editorial

Un proyecto que atrasa

  • La Cámara de Diputados de la provincia inició el proceso para convertir en ley el descanso dominical para algunos comercios. Una propuesta que va contra las costumbres de la sociedad actual y pone en riesgo cientos de puestos de trabajo.

El proyecto para reglamentar el descanso dominical fue presentado en la Cámara de Diputados de la provincia. La letra es corta pero contundente. Determina que los establecimientos comerciales o de servicios deberán permanecer cerrados los días domingos y los feriados nacionales. También fija el horario de atención de lunes a sábados, entre las 7 y las 22.

Es notable la cantidad de rubros excluidos de los límites de este proyecto. Dada la extensión de la lista, parecería que el objetivo principal es evitar la apertura de supermercados y shoppings, con excepción de los locales gastronómicos y de esparcimiento.

Este proyecto atrasa 110 años. Sus fundamentos proponen como eje central la necesidad de afianzar el vínculo y el diálogo familiar en una sociedad globalizada, pero deja de lado las costumbres de la sociedad actual para acercarse a los argumentos que se esgrimieron en 1904 al promulgar la ley de Descanso Dominical. Hoy, más de un siglo después, los derechos laborales y las conquistas sociales de los trabajadores están garantizados en nuestro país por la Constitución Nacional, la Ley de Contrato de Trabajo y Tratados Internacionales.

Sin poner en duda la legítima necesidad del descanso semanal de los trabajadores, la reglamentación que prohíbe a algunos comercios la apertura de sus establecimientos los domingos obstaculiza la competencia genuina entre los privados y pone en riesgo cientos de puestos de trabajo.

Al eliminar una jornada laboral o un turno completo (en aquellos comercios que permanecen abiertos las 24 horas los 7 días de la semana), algunos empleados descubrirán amenazados sus puestos de trabajo, mientras otros encontrarán sus bolsillos más flacos (la ley de Contrato de Trabajo establece que en estos casos quienes trabajan los domingos cobran doble). Además, algunas empresas prestadoras de servicio que se desempeñan en las grandes superficies comerciales -por ejemplo las de limpieza y seguridad-, verán disminuida la necesidad de personal, repercutiendo negativamente en sus trabajadores.

Entre los fundamentos, los legisladores sostienen que este proyecto no impactará en el consumo ya que quienes compran los domingos podrán hacerlo de lunes a sábado, no teniendo en cuenta la afluencia de turistas que vienen del interior de la provincia y aprovechan el domingo para pasear y comprar. Los esfuerzos públicos y privados que se realizaron para hacer de Santa Fe una ciudad turística caerán en saco roto, derivando este turismo interno a ciudades de provincias vecinas; por ejemplo, a Paraná.

Por último, en los años que corren, el avance de las nuevas tecnologías están cambiando las costumbres sociales. Hoy, la posibilidad de comprar on line está disponible las 24 horas, los siete días de la semana. Los comerciantes se ven amenazados por una nueva forma de comercialización y es a este fenómeno al que deben estar atentos. Sin comercios a la calle, no hay empleados. Reivindicar el domingo como única alternativa para día de descanso es ir contra un fenómeno que no se puede manejar. Santa Fe en lugar de avanzar, retrocede.

Los esfuerzos públicos y privados que se realizaron para hacer de Santa Fe una ciudad turística caerán en saco roto, derivando este turismo interno a ciudades de provincias vecinas.