agradecimiento de su vocero.
Pasado el momento emotivo, llegó “Ciudad animal”, con Broder en la guitarra de nylon y Ábalos en el bajo, y un saltarín Rodrigo Pérez en la guitarra eléctrica.
Para todos los gustos
Ahí, Ciro dejó al público a solas con Ábalos, quien montó su habitual número de multipistas, con una versión muy particular de la “Chacarera del rancho”, de su tío abuelo Adolfo Ábalos. Pérez no quiso ser menos y encaró con la banda “Otra vez”, un tema de su banda La Yumba, dedicada a sus primos de Santa Fe.
Volvió Martínez para “Me gusta”, de la segunda placa, “27”, seguida del clásico “Ruleta” y de “Caminando”. “Desde febrero que no nos vemos”, comentó, antes de “Vas a bailar”, de “Espejos”, con un particular solo de Nicolás Rafetta en las teclas.
“Como Alí” fue la explosión, con todos saltando sobre el escenario y Ciro imitando a Alí, primero tirando guantes y luego con el tembleque, mientras en la pantalla del fondo la imagen remedaba la alteración sensorial que refiere la letra. Sobre el final, algunos “locales” ensayaron un “Y dale Unión” con la melodía del tema.
“Servidor” vino con un video alusivo, y terminó con Broder haciendo un solo a puro slap con los ojos tabicados por los guitarristas, para luego de descubrirse doblar el bajo con la voz en un skaty muy funky.
De vuelta de la primera salida llegó “Tango del Diablo”, con Bastos y Ábalos en las guitarras criollas. Rearmada la formación, le entraron a la lograda “Mírenla” (ya un hit), de fondo su video con Isabel Macedo. El cantante bajó entonces a saludar a la valla, con solos de bajo y órgano.
Raffetta arremetió a tocar a lo Jerry Lee Lewis para sumar a la banda en un rock and roll instrumental que terminó siendo “Zapatos de gamuza azul” en la voz de Ciro. De ahí a “El mendigo de Dock Sud”, para luego bajar una guirnalda de banderines y luces, que acompañaron a “LVR”, que celebrando al rock terminó en una apoteosis de papelitos de colores.
Bailongo y sentimiento
Pero hubo una salida más, con el otro hit de “27”, “Astros”, para luego caer en otra explosión popular con “El farolito”, en el que hubo solos para presentar a cada integrante (muy lucida la intervención de Raffetta), terminando en un skat de Ciro.
Tras cantarle el “Feliz cumpleaños al baterista Julián “Lulo” Isod le entraron a “Insisto”, y sacudieron a la masa con “El balneario de los doctores crotos”, con los stages de la banda sambando en el escenario (con especial lucimiento de un tal Martín), y Ciro bailando de espaldas con una máscara en la nuca.
“Noche de hoy” los tuvo a casi todos sentados en el borde del escenario, para terminar moviendo las piernas a lo “Gomazo”, y cerrando con la lectura de las banderas por parte del cantante.
La casi despedida fue “You Gotta Move”, un blues tradicional que los Rolling Stones popularizaron al grabarlo en “Sticky Fingers”. Lo de “casi”, tuvo que ver con que luego del saludo final, y la repartija de púas y baquetas, el cantante de los meniscos rotos empuñó por última vez la armónica para entrarle a la introducción del Himno Nacional Argentino craneada por Juan Pedro Esnaola, acompañado por todas las voces.
Ahí sí, las luces se prendieron para indicar que la fiesta había terminado, que ni Los Persas pueden hacer el concierto eterno, aunque pueden dar más de lo esperado.