llegan cartas
Reiterado pedido de poda
ANDREA RUIZ
Hace muchos años que mi familia viene reclamando a la Municipalidad la poda de cuatro eucaliptos que se desarrollan sobre la medianera de nuestra casa. Hemos mandado, en diferentes gobiernos, cartas con el reclamo y la única gestión que mandó a mirar el problema fue la del actual intendente. De todas maneras los árboles siguen estando. El señor Celano fue quien vino a verlos y se comprometió a solucionar el tema. En diferentes oportunidades la caída de ramas me destruyó la cochera, me rompió un tanque de agua y provocó destrozos en una galería y en el tapial medianero. Dado que soy defensora de la conservación de la naturaleza, sólo pido la poda y no la extracción, pero es tal la magnitud de los árboles y tal la exposición a la caída de sus ramas, que habría que pensar en esa posibilidad. Mi dirección es Ayacucho 3783.
Sobre caballos y jineteadas
MELISA PODIO
DNI: 33.424.870
Deseo responder al Sr. Néstor Vittori, autor de la nota publicada en El Litoral el 17 de enero, “De caballos, jineteadas y supuestos malos tratos”. Tengo 25 años y soy de Santa Fe. El motivo que me impulsa a enviar estas líneas es la ignorancia y la impunidad con la que considero escribió sus justificaciones a la doma y al Festival de Jesús María. Si bien estoy de acuerdo con que se tomen medidas, sobre todo educativas desde la primera infancia contra el maltrato a los caballos y se termine con la tracción a sangre en nuestro país, no puedo dejar de mencionar la repugnancia que sentí al leer su escrito.
No creo que haya pasado inadvertido para usted que estamos viviendo en el siglo XXI (¡bienvenido!), no hay que ser muy pillo para advertir que los caballos sufren ante esas actividades. El jinete elige, el animal no. No puede decir me duele, tengo miedo, me molesta, no vine al mundo para esto. No sólo son sometidos a esos 16 segundos, también atraviesan todo tipo de torturas, sumado a la infaltable pirotecnia que sus oídos potencian. Supuestamente nosotros, los humanos, somos la raza superior que debe lograr una convivencia digna con los animales y algunos vemos la necesidad de ser la voz de los que no la tienen.
Comprendo que por tener 71 años tenga naturalizada la violencia, la considere un medio normal de educación y no sea algo tan grave como para alarmarse y mucho menos mutilar nuestra cultura propiciando chirlos a los animales.
A toda la información que observo que tiene sobre los caballos, le haría falta completarla con una lectura rápida a Ley Penal de Protección a los Animales Nº 14.346/54 y a la adhesión de nuestro país a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales / Unesco 1978.
Muy a su pesar, estamos cambiando, avanzando en torno a dejar de vivir este tipo aberraciones y de lograr respetar a nuestros semejantes. Con sus palabras no está ayudando. De todos modos estoy segura de que van a ser muy útiles en un futuro próximo. Seguramente en unos años, algún niño de escuela primaria las cite en algún trabajo práctico para probar los restos de barbarie que se conservaban en el 2014. Le deseo muchos años de vida para que pueda ver con sus propios ojos lo equivocado que estuvo. Saludos cordiales.
