Mano a mano con el profe de Madelón, el que “baila” al plantel...

Mariano Lisanti, “el malo de la película”

  • Dijo que hay que inculcarles a los más chicos que lo que importa es la gloria que se logra y no lo material. “Los jugadores jóvenes parece que estuvieran en otro mundo”, señaló, generalizando, este hombre que tomó conceptos de Webber y Santella como sus principales referencias.
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El PF de Leo. Mariano Lisanti es el responsable de la parte física del plantel profesional del Club Atlético Unión. Los dirigentes hicieron un esfuerzo más que importante para instalarse diez días en Mar del Plata, con lo que hoy implica alquilar hoteles, reservar restaurantes y asegurarse canchas. Por eso, el PF de Madelón “se mata” en esta base física para los jugadores de cara al 2014. Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Mar del Plata)

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Confiesa, con 43 años, que ya hizo más de diez pretemporadas en Mar del Plata. “Conozco muchos lugares y no es necesario ir siempre a Punta Mogotes para hacer el trabajo aeróbico. Laguna de los Padres, por ejemplo, es una alternativa muy buena”, dice el profesor Mariano Lisanti, quien trabaja desde hace tiempo con Madelón y es, junto al “Pirata” Czornomaz, el “Moncho” Ruiz y el “Chano” González, el grupo de trabajo del entrenador tatengue.

—¿Este es el momento en el que el profe es el que más trabaja?

—Es posible, pero nosotros lo tenemos bastante equilibrado al tema. Hay días, por ejemplo, en que la parte física, que se hace por la mañana, termina con un trabajo con pelota. El “malo de la película” en este caso, vengo a ser yo. Es así, los profes lo tenemos asumido.

—Hay una antigua concepción de hacer largas corridas de 10 o 12 kilómetros en las pretemporadas. ¿Hoy se sigue utilizando ese esquema de trabajo o ya no?

—No, para nada. Hoy no se hace eso porque los campeonatos son cortos y las pretemporadas también. Antes se llegaba a correr hasta 20 kilómetros. Yo, particularmente, nunca hago más de 8 kilómetros y de a poco voy bajando los volúmenes. Nunca lo hago en carrera continua sino en pasadas de 400 metros, por ejemplo, o intermitentes. No hay que hacerlos correr en forma permanente a los jugadores, sino fraccionar el trabajo.

—¿Dónde arrancaste tu carrera?

—En Deportivo Riestra. Y luego, en el 2004, conocí a Leo Madelón a través de Fabián García, que era su ayudante, y fui con él a Chicago como segundo profe, detrás de Néstor Bonillo, que estuvo últimamente en Vélez con Gareca. Me sirvió mucho porque Bonillo me enseñó no sólo en la preparación física, donde yo tengo mi idea, sino en la construcción de grupos.

—¿Después?

—Bueno, luego me fui con el Ruso Zielinski a El Porvenir y en el 2006 volví con Leo para ir a Olimpo y allí me quedé a trabajar definitivamente con él en los clubes posteriores, o sea Central, Gimnasia y San Lorenzo, antes de venir a Unión.

—¿El peor momento fue en Rosario Central, cuando no pudieron quedarse en Primera jugando la Promoción con All Boys?

—Ese equipo jugaba bien pero tenía muchos chicos, les pesó la responsabilidad, el clima estaba tenso en la ciudad. Nosotros fuimos por ocho partidos y sólo perdimos con Argentinos Juniors, que salió campeón. Nos tocó un All Boys durísimo en esa Promoción, que lo ratificó luego porque hace cuatro años que están en Primera. Ellos venían muy en alza y cuando jugamos de local sabíamos que empatando nos salvábamos, pero a los 7 minutos perdíamos y la gente se volvió muy agresiva. Creo que hubo una cuestión política de por medio, que generó todo ese clima. Pero en el medio de ese clima estábamos nosotros. Nos dolió, lo reconozco y no lo puedo negar, pero la gente de fútbol sabe muy bien por qué nos fuimos al descenso.

—¿Y el más lindo?, ¿quizás cuando salvan del descenso a Gimnasia en ese increíble partido con Rafaela en La Plata, el día que ganan 3 a 0 en el final?

—Sin dudas. Fijáte que el tercer gol fue un centro que le rozó a uno de Rafaela y le cayó a Niell, porque si no rozaba en uno de ellos seguro que le caía fácil al arquero. Si pasaba eso, ganábamos 2 a 0 y nos íbamos al descenso. El “Barba” nos ayudó en esa jugada. Hicimos 55 puntos y armamos un equipo fuerte. Llegamos a la Promoción porque arrancamos 18 puntos abajo. Quedamos en la historia, rompimos el mito que había en ese club de que las cosas nunca salían, que la pelota pegaba en el palo y salía en lugar de pegar y entrar. Nos fue muy bien en ese torneo.

—Antes se decía que el fútbol era técnica individual, táctica y estrategia y preparación física. Hoy, se agrega y se habla de la parte motivacional. ¿Qué importancia le das?

