Una alegoría culinaria

Una alegoría culinaria

La obra cuenta con un elenco que integran Luchi Gaido y Vanina Monasterolo, bajo la dirección de Edgardo Dib. Exequiel Maya es el asistente de dirección.

Foto: Luis Cetraro

La presentación será los sábados 12, 19 y 26, a las 22, en la Sala Marechal del Teatro Municipal. La obra escrita por Lucía Laragione, cuenta con la dirección general de Edgardo Dib. En la reseña los hacedores precisan que “la obra trae a escena un vínculo de poder entre dos mujeres en la intimidad de una cocina de estancia”.

 

De la Redacción de El Litoral

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El elenco integrado por Luchi Gaido y Vanina Monasterolo protagonizará “Cocinando con Elisa”, la obra escrita por Lucía Laragione, con Edgardo Dib en la puesta en escena y dirección general. La primera de tres funciones programadas se concretará esta noche, a las 22, en la Sala Marechal del Teatro Municipal.

La propuesta se llevará a cabo en carácter de reestreno nacional, ya que la obra fue representada en la década de 1990 en el país y en el extranjero, y fue traducida a diversos idiomas. Las entradas generales tendrán un valor de 60 pesos, mientras que estudiantes y jubilados pagarán 50 pesos por los pases.

En la reseña de “Cocinando con Elisa”, los hacedores precisaron que “la obra trae a escena un vínculo de poder entre dos mujeres en la intimidad de una cocina de estancia. Allí, una matrona campesina, Nicole, en verdad Nicolasa, se ha especializado en gastronomía francesa por orden de sus patrones. La llegada de una joven ayudante -Elisa- que busca al padre del hijo que crece en sus entrañas desata el conflicto. Laragione utiliza este relato intenso a modo de una alegoría culinaria de una parte nefasta de nuestra historia argentina: el último gobierno dictatorial (1976-1983). Nicole, bajo el ala de sus patrones Madame y Monsieur, incorpóreos pero omnipresentes, será la mano ejecutora de acciones metafóricas de la represión y la tortura”.

Claroscuros

Sobre esta puesta en particular Edgardo Dib reflexiona que “tanto Nicole como Elisa tienen claroscuros, pues bien: un objetivo de esta versión escénica es explorar sobre los ‘claros' de Nicole y los ‘oscuros' de Elisa. La paradoja humana es donde radica la reflexión del director en el producto final de la puesta en escena”. Al respecto dice Dib: “Cocinando con Elisa es quizás, también, ‘Cocinando con Mamá' o con la hija , ‘Cocinando con La Otra', ‘Cocinando por Cocinar', porque otra cosa no sabemos ni podemos hacer”.

Para finalizar, el texto refiere a que “la resolución escénica a partir de un modo no realista hace que el criterio fundador de la puesta en escena sea la teatralidad como mecanismo en sí mismo: la construcción de un lenguaje teatral propio, la adjudicación de diversas calidades de sentido a un mismo objeto, el trabajo actoral y la acción física como instrumentos primordiales de narración escénica. De este modo, se construye una puesta en escena sumamente austera donde son los cuerpos de las actrices y el conflicto lo que gana en protagonismo”.

Edgardo Dib está a cargo de la dirección general, espacio escénico, iluminación y banda sonora. El vestuario fue diseñado por Dib y Osvaldo Pettinari, quien además se encargó de su realización. La producción general fue realizada por Luchi Gaido y Vanina Monasterolo, el asistente de dirección es Exequiel Maya; la fotografía es de Julieta de Lorenzo y el diseño gráfico fue realizado por Leo Fluxá.

 

análisis

Con expectativa

 

Por Roberto Schneider


  • Los títulos en la producción escénica de Edgardo Dib hablan por sí mismos. “Génesis y apocalipsis de un amor carmesí”, “La casa Alba o la otra orilla del mar”, “Reconstrucción frente al mar”, “Nadia, Rita y Nancy al 2000”, “Edipo y yo”, “El jardín de los cerezos” y “BarrancAbajo” (por citar sólo algunos ejemplos) son hitos en la construcción de una carrera indiscutiblemente unida a la calidad y, también, al éxito de crítica y público.
  • La noticia de un nuevo estreno en la brillante carrera dibiana genera expectativa, aumentada porque en este caso un afiatado elenco se suma a la propuesta. La cita es casi obligada. Veremos...