Desde la llegada de Francisco

Ahora en el Vaticano se habla en argentino

En la actividad cotidiana, el Papa utiliza algunos giros y frases que sólo se usan en nuestro país. Obviamente el “vos” está siempre y el “tu” jamás. Sus colaboradores extranjeros debieron hacer un curso acelerado de aprendizaje para entenderlo.

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El lenguaje del Papa Francisco, cuando habla en “argentino”, desconcierta a sus allegados. No obstante, el Pontífice insiste y se divierte. Foto: Agencia EFE

 

Juan Lara

Agencia EFE

La llegada de Jorge Mario Bergoglio al Papado ha supuesto la entrada en el lenguaje del Vaticano de numerosas frases y palabras que normalmente sólo se usan en la Argentina, la patria de Francisco, quien no duda en decir “balconear” y “armar lío” o usar los clásicos “vos” y “poné” .

Desde el 13 de marzo pasado, cuando fue elegido sucesor de Benedicto XVI para ocupar el Sillón de Pedro, Francisco habla normalmente en italiano, pero durante su reciente visita a Río de Janeiro para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, a la que asistieron decenas de miles de jóvenes de lengua española, de ellos 50.000 argentinos, habló ampliamente en español...pero con la variante argentina.

Sorprendió especialmente cuando en la Vigilia, uno de los actos principales de la JMJ brasileña, le dijo a los jóvenes: “Por favor, no balconeen la vida, métanse en ella, Jesús no se quedó en el balcón, se metió; no balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús”.

La mayoría de los miles de periodistas internacionales que seguían el viaje, así como decenas de miles de muchachos, comenzaron a preguntarse y preguntar que habría querido decir, mientras los argentinos, sabedores, le aplaudieron largamente.

Francisco animaba a los jóvenes a no ver pasar la vida cruzado de brazos, sin actuar.

No fue lo único, en otro encuentro con los jóvenes en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro les dijo que esperaba de la JMJ “lío” (movimiento, actividad) y que quería “líos en las diócesis”.

Francisco les pidió que salgan a la calle a anunciar el Evangelio, que rechacen la mundanidad, que no se vuelvan cómodos y encerrados en sí mismos.

Después, dirigiéndose a los obispos les dijo: “Perdoname, si algunos le arman lío a ustedes”.

Su estancia en tierras suramericanas le llevó también a hablar e improvisar con esa sencillez que lo distingue y sacó su español más argentino.

“Bota fe-poné la fe”, dijo a los muchachos, explicando que cuando se prepara un buen plato y falta la sal, “ponés sal y si es aceite, ponés aceite” y que, si se quiere, que la vida tenga verdadero sentido “hay que poner fe y la vida tendrá un sabor nuevo, hay que poner a Cristo en tu vida”.

El “vos” característico argentino lo usó permanentemente y raro fue el discurso en español que no dijo “a vos, a cada uno de vosotros, por vos”, según la frase.

Siempre directo, como un párroco que habla a sus fieles, Francisco no ha dudado en echar mano de la frase coloquial “pasarse de rosca” para criticar la civilización actual, de la que dice “se ha pasado de rosca porque es tal el culto que ha hecho del dios dinero, que está excluyendo a los dos polos de la vida de las sociedades, como son los ancianos y los jóvenes”.

Con ese lenguaje sencillo ha confesado que muchas veces se siente “enjaulado” en el Vaticano y que en muchas ocasiones le ha dado gana de salir por las calles de Roma a pasear, pero que entiende que no es fácil. Él mismo recordó que en Buenos Aires le conocían como “el cura callejero”.