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Lectura, escritura y desarrollo del pensamiento

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Hugo Salgado estudia con penetración los procesos de aprendizaje de la lengua y su relación con la evolución del pensamiento. Foto: Archivo El Litoral

 

Un lugar común (que suelen repetir los padres, maestros y profesores) es que el aprendizaje de la lectura y de la escritura son esenciales para un proceso correcto de pensamiento. Esos mismos maestros y profesores, sin embargo, demuestran su ignorancia al no haber comprendido que ese aprendizaje no tiene término, que nunca se acaba de perfeccionar ese conocimiento, y que, por lo tanto, siempre es posible escribir y leer mejor, es decir, pensar más y mejor.

Otro malentendido con respecto a la lectura y la escritura reside en centrar exclusivamente un enfoque pragmático, apuntando a su poder comunicacional. Ya Wilhelm von Humboldt advertía en 1827: “La lengua no es un simple medio de comunicación, sino la expresión del espíritu y la concepción del mundo de los sujetos hablantes: la vida en sociedad es el auxiliar necesario para su desarrollo, pero en modo alguno el objeto hacia el cual tiende”.

“Lenguaje y pensamiento conforman una unidad dinámica y compleja. Nadie pone en duda hoy que ambos factores interactúan dialécticamente. Hay quienes afirman que ‘el desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje'. Otros, en cambio, desde una postura menos radical, consideran que, sin llegar a determinarlo, el lenguaje condiciona el desarrollo del pensamiento”, escribe Hugo Salgado en La escritura y el desarrollo del pensamiento.

Salgado comienza estudiando ciertas características de la lengua oral que se descubren al analizar producciones escritas de individuos que transitan sus primeros años de alfabetización (la omisión y la elipsis, la repetición y la sustitución, lo sincrético y lo analítico). En la segunda parte de su libro, pasa a la lectura literaria y su importancia para promover el aprendizaje de la lengua escrita y, por ende, del desarrollo de pensamiento (un proceso, que no tiene fin, y que invalida la autoridad de padres, maestros y profesores que, como decíamos, propugnen la importancia de este tema cuando ellos mismos no son asiduos lectores). El autor también incluye aspectos relativos a la “reflexión metalingüística, es decir, al conocimiento gramatical, que es otro de los caminos posibles (además de la lectura y la escritura) para la incorporación de la lengua escrita. El aprendizaje de estos aspectos constituye una responsabilidad casi exclusiva del sistema educativo y, sin duda, puede tener una incidencia directa en los procesos cognitivos del sujeto”. Publicó Fondo de Cultura Económica.