—Hoy por hoy es lo que mueve todo. El jugador que juega en Primera es porque tiene técnica, juega bien y la parte física se logra. Hoy el fútbol es un estado de ánimo puro. Lo otro, lo táctico y lo físico, son condimentos. Yo siempre le digo a los jugadores que para mantenerte en el alto rendimiento, hay que estar bien en lo síquico y que es más importante que lo físico y lo táctico. Hay jugadores que no son tan buenos y que se mantienen siempre en el alto rendimiento. Y uno se pregunta por qué pasa eso y es porque tienen una moral de fierro. Nosotros siempre estamos dando el ejemplo.

—¿Cómo?

—Diciéndole a los jugadores lo mismo que vos me preguntabas recién, que nosotros nos salvamos de irnos a la B metiendo dos goles en cinco minutos ante Rafaela. Sin embargo, River tenía que meter dos goles y faltaban como ocho minutos cuando suspendieron el partido. No hay que darse por vencido jamás y pelear cada partido hasta el último segundo.

—¿Te ayudan los jugadores grandes para conseguir esa mentalización?

—El jugador grande es el que tiene más hambre de gloria, tienen ese fuego adentro y no se les termina. En cambio, los jóvenes, con este modernismo de hoy, parece que estuvieran en otro mundo.

—¿Por qué pasa eso?, ¿será culpa de que hoy se gana mucho dinero desde el arranque de una carrera?, ¿será que a los pocos partidos surge la posibilidad de una venta al exterior que antes no se daba?, ¿pasa que son más conocidos que antes?

—Hoy el jugador sabe que si firma el contrato, lo cobra y que tiene un gremio que lo respalda. Leo siempre les dice que sus hijos o sus nietos no le van a preguntar, en el día de mañana, “papá, ¿cuánta plata tenés en el banco?”, sino que le van a preguntar: “papá, ¿cuántos títulos ganaste?”. Es difícil hacérselo entrar en la cabeza porque cuando saben que tienen una posibilidad de ganar dinero, piensan en lo material. Algunos lo entienden y otros no. Lo que pasa es que el fútbol se hizo un negocio y hay que tener cuidado porque algunos no están preparados para recibir de golpe toda esa fama y el dinero. Entonces, hay que inculcarles que lo que te deja el fútbol no es lo material sino que es la gloria de lo que ganaste.

—¿Un referente?

—Siempre digo que la preparación física en el fútbol fue antes y después de Webber. El introdujo el trabajo de resistencia con pelota, sus entrenamientos eran muy divertidos. El otro fue Julio Santella. Hasta el 82, los rusos ganaban todo lo que exigía fuerza por sus métodos de preparación en la parte física, y después que se rompe el Muro de Berlín se comienza a trabajar con la fuerza en el mundo de Occidente, donde no se conocía. Santella lo introdujo y sus equipos volaban en la cancha. Yo traté de agarrar cosas de los dos y mi formación la hice con el profesor Spona, que Leo ya tuvo cuando dirigió a Unión.

"Conocía a Islas, también a Gerlo porque lo tuve en Quilmes, a Mattos lo tenía el Pirata en la tercera de Quilmes y a Bertocchi también lo conozco de San Lorenzo, aunque ahí no podía jugar porque estaban Kalinski y Ortigoza”.

Mariano Lisanti, Preparador físico de Unión

“Islas nos habló llorando”

Daniel Islas es una de las grandes ausencias en la pretemporada, junto con la del Coto Correa aunque por diferentes razones. El Coto se quiso ir y ya está en Defensor Sporting de Uruguay, pero el arquero no pudo viajar con el plantel porque su padre estaba atravesando un delicado estado de salud y lamentablemente falleció. El profesor Lisanti habló de este tema.

—¿Qué saben de Islas?

—Que su padre tenía un pulmón que no le funcionaba y que estaba muy mal de salud. Hablamos con él y lo notamos muy mal antes de que falleciera, al punto que lloró durante casi toda la conversación. A ese pibe lo conozco desde el 2004 cuando fuimos a Chicago. Es un muchacho bárbaro, no le escapa al esfuerzo, se entrena siempre al máximo y con nosotros se comportó muy bien. Ahora hay que dejarlo junto a su familia, acompañarlo en el dolor y esperarlo.

El dato

Césped más alto.

Si algo distinguió al 15 de Abril en los últimos tiempos, es que Facundo Sava solicitó que el césped estuviese bien corto, casi al ras, y que se lo mojase en los minutos previos al partido para hacer más rápido el juego. El “Pirata” Czornomaz confió a El Litoral que la idea es dejar crecer un poco más el césped, seguramente con la idea de quitarle piernas al rival y no facilitarle la labor física.

Del “Pipi” al “Chapa”

—¿Cómo compensás las cargas teniendo en cuenta que hay jugadores de 35 años, en el plantel, como Zapata y chicos de 20 o 22 años?

