Unión jugó un pésimo partido que dejó secuelas, bronca y preocupación...
Unión jugó un pésimo partido que dejó secuelas, bronca y preocupación...
Así, la cosa no va

Una imagen por el piso
Alejandro Gagliardi se tira al piso en el segundo tiempo para frenar la subida de un rival. El volante, que viene de All Boys, dejó una buena imagen en el primer partido pero se fue cayendo paulatinamente.
Foto: Gentileza La Opinión de Pergamino
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Pergamino)
Impresentable para la vista y para la tolerancia futbolera hacia un equipo que fue armado y preparado para otra cosa. Unión paseó su intrascendencia, su falta de idea colectiva y su ausencia de rebelión ante la adversidad. Esa imagen descolorida, impregnada de dudas y visiblemente inferior en todos los aspectos a la de un rival tremendamente mediocre y limitado, contrasta con los sueños y esperanzas de todos. Y se produce en un momento que obliga a replanteos profundos, tanto adentro como afuera de la cancha. No pasa sólamente por Madelón, que es el responsable de arreglar la descompaginación total de su equipo. Pasa también por los dirigentes, que si bien no entran a la cancha, son responsables de tomar las decisiones más trascendentes y que tienen directa incidencia en todo: potencial futbolístico, armonía interna del plantel, generación de confianza en la gente y el no desvío de los objetivos que se trazaron en el inicio de la competencia.
Charlando con Emilio Lamas en San Juan, cuando Unión fue a enfrentar a San Martín el año pasado, el dirigente decía contundentemente: “Nosotros sabemos que jugando en la Primera B Nacional no tenemos otro objetivo que el de ascender”. Y hoy, no sólo que Unión está lejísimo (puede quedar a 14 puntos del tercero que sube), sino que se ha acercado considerable y peligrosamente al grupo de cuatro que se irán a jugar en la B Metropolitana o el Argentino, según les toque. Pero no sólo preocupa esto, sino que también —y más todavía— resulta penoso ver a Unión jugar en ese nivel paupérrimo y de ausencia total de la tan mentada actitud traducida en la falta de argumentos para sobreponerse ante un rival que se sabe inferior y que entra a la cancha a ver qué pasa y qué hace el adversario.
La diferencia que hay entre Palacios y el resto de los delanteros de Unión se hace abismal. Aún con sus “locuras”, sus fastidios con el árbitro y los rivales, el delantero de Boca marca diferencias con el resto de sus compañeros. Encara, desequilibra, se anima, tiene coraje, no se esconde, complica y se la juega. Cuando falta, se siente porque no hay uno solo que intente, al menos, hacer lo que Palacios hace. El único que generó algo fue Aleman. Al menos, le cometieron algunas infracciones en la puerta del área que provocaron tiros libres. No sirvió para nada, pero fue el que se decidió a morir en el intento cuando el resto hacía poco y nada. O directamente nada.
¿Cuáles son los problemas futbolísticos de Unión?
* 1) Generó una ilusión que se hizo añicos enseguida. Verlo jugar y ganar de la manera en que lo hizo ante Villa San Carlos, hizo pensar en que el equipo iba a ser compacto y más equilibrado que en la era Sava. Sufrió los avatares condicionantes de dos expulsiones ante Sarmiento y Talleres. Se perdió con los de Junín, pero mostrando rebelión ante la adversidad. Ayer ni eso tuvo. Por eso lo de la falta de alma.
* 2) Se empieza a notar preocupantemente la lentitud de los centrales. De arriba responden y Sánchez tiene un poco más de repentización que Gerlo, pero la dupla de zagueros de Unión adolece de rapidez y se complica aún más cuando los laterales no clausuran el sector.
* 3) El mediocampo no marca ni juega. A la falta de presencia de Bruna (no anda para nada bien), se suma la poca gravitación en el juego de Gagliardi y García, que al igual que el equipo han ido de mayor a menor. Son dos jugadores con pasado en Primera y que no terminan de demostrarlo. Con Aleman solo no alcanza.
