Olímpico santafesino
Rubén Rezola
Es de perfil muy bajo, aunque sus triunfos lo elevan muy alto. Nació en un barrio santafesino y con esfuerzo, sacrificio y el apoyo de su familia llegó a ser mundialista y olímpico. Hoy es uno de los canotistas más destacados del mundo.
TEXTOS. LUIS GUDIÑO. FOTO. PABLO AGUIRRE.
DESDE PEQUEÑO. “Mis inicios fueron en el Club Náutico El Quillá, adonde de a poco fui mejorando. De chiquito le dije a mi mamá que me llevara al club porque quería hacer canotaje y desde ese momento no paré. En pleno julio fue mi primer día y mi primera caída al agua... Ese sábado por la mañana es inolvidable. Mis primeras competencias fueron en torneos de clubes de la zona. Antes había muchos más campeonatos, por eso es buena la difusión de este deporte. Me acuerdo que la primera competencia fue en el Club de Niños Manuel Belgrano, un día de mucho viento y frío. Mi primer viaje al exterior fue siendo menor, a Uruguay, después con la selección de cadetes al Sudamericano de San Pablo 2006, gané tres medallas de oro, con sólo 14 años”.
LO MÁS Y LO MENOS. “Mi mejor actuación y experiencia fue en los Juegos Olímpicos de Londres. Fuimos en K2 -junto a Miguel Correa- quintos en la prueba de 200 metros de canotaje. La peor, este año en las copas del mundo entramos a final; estábamos para medalla y no nos salió la carrera como queríamos, pero lo positivo es que seguimos estando entre los mejores del mundo”.
INOLVIDABLE. “Siempre nos pasa algo divertido en los viajes. Entrenando para el campeonato del mundo 2011, una tarde de descanso fuimos a una mina abandonada a hacernos los exploradores. La entrada tenía un puentecito de madera con una zanja muy grande con barro podrido. Pasaron todos y yo último.. Yo pasé... pero derecho al barro... (rió)”.
DURA RUTINA. “El entrenamiento depende mucho de la época del año. En verano se hace la pretemporada con mucho de todo: correr, remar, gimnasio, andar en bicicleta. Son casi ocho horas diarias de entrenamiento en los días de doble turno. Ya acercándose a las competencias baja el tiempo, se acortan las distancias pero es mucho más intenso”.
“ES MI VIDA”. “El canotaje es mi vida o gran parte de ella. Ayuda a formarte como persona y la gente que estuvo y está al lado mío siempre también ayudó mucho para que este deporte crezca y se desarrolle. Y por eso yo quiero tanto a mi deporte. Mis sueños futuros son seguir mejorando y trayendo muchos buenos resultados para la Argentina, como una medalla en Río de Janeiro 2016”.
PERSONAL
“Nací el 21 de abril de 1991, en Santa Fe. Mi familia son mi mamá, mis dos hermanitos, y Sergio, marido de mi madre. Mi papá, abuela, y mis amigos, un grupo muy grande, todos muy buenas personas. Me fueron a esperar varias veces en mis llegadas de los viajes, todos juntos. La última fue en mi vuelta de Londres, que no me lo esperaba. Mis hobbies son los fierros, pescar, los deportes extremos. Represento deportiva y formalmente a la Reserva Natural de Granadero Baigorria, al Club Marinas Puerto de Santa Fe y también al Club Náutico El Quillá, y todavía sigo entrenando en el lago del Parque del Sur”.