En barrio Chaqueño
En barrio Chaqueño
Ejecutaron a un obrero

Ariel Rojas, de 31 años, ya había fallecido cuando llegó al Hospital Cullen. Los médicos intentaron reanimarlo, pero una bala había causado daños irreparables en órganos vitales. Foto: El Litoral
Joaquín Fidalgo
Un hombre de 31 años fue asesinado de al menos un balazo esta mañana en las calles del barrio Coronel Dorrego, más conocido como barrio “Chaqueño”, en la zona norte de la ciudad.
Se llamaba Ariel Gustavo Rojas y, según pudo saberse, formaba parte de una cuadrilla de obreros que se dirigía a su lugar de trabajo cuando ocurrió el ataque.
Todo pasó en la cuadra de calle Güemes, entre Larrea y Azcuénaga, cerca de las 9 de hoy. Rojas caminaba por el lugar, junto a compañeros. Se trataba de trabajadores de una cooperativa que la Municipalidad contrata para realizar distintas labores (desmalezamiento y limpieza, entre otras).
Todavía no son muchas las precisiones que se conocen sobre el caso. Lo cierto es que el asesino se acercó a Rojas con un arma de fuego en sus manos y lo ejecutó de al menos un disparo. La bala impactó en la zona abdominal de la víctima, muy cerca de la ingle.
Mientras el criminal escapaba corriendo, el herido cayó desplomado en la vereda de una vivienda, agonizante. Por la gravedad de su estado, sus compañeros decidieron no esperar la ambulancia. Lo cargaron en una camioneta de la Municipalidad que llegó segundos después a la escena y lo trasladó velozmente al hospital José María Cullen, mientras un patrullero le abría paso con la sirena encendida.
El esfuerzo fue en vano, porque Rojas ya había dejado de existir cuando ingresó al centro de salud. Los médicos intentaron reanimarlo, pero no tuvieron éxito.

En la escena del crimen trabajaron peritos de la Policía Científica e investigadores de la Sección Homicidios.

Los vecinos se quejaron y aseguraron que los tiroteos son frecuentes en el barrio.

El hombre asesinado cayó desplomado en la vereda de una de las viviendas de la cuadra.

Una perito de la Policía Científica recoge una muestra de la sangre derramada en el lugar.

La policía trató de encontrar testigos, pero -como habitualmente pasa en estos casos-“nadie vio nada”. Fotos: Danilo Chiapello