editorial

Alimentos con menos sal

  • Por ley nacional, los alimentos industrializados deberán disminuir un 15 por ciento su contenido de sal. La norma que aún deber ser aprobada por las Legislaturas provinciales, intentará disminuir el alto porcentaje de hipertensos que hay en el país.

La alimentación es una acción indispensable para la supervivencia de todas las especies. Sin embargo, más allá de este concepto básico, la relación entre la comida y los seres humanos no parece sencilla ni equilibrada. Sobre todo si se tiene en cuenta que, como nunca antes, conviven en el mundo millones de desnutridos con otros millones de personas con sobrepeso, constraste que pone de manifiesto las consecuencias de una injusta producción, distribución y consumo de los recursos.

En los últimos años, las cifras de obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas a los hábitos alimentarios han obtenido un creciente protagonismo en nuestro país y de este panorama no escapan los grupos poblacionales de menor edad: la cifra de niños y niñas con sobrepeso aumenta de manera sostenida y en este diagnóstico se conjugan la ingestión de alimentos hipercalóricos y el sedentarismo, ambas tendencias sostenidas en un cambio drástico en el estilo de vida, con horarios y rutinas escolares y laborales que desalientan o impiden la posibilidad de dedicarle demasiado tiempo a preparar y compartir menúes y a la realización de actividades físicas al aire libre.

Sin embargo, el sobrepeso y la obesidad, por efecto de un consumo de calorías muy superior al necesario y recomendado, no son las únicas afecciones de salud derivadas de estos cambios. Según datos oficiales, los argentinos consumen en promedio 11,2 gramos de sal por día, más del doble de lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud. Además, por año mueren 50 mil personas en nuestro país como consecuencia de la hipertensión -enfermedad asintomática- no controlada.

Una ley aprobada recientemente por el Congreso Nacional, al cabo de un trabajo conjunto desarrollado entre el gobierno central y representantes de la industria del sector, establece que desde el año próximo los alimentos procesados tendrán hasta un 15 por ciento menos de sal. En concreto, se limitará la cantidad de sodio utilizado en alimentos industrializados, a la vez que el salero deberá ser eliminado de la mesa de los restaurantes. Además, estos locales tendrán que ofrecer opciones con menos sal o directamente sin ese condimento.

Si bien la norma requiere aún de la aprobación de Legislaturas provinciales, constituye un paso adelante en la limitación en el consumo de sodio, una de las causas de enfermedades cardiovasculares y, como se dijo, de hipertensión. Es que, a al vez que se insiste en las recomendaciones para mantener una dieta sana y equilibrada, y evitar el estrés y el sedentarismo -pautas elementales para una buena calidad de vida- y en tanto se reconoce que los cambios de hábitos son, probablemente, irreversibles, se vuelve indispensable encontrar nuevas alternativas que se adapten a estos cambios. Y mientras los especialistas en nutrición recomiendan optar por la comida casera o menos industrializada como una forma de crear otra conducta alimentaria, es igual de cierto que no en todos los hogares está incorporado el hábito de consumir frutas, verduras y otros productos saludables y, en hogares con ingresos mínimos, estas alternativas son directamente inaccesibles. Mientras tanto, la realidad impone otras rutinas y la flamante ley puede resultar una manera de aunar las recomendaciones sanitarias con estas nuevas costumbres.

Desde el año próximo, se limitará la cantidad de sodio utilizado en alimentos industrializados, a la vez que el salero deberá ser eliminado de la mesa de los restaurantes.