Le imputan enriquecimiento ilícito

Indagarán a un ex jefe de la Unidad Regional II

  • Néstor Arismendi fue nombrado en ese cargo durante la gestión de Leandro Corti. Ya estaba siendo investigado por Asuntos Internos, que derivó el caso a la Justicia.
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El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, jaqueado por el accionar de la delincuencia y los “nostálgicos de la vieja policía”.

Foto: Mauricio Garín

 

De la redacción de El Litoral

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Corresponsalía Rosario

Néstor Arismendi, ex jefe de la Unidad Regional II de Rosario, tiene una cita con el juez de Instrucción Nº 3, Luis María Caterina, que le tomará declaración indagatoria en el marco de una causa por supuesto enriquecimiento ilícito del ex comisario mayor, luego de que se detectaran inconsistencias económicas en su patrimonio.

Arismendi fue nombrado el 13 de diciembre de 2011, por el entonces ministro de Seguridad Leandro Corti como jefe de la Unidad Regional II, luego de ser responsable de la Agrupación Unidades Especiales. Cuatro meses después de asumir, este comisario fue desplazado, y reemplazado por Walter Miranda y Hernán Brest. Corti tomó esa decisión en aquel momento luego de que tomara conocimiento de que Arismendi estaba siendo investigado por Asuntos Internos desde 2008. Esa pesquisa se inició a partir de un anónimo. Por ese motivo, desde el gobierno provincial salieron en ese momento a restarle entidad a la versión que indicaba que Arismendi había tenido un vertiginoso e injustificable enriquecimiento de su patrimonio. El propio gobernador Antonio Bonfatti dijo: “Nadie puede prejuzgar a partir de una denuncia anónima”.

El juez Caterina, a cargo de la investigación, tomó la decisión de convocarlo a indagatoria al establecer según publicó el diario La Capital indicios de un ilícito. Se sospecha que este comisario retirado delegó a nombre de testaferros propiedades para evitar una persecución por enriquecimiento ilícito. Asuntos Internos le pidió el 8 de agosto a Arismendi que justificara el origen de sus bienes, pero la explicación que dio el comisario retirado no conformó a los investigadores, por lo que la información recolectada en Asuntos Internos fue remitida a la Justicia.

Hay un punto central en la pesquisa, que si se confirma es de suma gravedad. Quien aparece como testaferro de viviendas compradas supuestamente por Arismendi es uno de los hijos de Leonardo Popea, un hombre de 57 años que en junio fue procesado como organizador de una red de traficantes de droga que operaba en cinco ciudades de la provincia, quien quedó al descubierto con operativos en los que se decomisaron 29 kilos de cocaína en mayo último. El operativo en el que fue atrapado Popea se denominó “Otoño blanco” y permitió, de acuerdo con la valoración que hizo el ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, “desbaratar una importante red de producción, distribución y venta de drogas”. La banda producía cocaína en Rosario, donde se hallaron una cocina y un laboratorio; abastecía quioscos en el oeste y noroeste de la ciudad y sacaba la droga por dos rutas: una hacia el departamento Iriondo (Correa y Cañada de Gómez) y otra hacia el departamento San Jerónimo (Coronda).

Propiedades

De acuerdo a la información publicada por el matutino rosarino, una de las principales compras solapadas que le reprochan es la de un lote de cuatro viviendas en un pasillo interno de Maipú al 900. Dos de ellas aparecieron escrituradas en favor del hijo de Popea y las otras dos a nombre de su suegra. Estas viviendas fueron vendidas por una mujer que ofreció en sede judicial un testimonio considerado muy valioso. Señaló a Arismendi como el comprador de las cuatro casas pero dijo que al momento de la escrituración, en la escribanía, el ex jefe de la Unidad Regional II rompió el boleto de compraventa que había firmado con ella. Y que en el acta notarial se inscribieron los nombres de las personas que aparecen como dueños. Esas viviendas fueron escrituradas a unos 500 mil pesos en total, luego refaccionadas y finalmente puestas a la venta a un precio notoriamente más alto. Una de las casas, según fuentes de la pesquisa, fue ofrecida por una inmobiliaria a 120 mil dólares.

En el marco de la investigación también se detectó un inmueble de cuatro hectáreas entre Zavalla y Pérez. Allí, hay una casa con pileta, que está a nombre de un cuñado del ex jefe policial. Según la información judicial, el cuñado del alto oficial se inscribió como monotributista, en una categoría alta, en una época que es próxima a la escrituración de este inmueble. La investigación le objeta asimismo a Arismendi haber transferido una vivienda de Funes a nombre de una sobrina de la esposa para, con el producido de esa venta, justificar la compra de una casa en Campbell al 900, en el barrio Belgrano de Rosario.

Nostálgicos

El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, inscribió el robo en la casa de la secretaria de Delitos Complejos, Ana Viglione (ver sección Sucesos) en la escalada que comenzó con las amenazas y el atentado al gobernador Antonio Bonfatti, y apuntó a “nostálgicos de la vieja policía”.

“Claramente esto forma parte de los tantos intentos que venimos sufriendo, destinados a frenar avances de investigaciones contra las bandas violentas”, consideró Lamberto, para quien “en esto no sólo hay bandas, sino nostálgicos de la vieja policía, que no entienden que la fuerza tiene que transformarse y convertirse en un servicio público al servicio de la ciudadanía”.

El dato

Compromiso

Arismendi afirma que la pesquisa sobre su patrimonio enumera de manera desatinada una cantidad de viviendas que nunca poseyó de manera simultánea y aseguró que en varios casos se desprendió de un inmueble para adquirir otro. En este sentido, dijo que la investigación de Asuntos Internos no consigna tal cosa sino que registra todo como posesiones simultáneas. “Voy a demostrar que lo que poseo lo obtuve de manera lícita y trabajando”, sostuvo.