San Lorenzo no pudo ganarle ni con la imagen de Francisco en la camiseta...

Al rezo de Colón lo escucha hasta el Papa

Al rezo de Colón lo escucha hasta el Papa

La muralla que no divide...Al contrario, que suma. Germán Montoya tuvo una actuación sensacional en el segundo tiempo, como cuando le tapó esta pelota a Blandi. Tuvo una, que fue doble atajada, en la que se “sacó” el dedo meñique de una de sus manos. Pero siguió en la cancha.

Foto: Matías Nápoli

Mucho orden, mucho sacrificio y dos o tres jugadores (Montoya, Alcoba, Luque) en un nivel de excepción. Colón aguantó bien, fue inteligente y casi lo gana con Graciani en el final.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Siesta porteña de sábado. Barrio de Congreso, a pocos metros del hotel donde concentra Colón. El encuentro casual con Julio César Toresani.

—¿Y, Huevo?

—Tranquilo y esperando...

—¿Cómo lo imaginan al partido?

—Ellos se van a venir, soltarán mucho a los marcadores de punta y nosotros tenemos que atacarlos por los costados. Si podemos quitarles ritmo teniendo un poco la pelota, mejor. Así también descansaremos un poco. Será intenso.

La anécdota vale muchísimo. Pinta una situación que también está muy clara en el análisis de este sorprendente Colón. Y es que este cuerpo técnico de Osella no sólo demuestra su capacidad para sacarle “jugo a las piedras” con su equipo, sino que estudia a fondo al rival y acierta en algo imprevisible: saber qué es lo que va a hacer el rival y plantear estrategias en función de ello.

El Huevo dijo: “van a soltar a los marcadores de punta”. Y a partir de esa presunción, sabiendo que Romagnoli y Piatti son dos volantes de ataque y que la marca, en el medio, iba a estar en la presión de Kalinski y Ortigoza por el sector central, Colón paró a Graciani y a Luque como dos wines retrasados. El objetivo era doble: 1) esperar que se viniesen Más y Buffarini; 2) atacarlos, ya sea aprovechando las espaldas descubiertas o directamente encarándolos en el mano a mano.

Por eso, no se vio a Luque rotando por todo el frente de ataque como lo venía haciendo en los otros partidos y como apareció por derecha para meter el gol ante Rosario Central. Ni tampoco se vieron las diagonales de Graciani para descubrir espacios por el medio y marcarle el tanto de la victoria a Argentinos Juniors, sólo por citar dos ejemplos. Se vio a un equipo más estructurado en lo posicional pero muy inteligente. La idea era meter cambios de frente aprovechando la velocidad de Luque y de Graciani. Lo de Luque, durante 75 minutos, fue muy bueno. Lo enloqueció a Buffarini, lo desbordó en velocidad y habilidad, metió un par de centros que encontraron una buena respuesta de los centrales y terminó “fusilado” por un esfuerzo encomiable.

Si Osella pensó en definir el partido con ellos dos, lo pensó bárbaro. Más y Buffarini se venían siempre y ocupaban la función de carrileros que no desempeñaban, por sus características ofensivas, Piatti y Romagnoli. La cuestión era aprovechar los espacios en una cancha amplia para arrancar la jugada por un lado y definirla por el otro. ¿Cuál fue la jugada de gol más clara que tuvo Colón?, un pelotazo cruzado del incansable y siempre eficaz Videla para la aparición como un verdadero “tractor” de Graciani, quien a los 47 minutos del segundo tiempo metió una corrida descomunal para desviar el remate final cuando estaba mano a mano con Torrico.

Después, Colón cumplió la otra parte del libreto —absolutamente estudiado y aprendido— con mucha solidez. Ese “rombo” defensivo formado por Montoya, Alcoba, Landa y Videla, jugaron un partido casi perfecto. Montoya fue la figura del equipo en el segundo tiempo (Luque lo había sido en el primero), Alcoba tuvo un rendimiento notable durante los 90 minutos, mientras que Landa y Videla fueron la rueda de auxilio necesaria para transformar al sistema defensivo del equipo en una verdadera muralla.

