Reclamos y largas filas en las boleterías para asegurarse una butaca

Cruzar el río en cole: las empresas buscan ajustarse a la demanda

Tras la prohibición de alzar pasajeros que viajen parados, Fluviales y Etacer se adaptan. Sumaron frecuencias, piden notificaciones vía web y venden butacas nominadas. Pero aún la gente se amontona en las boleterías por un viaje.

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Adaptarse, ésa es la cuestión. Los usuarios deben ir hasta las boleterías para asegurarse una butaca. Las empresas buscan estrategias para mejorar el servicio.

Foto: Archivo El Litoral / Guillermo Di Saltavore

 

De la redacción de El Litoral

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Cruzar el río Paraná en colectivo -desde Santa Fe a la capital entrerriana y viceversa- ha obligado desde hace un tiempo a cambiar hábitos en los usuarios habituales y a modificar la prestación del servicio para las empresas Fluviales (Ersa) y Etacer (de Flechabus). Antes, había paradas urbanas cada unas pocas cuadras. La gente se subía donde mejor le quedaba, aun sin la certeza de que viajaría sentada. Durante años, estudiantes y trabajadores que hacían trayectos habituales de una ciudad a otra debieron viajar parados, en unidades sobrecargadas. Pero todo cambió.

Desde que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) prohibió en abril de este año a estas empresas de transporte interurbano a que levanten pasajeros sin lugar disponible (para evitar que viaje gente parada), cada vez más usuarios deben ir hasta las terminales de ómnibus de ambas ciudades y hacer colas en las boleterías de estas empresas para asegurarse butaca. Pues ocurre que si esperan en las paradas urbanas habilitadas, se arriesgan a que si los colectivos ya van llenos no los alcen -porque no pueden trasladar viajeros parados- y se pierden ese viaje.

Ante esta situación, las empresas -con el objetivo de seguir ofreciendo un servicio adecuado y no perder pasajeros ni rentabilidad- debieron adaptarse a la nueva situación. Y aún lo están haciendo. Fluviales tiene 15 unidades habilitadas por la CNRT, y debió aumentar de 84 a 106 las frecuencias diarias. Etacer, por su parte, tiene 13 coches habilitados, y pasó de tener 48 viajes diarios a 78. Su flota hace un promedio de 130 mil kilómetros diarios, según datos de la empresa.

Otra opción: los “rondines”. Son viajes que salen desde Paraná, llegan hasta Ciudad Universitaria y otros puntos universitarios, alzan estudiantes y profesores y retornan, sin ir a las terminales. También se apeló a las nuevas tecnologías: Fluviales, por ejemplo, tiene un sistema a través del cual los estudiantes pueden notificar en la página web de la empresa sus horarios de retorno a Paraná, y así la empresa puede hacer un seguimiento de la demanda para adaptar su oferta de unidades.

Por su parte, Etacer ha implementado las butacas nominadas. Se ofrece la posibilidad de comprar cinco viajes semanales con butacas ya asignadas. La ventaja de esto es que el usuario que opta por esta alternativa puede ir a tomar su colectivo unos pocos minutos antes de la salida y evitarse la molestia de hacer cola para comprar boleto.

Estrategias

Roberto Albisu -gerente general de Ersa- admitió a El Litoral que los cambios que generó la resolución de la CNRT aún generan reclamos en los usuarios, tanto santafesinos como entrerrianos. Pero ante eso, la empresa buscó adaptarse: “Muchos van a nuestra boletería de ambas terminales para asegurarse lugar, es cierto. Pero acá hay una cuestión lógica: cada pasajero tiene que tener una butaca, y una vez que los colectivos están completos, no se puede alzar más gente. Esto debe respetarse a rajatabla”.

“Con las universidades trabajamos desde marzo de este año. No se han generado mayores inconvenientes, ni acá ni allá. Los chicos se van adaptando. En los recorridos para universitarios pasamos por El Pozo, Derecho, la FIQ. Implementamos un sistema vía web por el cual el estudiante que llega a Ciudad Universitaria de la UNL puede informar a qué hora sale. Entonces vamos ajustándonos a esa cantidad de demanda”, explicó.

