Asalto y muerte

Un tiro por la espalda

Télam

Un vendedor de muebles fue asesinado de un tiro por la espalda tras ser asaltado por un grupo de delincuentes, cuando transitaba con su moto por el partido bonaerense de Tres de Febrero, informaron hoy fuentes judiciales.

El hecho ocurrió ayer, alrededor de las 12.30, en Ramallo y República, frente a la villa Carlos Gardel, en el límite entre la localidad de Villa Pineral, en dicho partido del noroeste del conurbano, y El Palomar, de Morón.

Fuentes judiciales informaron a Télam que por esas calles transitaba habitualmente a bordo de una moto Honda 250 Alejandro Iniesta (63), quien trabajaba como vendedor de una fábrica de muebles, ubicada a unas 15 cuadras del lugar.

Este empleado pasó por el lugar y fue abordado por seis ladrones que estaban a pie, uno de ellos armados, quienes lo amenazaron con aparentes fines de robo.

Según las fuentes, el motociclistas los esquivó y aceleró, pero el asaltante armado le efectuó un disparo por la espalda que lo hizo caer malherido de su rodado.

Tras el disparo, los delincuentes huyeron a la carrera y sin concretar el robo, mientras que la víctima fue auxiliada por un vecino del barrio que la trasladó hasta el hospital Posadas, ubicado en las cercanías, donde murió poco después.

En tanto, en la escena del crimen, los peritos secuestraron una vaina servida calibre 9 milímetros que servirá para futuros cotejos balísticos.

En el lugar del hecho estuvo presente la fiscal Amalia Belauzarán, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial San Martín, quien encabezó las primeras diligencias de rigor.

Los pesquisas procuraron hallar testigos presenciales de lo ocurrido, al tiempo que secuestraron un video de una cámara de seguridad de la zona que captó que momentos antes del crimen de Iniesta, aparentemente, los mismos delincuentes habían querido asaltar a otro motociclista que logró escapar.

Es por ello que los investigadores creen que el homicidio se trató de un asalto “al voleo” y que los delincuentes no tenían “marcada” a la víctima que por su trabajo pasaba diariamente por allí cuando se dirigía hacia o desde la fábrica.

Las fuentes señalaron que Iniesta residía en el barrio porteño de Congreso y que uno de sus hijos también trabajaba en la misma mueblería que él.