Atroz crimen en Santo Tomé

Muerta, desnuda y maniatada

  • La víctima es una mujer de 62 años. No presentaba heridas de bala ni de arma blanca. Tampoco faltaba dinero ni objetos de valor en su casa.
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Los investigadores creen que la mujer falleció cuando se descompensó, producto de la presión a la que fue sometida. Fotos: El Litoral

 

Danilo Chiapello

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El brutal asesinato de una mujer en su domicilio de Santo Tomé tiene bajo fuerte conmoción a los habitantes de la vecina ciudad.

Del hecho se supo anoche, minutos antes de las 21, cuando un familiar que desde hacía varios días quería comunicarse con la mujer y no lo lograba llegó hasta la casa de la víctima.

Pero ni bien puso un pie en la vivienda de calle Moreno al 1200 todo el horror se presentó ante sus ojos.

Griselda Giménez (62) yacía sin vida sobre una cama. La mujer estaba desnuda y maniatada con sus brazos hacia atrás. También tenía un trapo en su boca.

El interior del dormitorio estaba en completo desorden, en una clara evidencia de que el o los intrusos estuvieron buscando algo.

Hasta el momento el caso tiene ribetes desconcertantes para los pesquisas.

Esto es así por cuanto el dinero que había en la casa (una modesta suma como la que puede poseer cualquier persona) y algunas alhajas de la víctima no fueron llevados del lugar por los ladrones.

También porque la víctima llevaba una vida absolutamente ordenada y pacífica.

Griselda o “la Gordi”, como le decían sus más íntimos, hacía poco que gozaba de los beneficios de su jubilación.

En su vida activa la mujer se desempeñó como inspectora de tránsito, en la Municipalidad de Santa Fe, donde se la recuerda como una excelente compañera de trabajo.

Hace unos 5 años quedó viuda y, desde entonces, su vida no era más que salir a hacer algunos mandados y compartir largas “tomadas de mate” con su entrañable amiga y vecina “Coca”.

Otros vecinos que fueron entrevistados opinaron en idéntica sintonía. “Era una mujer muy buena, educada y que no se metía con nadie. Es más, por temor a los robos, apenas llegaba la tardecita, se encerraba en su casa y no le abría la puerta a nadie”.

Si bien el domicilio de Griselda se ubica en un barrio de los llamados “tranquilos”, es de hacer notar que los fondos de la casa lindan con un terreno baldío.

Se tienen fuertes sospechas de que el o los matadores de la mujer se ganaron a la casa desde ese sector, violentando una puerta trasera.

Las causas del deceso no están confirmadas aún, pero todas las fichas juegan a que la dueña de casa dejó de existir debido a una descompensación que sufrió producto de la presión a la que fue sometida.

En cuanto a la data de la muerte se cree que la mujer dejó de existir entre 24 a 36 horas antes de su hallazgo.