llegan cartas

Aporte para mejorar el servicio de emergencias médicas

JUAN CRUZ GIORDANO

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Sentí una gran impotencia al leer en El Litoral sobre la muerte de una jovencita de apenas 16 años, alumna del colegio Sagrado Corazón de Jesús, que fue atropellada por un colectivo de la Línea 2. Mi indignación fue más allá, al leer que el servicio de emergencia médica pública Sies 107 demoró aproximadamente 30 minutos en llegar al lugar. Desde que finalicé mis estudios secundarios hace 18 años estoy radicado en Capital Federal, desempeñándome como bombero, por lo cual tengo innumerable cantidad de salvamentos realizados e incendios sofocados. Cuando el tiempo me lo permite, viajo a mi querida Santa Fe, y a lo largo de estos años he podido observar la ineficiencia e inoperancia de los servicios en respuesta ante una emergencia. En muchas oportunidades en que me encontraba allí, asistí a varios accidentados en la vía pública, especialmente motociclistas, en todos los casos muy jóvenes, y yo permanecí con ellos hasta la llegada de los servicios de emergencia, tanto policías como de la ambulancia. El último accidente en el que intervine fue sobre la Ruta 1, en el puente que comunica con la localidad de Colastiné. En la oportunidad, un automóvil acababa de volcar con varios adolescentes en su interior. Entonces, observé la incomprensible demora del servicio de asistencia. Una vez que llegaron, en el caso de la policía, no sabían cómo actuar: en lugar de proceder al corte y canalización del tránsito vehicular, colocando -como indican los manuales- los patrulleros como vehículos de sacrificios (significa que deben colocarse de costado, protegiendo a las víctimas y rescatadores, y en el caso de que un desprevenido no se hubiera percatado de lo sucedido, colisione contra el móvil y no contra las víctimas y rescatistas, causando aún más víctimas). Así que ellos sólo se limitan a tomar datos, sin tener idea de los procedimientos a llevar a cabo ante este tipo de emergencias. En el caso del servicio de emergencia médica, por lo que pude observar, las ambulancias se desplazan desde el hospital Cullen, por lo tanto si la emergencia se produjo a una distancia considerable, el tiempo de respuesta a ésta es proporcional a la distancia. Sumado a eso, al llegar al sitio, el mencionado vehículo viene con un camillero y un enfermero, y pude comprobar que carecen de todo conocimiento acerca de cómo tratar a una víctima, la que luego de un accidente puede tener que ser inmovilizada, con el consiguiente daño que se le puede provocar si se actúa en forma contraria a lo necesario.

No es cuestión de criticar, sino que los que tienen la responsabilidad de brindar asistencia sean ministros, o el mismo agente o camillero deben tener conciencia de que están brindando un servicio y que cuando responden a una llamada de emergencia, lo que está en juego es uno de los bienes más preciados de un ser humano: la vida.