Muchos se preguntarán cuáles son los secretos de este Colón. Es sencillo: 1) el convencimiento absoluto del técnico y los jugadores, logrado a partir del reconocimiento de las limitaciones; 2) la entrega física total; 3) el nivel de excelencia y paridad de varios jugadores, que son los que sostienen la idea. ¿Qué se va a esperar?, ¿que Colón salga a plantear un fútbol ofensivo, de tenencia de pelota y de dominio del terreno?, eso es imposible. Este equipo está armado para hacer —y bien— dos cosas: 1) defenderse; 2) contragolpear. Se siente cómodo en ese ámbito, cediéndole la pelota y el terreno al rival, apretándolo en su propio campo y obligándolo a arrimarse al área y terminar haciendo un “fulbito” intrascendente y sin la suficiente penetración.

Es posible que Colón pueda hacer lo que hace porque este fútbol sin figuras desequilibrantes se lo permite. Es cierto. Si este mismo equipo tuviese que enfrentar a rivales con mayor jerarquía individual, como existía en otros tiempos en el fútbol argentino, los resultados no habrían sido tan buenos. La falta de desequilibrio individual, de jugadores que rompan cercos y telarañas defensivas en base a habilidad, sacándose rivales de encima para ejercer superioridad numérica en distintos sectores, favorece esta realidad sabalera. La favorece pero de ninguna forma lo desmerece. Este equipo tiene la virtud de saber a qué juega, de ser ordenado y de tener un libreto que, armado en base a las necesidades y carencias, lo hace inteligente y exitoso. ¿Se le puede pedir algo más a un plantel y a un técnico por el que nadie daba “dos pesos”?

7

Partidos

Son los que acumula Colón sin conocer la derrota. Sólo cayó en la primera fecha ante Racing. Sumó 15 puntos sobre 21 en disputa.

 

17

Años

Son los que transcurrieron desde que Colón logró estar puntero del campeonato en una octava fecha. Se dio en el Clausura de 1997, cuando el equipo consiguió, finalmente, el subcampeonato de la mano de Ferraro.

3

Partidos

Son los que acumula Colón, como visitante, sin que le conviertan goles. En realidad, sacando el primero ante Racing (cuando le convirtieron 3), a Colón sólo le hicieron dos goles (Godoy Cruz y River) en los otros siete partidos.

EL LITORAL / Deportes_ Colón / [email protected]

Síntesis

San Lorenzo 0

Colón 0

Cancha: San Lorenzo.

Arbitro: Fernando Rappallini.

San Lorenzo: Torrico; Buffarini, Fontanini, Gentiletti y Más; Romagnoli, Kalinski, Ortigoza y Piatti; Correa y Blandi. A.S.: Alvarez. Estuvieron en el banco: Valdés, Prósperi y Mercier. D.T.: Edgardo Bauza.

Colón: Montoya; Castillo, Alcoba, Landa y Bíttolo; Graciani, Meli, Videla, Mansilla; Alario y Luque. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Conti, Poblete, Sosa y Curuchet. D.T.: Diego Osella.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 16 m Matos (SL) por Piatti; a los 28 m Elizari (SL) por Romagnoli; a los 34 m Villalba (SL) por Correa; a los 37 m Comachi (C) por Alario y a los 44 m Marcos Fernández (C) por Luque.

Amonestados: en Colón, Landa, Bíttolo y Videla.

El dato

Disponibles.

Antes del encuentro de ayer, los únicos jugadores de Colón que estaban colgados con cuatro amarillas eran Castillo, Graciani y Alcoba. Ninguno fue amonestado, así que Osella dispondrá de todos para el partido del viernes a las 20.30, en el Brigadier López, ante Tigre.

La clave

El Papa.

San Lorenzo estrenó una camiseta que lleva la imagen del Papa Francisco en el pecho, con motivo de cumplirse un año de su papado. Hace prácticamente un año se enfrentaban los mismos rivales en Santa Fe y allí también las autoridades azulgranas debieron pedir permiso a Afa y Fifa para poder utilizar una leyenda que hace alusión al Papa, teniendo en cuenta que este tipo de inscripciones o imágenes están prohibidas.

Al rezo de Colón lo escucha hasta el Papa

Luque fue un rayo...

El delantero de Colón, que jugó de wing izquierdo y arrancó desde atrás para armarse de espacios, enloqueció a Buffarini. La idea de Osella fue casi perfecta y casi se trae los tres puntos en el final. Foto: Matías Nápoli

D10_2_CASLA VS COLON (20).jpg

No le daban los brazos...

A Lucas Alario, que otra vez mostró mucha generosidad para ser el “primer defensor”, pero al que, lamentablemente, le sigue faltando el tan ansiado gol que no le llega. Foto: Matías Nápoli