—Lo que hice fueron evaluaciones y los ubico por grupos. Eso no va en función de la edad porque he tenido jugadores de más de 30 años que estuvieron en el grupo 1, que es, supuestamente, el de mayor aptitud. Acá hay muchachos a los que les gusta entrenar, como Zapata y Gerlo, por ejemplo. Pero lo hablo con ellos.

—¿Por ejemplo?

—Te voy a dar un caso, el del Pipi Romagnoli cuando estuvimos en San Lorenzo con Leo. Yo sabía que él tenía un problema en los tobillos, entonces no lo hacía saltar vallas sino que lo compensaba con variantes. Con los grandes me manejo así, porque están en la longevidad deportiva y saben qué es lo que necesitan y qué no. Vos me preguntás por Zapata, por ejemplo.

—¿Cómo te manejás con él?

—Víctor es un chico que juega bien, entonces lo que hago es acompañarlo en la preparación física para que él esté bien en el partido, pero lo que prevalece es su técnica. De todos modos, no es el caso de un jugador grande que “cancherea” porque a Víctor le gusta entrenar.

—El jugador grande, ¿conoce mejor su físico?

—Absolutamente. El grande no va a correr una pelota si sabe que no llega. Ellos se dan cuenta de lo que les hace bien y lo que les hace mal, porque tienen memoria motriz. De todos modos, los trabajos de fuerza o fuerza explosiva son comunes a todos, sean grandes o chicos. Y si no lo pueden hacer, como pasó con Romagnoli, le busco variantes.

Mariano Lisanti, “el malo de la película”

No lo “bicicletean” El profesor Lisanti preparó circuitos en distintos lugares de Mar del Plata, algo que conoce muy bien porque ya hizo más de diez pretemporadas en la Costa Atlántica. “No es necesario ir siempre a Punta Mogotes”, afirma y destaca las cualidades —por ejemplo— de la Laguna de los Padres, en las afueras de la ciudad turística. Foto: Gentileza Prensa C.A. Unión

En cifras

4

Amistosos

Son los que restan jugar por parte del equipo de Madelón. El miércoles a la mañana se medirá con Olimpo en la cancha de Banco Provincia de Mar del Plata, mientras que el sábado lo hará con San Martín de San Juan en la de San Lorenzo. Ya en Santa Fe se jugará con Libertad de Sunchales el 22, y con Atlético Paraná.

análisis

por Enrique Cruz (h)

Primer “flash”

“Barracas tuvo más la pelota, pero nosotros fuimos más firmes para atacar y para defender. Todo sirve”. Así definió Madelón los primeros 50 minutos de fútbol de la pretemporada, donde el técnico paró un 4-4-2 bien definido, rotando de sector a los dos volantes laterales y dándole mucha libertad al pibe Martínez para que acompañe por sorpresa a los de arriba.

Si se compara con el equipo de Sava, éste de Madelón intentará ser más cuidadoso en el retroceso. La pregunta es si esto le quitará frontalidad y hasta qué punto se podrá acomodar con jugadores como Alemán, por ejemplo, que no termina de convencerse sobre su posición en el terreno cuando el equipo juega con cuatro volantes (ya le pasó con Kudelka y también con Pumpido).

Enterado de esto, Madelón le dio libertad para que rote posiciones con Diego García, quien mostró algunas cosas interesantes en el manejo de la pelota. Siempre con Zapata y Martínez marcando el equilibrio en el medio, con mucha movilidad por parte de Palacios para intentar volver a ser el jugador capaz de desconcertar defensas como ocurrió en la primera parte del torneo en Unión.

El equipo tuvo mayor salida por derecha a través de Vella y Diego García o Alemán, según quién ocupe ese sector eventualmente, y no tanta por el lado de Evangelista, aunque paradójicamente el gol llegó por un desborde de García cuando ocupaba el costado izquierda para que Salinas pudiese empezar a amigarse con el gol.

Madelón sabe que la chance de pelear el ascenso en este torneo depende mucho de lo que el equipo coseche en las cinco primeras fechas. Por eso, ganar no será un objetivo sino una obligación. Y tendrá que armar un equipo suficientemente sólido y eficaz desde el arranque para intentarlo. Posiblemente escudándose en los viejos vicios de este equipo (como la fragilidad defensiva) para solucionar cuánto antes los problemas e intentar algo que tendrá, si se consigue, mucho de hazañoso.

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El dato

Zbrum y Lazzaroni

El segundo refuerzo de Unión saldría entre Martín Zbrum, el defensor de Atlético de Rafaela, próximo a cumplir 29 años, quien regresó de un paso por Instituto y no tendría continuidad en el equipo que dirige Jorge Burruchaga, y el santafesino Franco Lazzaroni, quien en esta temporada fue fichado por Newell’s. Lazzaroni no tuvo chances de jugar en Newell’s, fue la primera incorporación que hizo Berti cuando tomó el equipo, hizo las inferiores en Colón y luego militó en Tiro Federal, Racing de Córdoba y Defensa y Justicia. En diciembre se mencionó una chance para jugar en Tigre. Está próximo a cumplir 26 años.