El violento sujeto fue perseguido y reducido por algunas personas que ayudaron a la víctima. Entre sollozos, juró que era inocente, mientras la policía lo cargaba en el patrullero.
Fotos: Danilo Chiapello
Joaquín Fidalgo
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Una agente de tránsito municipal vivió esta mañana lo que seguramente fue el episodio más insólito de su carrera.
El incidente se desencadenó en una de las esquinas que forman las calles Suipacha y Rivadavia, aproximadamente a las 10.30 de hoy, aunque muy probablemente se originó antes, con la confección de algún acta de infracción.
La “naranjita” (del color sólo quedó el apodo, porque las inspectoras visten hoy de pantalón negro, camisa gris oscura y chaleco amarillo flúo) caminaba por una de las veredas, atenta a los vehículos mal estacionados. No podía imaginar lo que estaba a punto de sucederle.
Un hombre que caminaba muy tranquilo se acercó a ella por la espalda y cuando la tuvo al lado le arrebató el talonario de multas, mientras le daba un empujón para sacársela de encima.
Con los papeles en su poder, el desquiciado sujeto se dio a la fuga a gran velocidad por calle Suipacha hacia el oeste. Mientras corría, arrancaba y destrozaba hoja por hoja las infracciones.
Algunos ocasionales transeúntes que observaron la escena comenzaron a perseguir al “ladrón” y le dieron alcance unos metros después, ya sobre calle 25 de Mayo.
Sin escapatoria, en el suelo y con una multitud que amenazaba con golpearlo, el agresor aseguró que era inocente, mientras sollozaba. Instantes después aparecieron en la escena efectivos de la Brigada Motorizada y de la Comisaría 1a, que arrestaron y trasladaron a sede policial al sospechoso.
En el lugar también se hicieron presentes compañeros de la víctima, que estaba visiblemente bajo los efectos de una crisis nerviosa por el increíble suceso.