¿Y lo extrafutbolístico?. Si Unión hubiese ganado, el “episodio Zapata” pasaba a un segundo plano. Pero se perdió jugando mal y hoy la bronca del hincha se exterioriza en su decisión de no acatar la orden del técnico, que lo colocó entre los viajeros, y de pedir quedarse en Santa Fe “para entrenarse bien y jugar el domingo”. A muchos dirigentes no les cerró; y al hincha tampoco. Es el jugador de mayor experiencia, el de mayor recorrido, el que ganó títulos en su carrera y el primero que debe dar el ejemplo. Zapata no le rindió a Unión, no jugó con continuidad y no fue el jugador apto para convertirse en “símbolo” o “emblema” (para eso se lo trajo). Pero tiene que dar el ejemplo y ganarse el respeto de los más chicos, que miran y se fijan en esta clase de jugadores para saber en qué lugar están parados. A este plantel se le fue Correa (el capitán e ídolo de la gente), se le fue Islas y ahora Zapata toma esta actitud. No cierra. Y merece un replanteo dirigencial, porque se suma a otras situaciones anteriores (Avendaño, Rosales, Velázquez, etcétera), que fueron restándole potencial al plantel y por esas cosas —y otras— se perdió la categoría y ahora se merodea en una posición lejana al ascenso y con visos de empezar a complicarse en la otra tabla que, hasta el momento, nadie miraba.
¡Pobre Córdoba!
El santafesino Carlos Córdoba, otro de los árbitros en franco crecimiento de la Liga Santafesina, había sido designado ayer para dirigir el partido entre Unión y Almirante Brown.
De inmediato, el Colegio de Arbitros corrigió el error, evitó que el santafesino dirigiese a Unión y desplazó a Carlos Córdoba para incluir a Fernando Tello para controlar el partido que se disputará el domingo a las 20 en el 15 de Abril. Eso sí, Córdoba no fue designado para ninguno de los partidos del fin de semana que viene y se quedará sin dirigir.
síntesis
Douglas Haig 2
Unión 0
Cancha: Douglas Haig.
Arbitro: Ariel Penel.
Douglas Haig: Olivero; Fleita, Gioda, Quintana y Senegalles; Etevenaux, Nahuel Rodríguez, Levato y Cisterna; Cuevas y Mazza. A.S.: Alvarez. Estuvieron en el banco: Stele, Jaime, Orfano. D.T.: Molinari-Herrón.
Unión: Castro; Vella, Gerlo, Sánchez y Evangelista; Gagliardi, Bruna, Aleman y Diego García; Magnín y Salinas. A.S.: Arce. Estuvieron en el banco: Maidana, Brítez y Moreno. D.T.: Leonardo Madelón.
Goles: en el segundo tiempo, a los 34 m Aubone (DH) y a los 47 m Mazza (DH).
Cambios: en el primer tiempo, a los 28 m Altamirano (U) por Salinas. En el segundo tiempo, a los 9 m De Francesco (DH) por Cuevas; a los 18 m Martínez (U) por García; a los 21 m Passaglia (DH) por Cisterna; a los 28 m Rivas (U) por Magnín y a los 30 m Aubone (DH) por Etevenaux.
Amonestados: en Unión, Vella y Aleman.
Madelón habló de Zapata
Antes del partido, Leonardo Madelón fue el primero en ingresar al campo de juego para ver cómo estaba la cancha de Douglas Haig. Como si la conociera de memoria, se dirigió a distintos sectores y se encontró con la realidad que luego supo transmitirle a los jugadores: “Dejaron el césped alto para tapar las deficiencias de abajo y lo blanda que está”, dijo el técnico tatengue.
Luego, Leo habló de Zapata: “No pasó nada raro, iba a viajar pero me pidió quedarse porque quería hacer un trabajo físico especial. Me dijo que sólo era por este partido y le ordenamos que hiciera 5 pasadas de 1.000 metros hoy (por ayer). En parte, hay una realidad y es que el día previo al partido se hace poco, el día del partido juega poco o no juega, siendo suplente, y el día posterior es de descanso también. El quería hacer dos días de trabajo fuerte y consideramos que estaba bien. No hay otra cosa”, dijo el técnico.

La gente estalló en las redes sociales y en las paredes
Apenas terminado el partido, se pudo captar el enojo del hincha de Unión apuntando a los jugadores, la dirigencia, y, en mucha menor medida, al técnico. Esta mañana aparecieron varias pintadas en el centro de la ciudad, fiel reflejo de la decepción que embargó al hincha tatengue después de haber visto por TV la pésima labor del equipo. El domingo, este plantel tiene que entender que juega una “final” con Almirante Brown y que deberá esmerarse al máximo para revertir esta imagen negativa que se creó.
Fotos: Flavio Raina