Butacas nominadas

“Es cierto que muchos usuarios se vuelcan a las boleterías en las terminales para asegurarse su viaje, y es esperable porque no hay garantía de que puedan ser alzados en las paradas urbanas. Desde Etacer, lo que hicimos fue implementar los boletos nominados: un pasajero puede ir el domingo a la terminal y comprar cinco pasajes para la semana. Y se le asigna la butaca. Entonces, ese pasajero va a tomarse el colectivo unos minutos antes de la partida, evitándose así tener que hacer cola. Ya tiene su butaca asegurada”, contó a este diario Gastón Borborello, gerente de Etacer.

Lo que se pondrá en práctica desde esa empresa “esta semana o la que viene” es “anexar ese sistema de butacas nominadas en paradas puntuales”, anticipó el gerente. En Paraná, sería en la Plaza de los Bomberos, y en Santa Fe en la de El Pozo y la de Rivadavia y bulevar Pellegrini. “Los usuarios podrían comprar los cinco boletos nominados y subirse con butaca asegurada desde esas paradas”.

“Esto implica para nosotros un trabajo difícil de coordinación: hay que definir una hoja de ruta, que será una complicación para el conductor, pues tendrá que leer y controlar cuántos pasajeros suben en cada parada. Hay muchas personas que compran bonos, y a eso también tendremos que adaptarlo. La medida será compleja desde el punto de vista logístico, pero servirá para mejorar el servicio”, cerró Borborello.

El flujo de viajeros entre ambas capitales es significativo, sobre todo en horarios pico: de lunes a viernes, a la mañana (7.30), a la siesta (13 horas) y los fines de semana.

Testimonios

Lejos de la Terminal

“Los que mayores complicaciones tienen son usuarios que viven más lejos de la terminal de ómnibus, que tienen que tomarse el colectivo a un horario determinado”, opinó Fernando, boletero de Fluviales (en Santa Fe). En la semana, los horarios en los que más cola se genera son los de las 7.20 y las 13.10. “Las unidades salen llenas. También los viernes y fines de semana. Los usuarios tienen que adaptarse. Y creo que la empresa ha implementado acciones para facilitar esa adaptación”, dijo.

Reclamo I

Nicolás estudia Comunicación Social en Paraná. Viaja a diario. “Vivo en Facundo Zuviría al 4600, con lo cual me tengo que tomar las líneas 15 ó 1 para llegar a la terminal a horario y aquí comprar boleto. Me queda a trasmano todo, y encima tengo que gastar más en transporte. Como todo estudiante a mí me cuesta cada peso que gasto. Antes tomaba el colectivo a Paraná en Bv. y Rivadavia. Muchas veces llego tarde a clases”, contó su experiencia. “Será cuestión de adaptarse”.

Reclamo II

Carmen es santafesina, trabaja de empleada en Paraná y vive en barrio Guadalupe. “Me tomo todos los días las líneas 11 ó 16 para llegar hasta la terminal, y comprar el ticket en la boletería. Antes me tomaba el colectivo en la parada de Recoleta. No tengo otra que venirme hasta acá para asegurarme butaca. Sé que es por seguridad que los pasajeros no viajen parados. Pero también es cierto que todo esto ha implicado un cambio molesto para los usuarios habituales”, expresó.

Por la seguridad

Augusto es chofer de Etacer desde hace años. “Los que más quejas ponen son los estudiantes. Antes se quejaban porque debían viajar parados o apretados; ahora se quejan porque tienen que venir a la boletería a sacar pasaje para asegurarse butaca. Lo claro es que no puede viajar más gente parada. Desde mi experiencia como chofer, digo que es peligroso que un coche lleve más gente de la permitida. Por eso, la medida es buena. Es cuestión de acostumbrarse”, opinó.